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Hoy hablamos Episodio 2001 las predicciones Bienvenido a hoy hablamos, el podcast para aprender español cada día. Si te haces suscriptor premium podrás escuchar el catálogo completo del podcast con más de 2000 episodios. Hazte suscriptor premium en Hoyablamos. ¿Com Hola oyente, qué tal? Este es el primer lunes del mes y por lo tanto, es el momento de presentarte el nuevo tema del mes.
En esta ocasión hablaremos de predicciones fallidas de la historia. Pero antes de adentrarnos en ellas, en este primer episodio vamos a aprender más sobre las predicciones. Hoy hablamos de las predicciones. La vida está repleta de incertidumbre. Aunque vivamos de manera segura cada segundo de nuestra vida, lo cierto es que es imposible saber qué va a pasar en el futuro.
Hay eventos más probables que otros, pero es imposible saber qué pasará. El miedo al futuro es algo que está presente entre los humanos desde el inicio de los tiempos. ¿Qué va a pasar? ¿Qué viene después? ¿Qué va a ser de mí?
Son preguntas para las que no tenemos respuestas fiables, pero que nos las hacemos una y otra vez, buscando respuestas ante el infinito vértigo que supone la incertidumbre. Por eso, desde siempre el hombre ha buscado con desesperación adelantarse a los acontecimientos e intentar hacer conjeturas y predicciones sobre el futuro. Pero claro, esas conjeturas no siempre aciertan. Por eso nosotros, a lo largo de este tema del mes, vamos a hablar de predicciones erróneas de la historia. En los siguientes episodios hablaremos de algunas de estas predicciones de manera más detallada, pero en este vamos a centrarnos en entender mejor las predicciones.
Si buscamos la palabra predecir en el diccionario de la RAE, nos anunciar por revelación, conocimiento fundado, intuición o conjetura algo que ha de suceder. Es decir, adelantar lo que va a pasar en el futuro. ¿Pero claro, es eso posible? La respuesta es que con un 100 % de seguridad, nadie puede saber qué va a pasar en el futuro. Nadie.
Soy consciente de que aquí la mente nos está diciendo que igual no se puede adivinar qué te va a pasar según tu horóscopo ni cuándo vas a encontrar el amor de tu vida, pero sí se puede predecir una guerra, una caída de la bolsa o una tormenta. Pero lamento decir que no. Las predicciones pseudocientíficas como el tarot o leer las cartas, entre otras, evidentemente no funcionan. Pero curiosamente, las predicciones más científicas, que son las que se basan en estudios, evidencias y realizan diferentes cálculos para predecir eventos futuros, tampoco son fiables ni exactas. La realidad es dura porque ni siquiera la ciencia puede hacer una predicción al 100 % segura, ya que todas las predicciones juegan con las probabilidades.
Tú puedes prever qué va a pasar basándote en las variables existentes. ¿Pero siempre van a influir variables con las que no contabas, o las dinámicas de esas variables pueden cambiar? Por supuesto, dentro de la ciencia hay cosas que se pueden predecir con bastante exactitud y otras no tanta. En la física o la astronomía, por ejemplo, pueden hacer predicciones muy exactas. Pero luego en otras ramas, como en la meteorología, hacen predicciones más o menos exactas.
Si miras el tiempo que dan para mañana, la previsión que te dan se basa en una probabilidad. No siempre acierta. Luego están las predicciones económicas. Estas son las que más me gustan a mí, porque hay miles de expertos en todo el mundo dedicando un esfuerzo descomunal en hacer cálculos, analizar distintos datos económicos y variables para poder hacer predicciones económicas, y al final no sirve de nada porque falla más que una escopeta de feria. Y tú me dirás, oyente Roi, eso no es verdad.
Hay economistas que aciertan en sus predicciones. Sí, claro. Por cada 1000 economistas que fallan, hay alguno que acierta. Pero que acierte una vez no significa que sea Nostradamus. Si tenemos a miles de economistas haciendo predicciones tan dispares y variadas, de vez en cuando alguno acierta, porque prácticamente todos los posibles escenarios ya se han predicho.
