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Hoy hablamos Episodio 2014 la exploración del espacio es imposible para la humanidad Bienvenido a hoy hablamos, el podcast para aprender español cada día. Si te haces suscriptor premium, podrás escuchar el catálogo completo del podcast con más de 2000 episodios y acceder a los contenidos adicionales como transcripciones y ejercicios. Hazte suscriptor premium en Hoyablamos. Com. ¿Hola, oyente, qué tal?
Continuamos con el tema del mes, donde estamos hablando de predicciones fallidas de la historia. En esta ocasión nos centraremos en las predicciones que tenían que ver con el espacio exterior y su exploración. Hoy hablamos de la exploración del espacio. Vamos a intentar hacer un ejercicio de imaginación, oyente. Sé que es complicado, pero vamos a intentar ponernos en la piel de todas esas civilizaciones previas a la nuestra y que no tenían los avances que tenemos nosotros.
Nosotros hoy tenemos telescopios, satélites, hemos enviado personas al espacio y podemos ver imágenes del espacio exterior. Pero aun con esos conocimientos, sabemos muy poco sobre el espacio exterior. Somos conscientes de lo infinito y lo desconocido que es el espacio y lo limitado que es nuestro conocimiento sobre él. ¿Hoy día nos qué hay ahí fuera? ¿Hay vida en otros planetas?
¿Si esto nos pasa en el año 2025, qué pensarían todos esos habitantes de la Tierra antes de nosotros, cuando ir al espacio exterior no era ni una remota posibilidad? Pues bien, hoy, en este cuarto episodio del tema del mes, vamos a hablar de esas predicciones fallidas de la historia que creían que la exploración del espacio era imposible para la humanidad. ¿Si yo te pregunto, oyente, cuál crees que es el gran hito de la historia de la exploración espacial? Sin duda, la mayoría de nosotros diríamos el alunizaje en la luna. El momento en que el hombre pisó por primera vez la luna fue el 20 de julio de 1969.
Lo consiguió la misión estadounidense Apolo 11. Y son famosas las palabras del primer hombre que pisó la luna, Neil Armstrong un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad. Lo grandioso de este momento es que lo vieron en directo por televisión 500 millones de personas en todo el mundo. Millones de personas viéndolo. Hay imágenes, hay testimonios de los que estuvieron allí y de miles de personas que trabajaron en hacer todo esto posible.
Pero todavía hoy hay gente que piensa que aquello no fue verdad, que el ser humano jamás llegó a la luna. De hecho, los datos dicen que en torno al 10 y 20 % de la población mundial no cree que el hombre haya llegado a la luna. Y parece comprensible que en el momento hubiera gente que dudara de la veracidad de los hechos, porque era algo tan alucinante que en ese momento era difícil de creer. Siempre pasa con las novedades tan rompedoras que primero dudamos y no creemos que eso pueda ser verdad. Es un proceso.
Lo que llama la atención en todo esto de no creerse la llegada del hombre a la luna es que siga pasando hoy día. Desde aquel histórico alunizaje en 1969, la exploración espacial ha avanzado de manera increíble. Y aunque es cierto que no hemos vuelto a pisar la luna, los avances han sido enormes. Tenemos telescopios muy potentes, hay fotos de agujeros negros, hay gente viviendo en la Estación Espacial Internacional, hemos llegado a Marte y otras tantas cosas. Sin embargo, aún hay personas, los llamados negacionistas, que siguen convencidas de que todo esto es un engaño.
¿La pregunta es por qué persisten estas creencias aunque sean minoritarias? Lo curioso es que los argumentos de estos escépticos son algo similares a los que durante siglos llevaron a muchos a creer que la exploración espacial sería siempre imposible. Hoy nos parece normal la idea de que haya astronautas viajando por espacio. Pero esta idea es una idea muy reciente. Durante siglos, la idea de salir al espacio era una utopía.
Incluso en el siglo 19, con la revolución industrial y los grandes avances en tecnología y ciencia, los viajes espaciales eran vistos como un concepto de ciencia ficción. Hay muchos ejemplos de predicciones negativas sobre la imposibilidad de viajar al espacio, pero solo mencionaré algunos de los más destacados. A finales del siglo 19, el astrónomo y matemático francés Auguste Comte afirmaba que la humanidad nunca podría conocer la composición química de las estrellas ya que jamás podríamos viajar hasta ellas para analizarlas. ¿Tenía lógica eso que decía? Sin embargo, pocos años después, la espectroscopia demostró que estaba equivocado porque permitió identificar los elementos presentes en las estrellas analizando la luz que emiten.
Pero, oyente, también en el siglo 20 muchas personas eran escépticas y no se creían esto de poder viajar al espacio. Por ejemplo, en 1920, el científico Robert Goddard, basándose en sus investigaciones, se aventuró a decir que los cohetes no solo iban a servir para llevar misiles o llevar aparatos de medición meteorológica fuera de la atmósfera. Él fue más allá y dijo que servirían también para hacer viajes espaciales y llevar al hombre a la luna. Pues bien, el prestigioso periódico The New York Times publicó un artículo burlándose del científico estadounidense y poniendo en duda sus conocimientos. El periódico afirmó que un cohete nunca podrá salir de la atmósfera de la Tierra porque no hay aire en el espacio para que sus motores empujen.
