Hoy hablamos episodio 2019. El cine matará al teatro , la televisión a la lectura.
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Hola, oyente. ¿Qué tal? Llegamos al final del tema del mes, donde hemos hecho un repaso por algunas predicciones fallidas de la historia. En este último episodio, hablaremos de predicciones sobre los medios de entretenimiento.
“A medida que el tren se acercaba, empezó el pánico en el teatro : la gente saltaba y corría. Ese fue el momento en el que nació el cine; no fue simplemente cuestión de técnica o de una nueva forma de reproducir el mundo. Lo que resultó fue un nuevo principio estético.” Esto lo dijo el cineasta ruso, Andrei Tarkovski, en su libro Esculpir en el Tiempo. Él narra una historia que no se sabe si es parte mito y parte realidad , narra lo que pasó cuando se inventó el cine y se proyectó por primera vez la película La llegada del tren a la estación de Ciotat, en el año 1896.
Duraba tan solo 40 segundos, pero la verdadera novedad es que el tren iba en dirección a la cámara y salía del plano. La gente, que era la primera vez que veía algo como aquello, pensó que realmente era un tren a punto de atropellarlos. Hoy, esto nos puede parecer absurdo, asustarse tanto por un video de un tren. Pero claro, en aquel momento era el nacimiento del cine, era el nacimiento de la magia del cine.
Del cine se dijeron muchas cosas y cada avance en los medios de entretenimiento se ha visto como una amenaza la anterior. Por eso, hoy vamos a hablar de predicciones que decían que el cine mataría al teatro o la televisión mataría a la lectura.
Si algo hemos aprendido a lo largo de este tema del mes, es que muchas de las predicciones que se hacen ante un avance tienen que ver con el miedo. Y todas las predicciones que tienen que ver con el entretenimiento tienen eso en común, el miedo. El miedo de que una nueva forma de entretenimiento elimine por completo otra. Y eso acaba afectando a las personas que trabajan en ese sector.
Fíjate que el teatro, como medio de entretenimiento, donde se cuentan historias a través de personas que interpretan papeles, lleva entre nosotros, aproximadamente, desde los siglos quinto y sexto antes de Cristo. Son siglos y siglos entreteniendo a la población y siendo el dueño absoluto de este mercado. Entonces, de repente, en el año 1895, aparece el cine. No cine tal y como lo conocemos ahora, pero sí el cine como arte visual en movimiento.
Claro, aunque era algo muy pequeño, en comparación con lo que es ahora, era algo nuevo, era una forma diferente de contar las historias. Para el teatro era una gran amenaza. ¿Por qué se le consideraba una amenaza? Hay que pensar que en un principio, el cine se veía como una prolongación del teatro. De hecho, el cine, primero, era simplemente hacer obras teatrales, pero en cine.
Pero claro, el cine fue evolucionando y se separaron como modos de contar historias, aunque la relación entre ambos siempre va a existir. La principal amenaza era que el cine, a diferencia del teatro, se podía reproducir de manera masiva. ¿Esto qué quiere decir? Llevémoslo a hoy día. Una película se graba y luego se reproduce todas las veces que quieras y al mismo tiempo. Y ojo, que dejo a un lado las plataformas de streaming, que eso en aquella época no existía. Hablo de los cines. Es decir, se puede ver una misma película en 200 cines a la vez, mientras que una obra de teatro hay que verla en un único momento, porque se necesita un teatro, unos actores, unos técnicos y un público en vivo.
Esto, que define la esencia misma del cine y del teatro, el hecho de que uno sea en vivo y el otro no, traía más consecuencias que se veían como una amenaza para el teatro. Y es que ir al cine era más fácil y más barato que ir al teatro. Entonces, se pensó que iba a ser una auténtica amenaza para el teatro, porque se creía que la gente, teniendo una opción de entretenimiento parecida al cine y mucho más barata, siempre iba a elegir esta opción. Se pensaba que las salas de teatro se iban a quedar vacías.
Fíjate que en un principio, el teatro, aunque veía el cine como amenaza tenía la baza de que los actores hablaban. Recordemos que al principio el cine era mudo. Eso les daba tranquilidad, porque el teatro seguía siendo mejor que el cine en ese aspecto. Pero claro, el cine siguió desarrollando creándose y apareció el cine sonoro, el cine en color y otras mejoras que hacían al cine muy parecido a la realidad. ¿Qué pasó entonces? Que las predicciones de que el teatro tenía la batalla perdida se sucedieron una tras otra.
Además, también pasó algo curioso. En un principio, cuando el cine era mudo, los actores de teatro eran idóneos para el cine. Pero cuando llegó el cine sonoro, ya no servían los mismos actores, porque las voces tenían mucha importancia y el cine necesitaba unas voces muy concretas, por lo que tanto actores como directores, que al principio vieron en el cine una forma más de evolucionar su carrera teatral, ahora lo veían como una amenaza real. Era un nuevo medio con sus propios códigos y normas que sustituiría al teatro por completo.