Unos te dicen que se viene una crisis, otros que la bolsa va a crecer mucho, otros que el bitcoin es el futuro, otros que el bitcoin es una burbuja y va a caer. Así que cuando un economista te dé una predicción del futuro, desconfía. Las predicciones han existido desde siempre, solo que a lo largo de la historia se han hecho de diferentes maneras. Pero siempre ha existido ese miedo del ser humano ante el futuro incierto y la necesidad de hacer predicciones. Desde la antigüedad ha habido personas consideradas profetas porque se les atribuía el poder de adivinar qué iba a pasar en el futuro.
Y fíjate que pasa algo interesante con los profetas. Eran personas muy cultas, respetadas por la sociedad, y creían que tenían ese poder debido a su conexión con la naturaleza y el cosmos. Y creían que sus conocimientos les permitían adivinar el futuro. Es decir, era una autoridad que hacía predicciones basándose en su conocimiento. Esta es una de las claves que dan legitimidad a las predicciones, porque nos las ofrecen figuras de autoridad y basándose en conocimientos que nosotros no tenemos.
También tenemos en la historia de la antigüedad la figura del oráculo, siendo el más conocido el oráculo de Delfos. Y esto no era más que un consultorio donde las personas acudían en busca de respuestas a sus anhelos y dudas. La cosa funcionaba así a cambio de una ofrenda, responden a una pregunta. Esa pregunta generalmente tenía que ver con qué les iba a pasar en algún tema en concreto en su futuro o si se iba a solucionar el problema que les quitaba el sueño. ¿Pero no acudía solo el pueblo llano, no?
Acudían reyes, políticos, todo el mundo. De hecho, grandes decisiones de la historia de Grecia se tomaron allí. Y seguimos con grandes profetas de la historia, porque si hay una persona famosa que ha hecho predicciones es Nostradamus, al que a pesar del siglo 16 aún lo mencionamos hoy en día, cuando a alguien le gusta hacer Eres Nostradamus. De hecho, antes he usado esta expresión cuando hablaba de los economistas. Lo cierto es que a Nostradamus le tocó vivir una época complicada, llena de miedos e incertidumbre.
Una época oscura con guerras, epidemias, etc. En este contexto Nostradamus elaboró sus famosas profecías, que realmente eran unos textos vagos y que podían interpretarse de muchas formas distintas. ¿Pero por qué estas profecías se hicieron tan populares? Principalmente porque en épocas de crisis y miedo las personas buscan certezas y respuestas. Nostradamus justamente ofrecía eso, una especie de alivio psicológico frente a un futuro incierto.
Y claro, sus profecías, como eran tan generales, podrían referirse a casi cualquier cosa. Un ejemplo de una de sus profecías cuando gobierne la moneda de cuero, los mercados temblarán. La media luna y el bronce se unirá, el oro y la plata perderán su valor. ¿Qué significa esto? Pues puedes darle el significado que quieras y podrías decir que Nostradamus profetizó el nacimiento del Bitcoin, por ejemplo.
Esa moneda de cuero que menciona sería una metáfora del Bitcoin, una nueva moneda que tiene gran valor y que hace temblar a los mercados. Tontos de nosotros que no compramos bitcoin cuando ya nos tragamos. Nos lo dejó por escrito. En la historia hay un momento que lo cambia la Revolución Industrial y la Revolución Francesa. Hasta ese momento todas las posibles predicciones se hacían basándose en la historia, en el pasado.
Pero con estas revoluciones empieza a haber desarrollo, inventos, comienza a desarrollarse el método científico y el ser humano empieza a desarrollar métodos un poco más científicos para hacer predicciones. La ciencia está llena de predicciones, está llena de teorías que más tarde se tienen que probar. Sin duda el científico más famoso por sus predicciones fue Albert Einstein, que desarrolló la teoría de la relatividad mucho antes de que se pudiera probar o demostrar. Fue el primero en aventurarse a teorizar sobre que el tiempo no era una línea recta y que la gravedad se entiende como una deformación o curvatura del espacio tiempo provocada por la distribución de masas y energías. Esta teoría era inicialmente una predicción matemática abstracta que no podía ser comprobada fácilmente en la época.