Y desafiaba lo planteado por Newton en su ley de la acción y reacción. En 1926, seis años después de esas burlas, este mismo científico lanzó el primer cohete. Solo voló durante 2,5 s y alcanzó tan solo una altura de 12,5 m, pero fue el principio de todo. Y sí, esto lo hizo el mismo científico del que se habían burlado unos años antes en el New York Times. Varias décadas después, la llegada del Apolo 11 a la luna dio la razón al científico.
En ese momento, el periódico publicó una rectificación, admitiendo que la editorial de 1920 había sido errónea. Pero claro, a pesar de los avances, seguía habiendo muchos escépticos. Y era normal, oyente, porque era un campo muy novedoso y cada nuevo avance rompía con ideas anteriores y sorprendía incluso a los científicos involucrados en la astronomía. Incluso en la década de 1950, cuando los primeros cohetes modernos ya estaban siendo desarrollados, el escepticismo continuaba. Richard van der Wright Bully, el Astrónomo Real de gran Bretaña, en 1956 declaró que los viajes espaciales eran patrañas, es decir, consideraba que eran una fantasía exagerada y poco realista en ese momento.
Sin embargo, apenas un año después, la Unión Soviética sorprendió al mundo al poner en órbita el primer satélite artificial, el Sputnik un, inaugurando oficialmente la era espacial. Pero todavía había personas que dudaban de la viabilidad de los vuelos tripulados. Muchos científicos afirmaban que el cuerpo humano no soportaría la ingravidez y que el despegue de un cohete con una persona a bordo sería mortal. En 1961, el ruso Yuri Gagarin demostró lo contrario al convertirse en el primer ser humano en viajar al espacio y orbitar la Tierra. La carrera espacial continuó a un ritmo acelerado, pero incluso en 1969, cuando la misión Apolo 11 se preparaba para alunizar, había quienes insistían en que era imposible que el ser humano caminara sobre la luna.
Algunos afirmaban que la tecnología no estaba lo suficientemente avanzada y que la misión fracasaría. El 20 de julio de 1969, Neil Armstrong y Buzz Aldrin pisaron la superficie lunar, desmintiendo nuevamente a los fatalistas. Después de la llegada a la luna, algunos argumentaban que no tenía sentido seguir explorando el espacio. Sin embargo, la humanidad no se detuvo ahí. Se enviaron sondas para estudiar los planetas del sistema solar, se construyó la primera estación espacial habitable y se pusieron en órbita telescopios más potentes, entre otras cosas.
Uno de los mayores logros en la exploración espacial fue la creación de la Estación Espacial Internacional. Y, por supuesto, oyente, había predicciones negativas ante esto. Antes de su construcción, muchos creían que era imposible mantener una estructura habitable en órbita durante largos periodos de tiempo. Se pensaba que los seres humanos no podían vivir en microgravedad sin sufrir los efectos negativos en su cuerpo. Sin embargo, la Estación Espacial Internacional ha estado en funcionamiento desde el año 2000 y ha sido hogar de astronautas de distintas nacionalidades que han vivido en el espacio durante meses y en algunos casos, incluso más de un año.
Pero las dudas y el escepticismo no desaparecen y nunca van a desaparecer. Y es muy normal, porque el desarrollo tecnológico es sorprendente. A medida que se avanza en la exploración espacial, surgen nuevos desafíos y vuelven las predicciones fatalistas que nos recuerdan a las del pasado. Por ejemplo, hoy en día hay científicos optimistas que creen que podremos enviar seres humanos a Marte e incluso establecer una colonia allí. Sin embargo, muchos otros científicos sostienen que esto es imposible.
Argumentan que la radiación en Marte es demasiado intensa, que el viaje sería demasiado largo y peligroso y que aún no contamos con la tecnología necesaria para mantener la vida en un entorno tan hostil. Lo curioso es que estas mismas dudas existían cuando se hablaba de enviar personas a la Luna. También se decía que la radiación sería mortal, que los trajes espaciales no resistirían el vacío, que los cohetes no podrían transportar suficiente combustible para el viaje de ida y vuelta, y muchas cosas más. Y sin embargo, lograron superar todos esos problemas. Hoy, las agencias espaciales y empresas privadas trabajan en el desarrollo de nuevas tecnologías que seguramente permitirán la llegada del ser humano a Marte.
Se están diseñando hábitats inflables para resistir las duras condiciones marcianas, sistemas de generación de oxígeno a partir del dióxido de carbono presente en la atmósfera marciana y cohetes reutilizables que reducirán los costes de cada misión. Pero Marte no es el único objetivo. También hay planes para establecer bases en la Luna, utilizar sus recursos para abastecer futuras misiones espaciales y en el futuro más lejano, explorar el sistema solar más allá de lo que nunca hemos imaginado. A lo largo de la historia, la exploración espacial ha demostrado que los límites solo existen hasta que encontramos la forma de superarlos. Y aunque siempre habrá quienes digan que es imposible, la humanidad seguirá desafiando las predicciones que aseguran que jamás podremos ir más allá.
Porque si algo nos ha enseñado la historia es que lo imposible solo es imposible hasta que logramos hacer lo posible. Hasta aquí el episodio de hoy. Si te gusta este podcast y el trabajo diario que realizamos, tu colaboración sería de gran ayuda. Para colaborar, puedes hacerte suscriptor premium. Los suscriptores premium tienen acceso al catálogo completo del podcast con más de 2000 episodios.
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