¿Se cumplieron las predicciones? Pues la verdad es que no. Es cierto que el cine se convirtió en una industria de entretenimiento que genera muchísimo dinero y a día de hoy, por ejemplo, es la segunda industria más potente de Estados Unidos. El teatro no ha llegado a eso, pero ha seguido su camino y es otra forma de entretenimiento. No son competidores, son formas diferentes de entretener y hay público suficiente para ambos. No son comparables, por lo tanto, no son enemigos. Es más, para mucha gente, el teatro es símbolo de prestigio, de elitismo cultural frente al cine.
Hablemos ahora de otro medio de entretenimiento que también causó miedo en algunos sectores. El otro gran enemigo para la literatura y la cultura en general fue el nacimiento de la televisión. Fíjate que el actor Grouchomar Max dijo: Encuentro la televisión muy educativa. Cada vez que alguien me enciende el televisor, me voy a la otra habitación y leo un libro.
La televisión se inventó en 1926 y desde el principio se consideró una amenaza por muchas razones, desde que podía ser un arma de manipulación hasta que acabaría con la cultura. Aun hoy, la televisión tiene desprestigio y hay gente que dice lo mismo que Groucho: "No veo la televisión, prefiero leer un libro"
Como te podrás imaginar, el gran miedo hacia la televisión vino sobre todo de intelectuales, escritores, eruditos y educadores. La idea que estaba de fondo es esa idea de la televisión como la caja tonta, como una actividad que se puede hacer para entretenerse sin hacer ningún esfuerzo, y que eso iba a hacer que la gente perdiera la capacidad de lectura, de concentración y de pensar.
Una de las cosas que se pensaba es que la televisión iba a acabar con la imaginación de la gente. Esto suponía que luego, enfrentarte a un libro donde tienes que imaginar las palabras que lees, iba a ser imposible para la gente. Se pensaba que si pones en una balanza un entretenimiento fácil, sencillo, que tienes en casa y en el que puedes pasar todas las horas del mundo frente a leer un libro, por ejemplo, que implica esfuerzo, estaba claro para qué lado se iba a caer esa balanza. Es la ley del mínimo esfuerzo.
Una de las voces más críticas contra la televisión fue el escritor Reid Bradbury, autor de la mítica novela Fahrenheit 451, que en sí es un alegato en favor de los libros y en contra de la televisión. Él dijo: La televisión, esa bestia insidiosa, esa medusa que convierte en piedra a millones de personas todas las noches mirándola fijamente, esa sirena que llama y canta, que promete mucho y que en realidad da muy poco.
Hubo más voces críticas, como por ejemplo, Neil Postman, que en su libro Divertirse Hasta Morir, de 1985, dice que la televisión y el pensamiento crítico son incompatibles. Habla de que la televisión se dirige al espectador mediante imágenes, dejando imposible un lugar para la reflexión y la palabra escrita. Según él, la televisión imposibilita las ideas complejas y los discursos racionales, y por lo tanto, las personas están perdiendo la capacidad de pensar y tener una comprensión crítica. Digamos que la televisión anestesia las cabezas y, por lo tanto, amenaza a otras artes como la literatura, que si le prestan más atención y esfuerzo mental. Él dijo: La televisión nos prohíbe enseñar a nuestros niños a leer en profundidad y a pensar con atención. Si pensaban esto de la televisión, no sé qué opinarían ahora de las redes sociales como como TikTok, que son mil veces peores que la televisión.
Finalmente, la televisión ha matado a la literatura. Una vez más, son dos formas de entretenimiento y de cultura diferentes. Es cierto que los hábitos de lectura han tenido momentos complicados y en algunas épocas se ha leído menos. Pero también es verdad que la literatura ha sabido reinventarse y se ha adaptado a los nuevos tiempos, y la lectura ya no solo se hace con libros físicos. La literatura y la televisión no son dos opciones opuestas donde eliges una o la otra. Yo veo la televisión, voy al cine, al teatro y también leo libros. Puedo hacer todas las cosas sin que el hecho de hacer una, elimine el resto.
Pero siempre va a haber predicciones fatalistas sobre los medios de entretenimiento, porque nos ha pasado con el miedo a las plataformas de streaming que decían que iban a acabar con el cine, miedo a la cultura de masas y miedo a que las las creencias artificiales acaben con la cultura. Y podríamos poner muchos más ejemplos. En el fondo, como veíamos al principio, estas predicciones representan nuestro miedo: miedo a lo desconocido, miedo al cambio, miedo a no saber adaptarnos y, en definitiva, miedo a que se acabe el mundo tal y como lo conocemos y nosotros nos quedemos relegados.
Y es verdad que este mes hemos hablado de muchas predicciones catastróficas o fatalistas que no se cumplieron, pero a veces esas predicciones sí se cumplen. En un futuro, haremos otro tema del mes con predicciones fatalistas que sí se cumplieron para mostrar la otra cara de la moneda.
Hasta aquí el episodio de hoy. Si te gusta este podcast y el trabajo diario que realizamos, tu colaboración sería de gran ayuda. Para colaborar con este podcast, puedes hacerte suscritor prémium. Los suscriptores prémium pueden escuchar el catálogo completo del podcast con más de 2000 episodios, un montón de audios para practicar tu español. Hazte suscritor prémium en hoyhablamos. com.