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Hoy hablamos Episodio 2080 Noticias en español Bienvenido a Hablamos, el podcast para aprender español cada día.
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Seguiremos con un misterio en una de las direcciones más conocidas del mundo y para terminar, conoceremos una de las consecuencias de tener aparatos inteligentes.
Soy de la opinión de que el cuerpo humano es una de las máquinas más perfectas que existen.
Cada segundo respiramos, nos late el corazón, vemos, oímos y muchos otros órganos realizan sus funciones para que podamos vivir y hacer nuestra vida.
Pero sin duda, una de las cosas más fascinantes que tiene es el hecho de que nos hagamos una herida y el cuerpo se recomponga hasta que no veamos ni rastro de lo que allí ocurrió.
De heridas, precisamente, es de lo que vamos a hablar en la primera noticia de hoy.
Todos los seres vivos tienen la capacidad de curar sus heridas con el único propósito de sobrevivir.
Pues porque si algo hemos aprendido de los documentales de naturaleza es que una herida, por pequeña que sea, te hace vulnerable ante los enemigos.
Esto nos lleva a la idea de que la rapidez a la hora de curar heridas es crucial para la especie.
¿Por eso, un grupo de investigadores se ha qué animales tardan más en curar sus heridas?
Estos investigadores tenían la sospecha de que los humanos somos los que más tardamos en cicatrizar.
Por ello, el estudio comparativo sería entre humanos, chimpancés, monos y ratones.
Lo primero era encontrar a los mamíferos objeto de estudio y para ello tuvieron que ir a varios lugares.
Los humanos fueron 24 pacientes del Hospital Universitario de Ryukus, en Japón, a los cuales les habían extirpado tumores en la piel.
Salieron de un santuario de la Universidad de Kioto y habían sido heridos en una pelea.
Los monos, que eran de varias especies, provenían del Instituto de Investigación de Primates de Kenia.
Tanto a los monos como a los roedores les hicieron heridas quirúrgicas circulares de 40 mm de diámetro.
Tomaron fotografías de las heridas a todos cada dos días y las fueron comparando a lo largo del tiempo.
Pues mira, oyente, en los no humanos la cicatrización ocurría a un ritmo de 0,61 mm por día, mientras que en los humanos era de 0,25 mm al día.
La verdad es que no se sabe exactamente, pero sí que hay una hipótesis que tiene que ver con nuestra piel.
Todo vendría de un momento evolutivo concreto en que los humanos perdimos la capa gruesa de pelo que tienen otros animales y pasamos a enfriar nuestro cuerpo con la sudoración.
La cuestión es que las células madre que se encuentran en las glándulas sudoríparas son menos eficientes a la hora de curar heridas que las que se encuentran en el pelo.
¿Esto de perder la rapidez en la capacidad de cicatrización no es ningún beneficio para la especie, así que los investigadores se preguntan por qué pasó?
Dicen los expertos que seguramente fue porque los beneficios eran mayores que las desventajas y el ser humano lo compensó con el apoyo social de otros humanos y compartir comida con ellos, además del conocimiento de plantas curativas.
Tengo que reconocer en este punto, oyente, que quizá más que el funcionamiento del cuerpo humano, me alucina todavía más la evolución de la especie.
Hay direcciones que son mundialmente famosas que tan solo con escucharlas ya sabemos a qué o quién pertenecen.
¿Sabes de qué estoy hablando si te digo el número 10 de Downing Street o el número 742 de Evergreen Terrace?
La primera es la residencia oficial del primer ministro del Reino Unido en Londres.
Pues bien, no vamos a hablar de estas direcciones, pero sí de otra que es de las más conocidas del mundo.
¿Eres capaz de decirme cuál es la dirección del famoso detective Sherlock Holmes?
Si has estado en Londres y has buscado la dirección, sabrás que esa dirección existe y hoy día es un museo dedicado a este personaje.
Pongámonos en la piel de Holmes y su fiel amigo Watson y descubramos qué pasa en esta dirección.
Vayámonos a un tiempo atrás, cuando en la tienda de regalos de este museo reciben un paquete que lleva la dirección del museo.
Piensan que debe de ser un error, pero no, porque a esta dirección empiezan a llegar paquetes de manera regular que no son para ellos.
De hecho, a día de hoy todo todo el personal del museo tiene órdenes de rechazar estos paquetes.
Pues resulta que esta dirección, al ser una de las más conocidas del mundo, se ha convertido en un centro falso de devoluciones de minoristas web chinos e indios.
Las devoluciones a esos países son caras por el alto coste de envío, así que para no asumir esos costes, ponen una dirección falsa en Londres.
De este modo, cuando los clientes envían el producto de vuelta, los vendedores dicen que no lo han recibido y así justifican que no pueden hacer el reembolso.
Pero no es algo con sencilla solución, ya que, como dice uno de los empleados, se necesita alguien como Sherlock Holmes para resolver de dónde vienen todos estos problemas.
Hemos intentado pedir ayuda a Amazon y eBay, pero dicen que es difícil detenerlos a todos.
Eso sí, han tenido que pedirle al servicio de correos británico que deje de llevarles paquetes que no vayan dirigidos expresamente a ellos.
La verdad es que ahora mismo solo pienso que menos mal que se les ocurrió utilizar una dirección conocida y no una al azar del mundo.
Estoy convencido de que tener la casa llena de dispositivos inteligentes tiene cosas muy buenas y algunas no tan buenas.
Pero entre las desventajas y ventajas, la verdad es que no había pensado que también pueden revelar una infidelidad.
Lo primero que hay que decir es que esta historia la conocemos gracias a un investigador privado de Reino Unido que ha contado la historia de una clienta suya.
Ella está preocupada por la salud dental de sus hijos y y lo que hace es monitorizar el cepillo de dientes eléctrico mediante una aplicación para el móvil y así ver si los hijos se lavan los dientes o no.
Todo esto es muy inocente hasta el momento en que se da cuenta de que alguien está utilizando el cepillo en horas en que supuestamente no tendría que haber nadie en la casa.
Piensa que puede ser un error del aparato, pero claro, se queda con la mosca detrás de la oreja y empieza a sospechar.
Para quitarse la duda, comprueba que sus hijos estaban en el colegio y el marido le asegura que él estaba trabajando.
La cosa se queda ahí por el momento, pero pasa el tiempo y esta mujer se da cuenta de que sigue pasando.
A estas alturas, la mujer ya no es que tenga una sospecha, es que sabe que algo está pasando.
Y claro, como sospecha de él, no le pregunta directamente porque quiere saber qué está haciendo en ese momento.
Es en ese momento cuando contrata a un detective que empieza a investigar al marido.
Y claro, como dice el detective, cuando un dispositivo indica que alguien se cepilló los dientes a las 10:48 cuando debía empezar a trabajar a las nueve, es muy difícil justificarlo.
Que el marido no iba a trabajar los viernes por la mañana desde hacía meses y dedicaba ese momento para tener una aventura en su casa con una compañera de trabajo.
El hombre se lavaba los dientes para eliminar cualquier prueba, cualquier olor, cualquier sabor, cualquier rastro de su aventura.
Con esta historia hemos descubierto unas desventajas de estos dispositivos inteligentes, pero también es una ventaja en realidad, porque fue malo para el marido infiel, pero fue algo muy bueno y útil para la mujer a la que le pusieron los cuernos.
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