Años después se pudo comprobar que muchas de sus deducciones eran correctas. Hay una teoría muy interesante sobre las predicciones que se aplica sobre todo a predicciones económicas o sociales, no tanto a la ciencia pura, que es la teoría del cisne negro, desarrollada por el filósofo e investigador libanés Nassim Taleb en el año dos. ¿Qué dice esta teoría? Este concepto se refiere a un suceso completamente inesperado, un evento de gran impacto que nadie veía venir. Pero lo más curioso es lo que ocurre después, una vez que ha pasado.
Empezamos a buscar explicaciones, a conectar puntos y a convencernos de que en realidad era predecible. Es como si nuestro cerebro se negara a aceptar que no lo vimos venir. De hecho, con el tiempo, ese evento que en su momento nos cogió por sorpresa, comienza a parecer obvio, muy evidente. Y aquí está la creemos que aprendemos del pasado, pero seguimos cayendo en la misma trampa una y otra vez. Nos ocurren cosas inesperadas, nos sorprenden y después nos claro, era evidente que iba a pasar.
Pero no, no lo era. Si lo hubiéramos sabido, nos habríamos preparado. Lo cierto es que los sucesos inesperados son inesperados precisamente porque no los podemos prever, pero nos cuesta aceptarlo. Hay muchísimos ejemplos de el surgimiento de Internet, los atentados del 11 de septiembre del 2001, la crisis económica del 2008, el inicio de la Primera Guerra Mundial o la gripe de 1918. Para mí el ejemplo más claro es la crisis del 2008.
Ahora hay un montón de estudios, documentales, artículos que explican por qué pasó. Analizan diferentes indicadores que mostraban que era evidente la burbuja inmobiliaria y la inminente crisis financiera. Sin embargo, en ese momento todo el mundo estaba comprando casas y muy optimista con el futuro. Es fácil analizar una situación cuando ya pasó la pandemia del Covid. Ahora se explica de forma muy sencilla y evidente, pero todos nosotros la vivimos y fue inesperada.
1 Auténtico caos. No nos olvidemos de eso. Los eventos inesperados siempre van a existir porque son precisamente eso, inesperados, no se pueden prever. Pero ojo, oyente, que estos cisnes negros también se pueden encontrar en nuestras vidas normales y corrientes. Pongamos que tú cada día tienes la misma te levantas a la misma hora, haces las mismas cosas.
Y a 1 h en concreto, sales de casa, coges el transporte público y vas a la oficina. Trabajas todo el día con la misma gente, vuelves a la misma hora del trabajo y te acuestas a la misma hora. Pero un día en el trabajo aparece una nueva compañ os conocéis, os caéis bien y al cabo de un tiempo te casas con ella. Ese encuentro cambió tu vida para siempre y no lo viste venir, no pudiste preverlo, aunque tú luego puedes racionalizarlo, darle una explicación y puedes decir que tú intuías algo y que por eso ese día te pusiste esa camisa en concreto, que sentías que algo especial iba a pasar. Pero no, te engañas, fue un suceso inesperado, fue pura casualidad.
Predicciones hay muchas a lo largo de la historia y seguirá habiéndolas porque es inherente al ser humano. ¿1 podría pensar por qué no se dejan de hacer si no son al 100 % fiables? ¿Por qué no parar cuando se sabe que pueden fallar? Y muchas predicciones son completamente erróneas. Pues porque son necesarias.
Primero porque aunque pueden tener errores, nos pueden servir para anticiparnos a los hechos o a los problemas. Pueden servir para alertar sobre un tema y así buscar soluciones. Pero sobre todo necesitamos las predicciones porque somos seres humanos llenos de pánico ante la incertidumbre. Necesitamos tener esa sensación de control, aunque en realidad solo sea eso, una sensación, porque en realidad estamos a merced del azar. Hasta aquí el episodio de hoy.
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