This transcript has been generated automatically.
Hoy hablamos premium Episodio 298 Solo puedes quedarte con Rebe Hola, amigos, amigas.
Hoy Rebe y yo hablamos de algunos dilemas absurdos en los que solo puedes quedarte con una opción.
Hoy es un episodio que yo podría odiar muchísimo, porque consiste en decidir cosas.
Quizás porque quieres jugar un poco conmigo, quizá quieres saber si yo soy capaz de descubrir lo que prefieres, pero bueno, sí, efectivamente.
También puede ser por no herir a nadie o por no ser a veces maleducado, por ejemplo.
Yo creo que mi caso, por ejemplo, viene de cuando era pequeña, que no quería como ser a veces maleducada o caprichosa.
Entonces, si alguien me ofrecía algo para no ser como tiquismiquis o eso, caprichosa en mi decisión, prefería decir me da igual y que la persona me ofreciese lo que le fuese más cómodo.
Por ejemplo, imagínate, iba a casa de mi tía y me ofrecía merendar, me ofrecía diferentes opciones.
Yo decía me da igual para que ella me diese lo que le era más cómodo de preparar o cualquier cosa.
Entonces creo que era por eso, y creo que al ir creciendo, pues me quedó esa manía.
Esa palabra o esa frase no existe en este episodio, porque hoy vamos a jugar una especie de juego que consiste en tener un dilema donde se nos ofrecen dos posibilidades y hay que elegir una.
Más que decisiones difíciles, son situaciones extrañas, diría yo, porque no vamos a tomar una decisión aquí vital, sino que nos van a dar dos opciones bastante raras en algunas ocasiones.
Y bueno, hay que decidir la menos rara para ti, porque tampoco es que esto importe mucho.
Entonces tienes dos o nunca volver a escuchar música, o nunca volver a comer pan.
Pero claro, no volver a escuchar música nunca más me parece un poco triste, la verdad.
A mí de vez en cuando me gusta escuchar música, como a todo el mundo, y creo que no hay nadie en el mundo que no escuche música.
En cambio, no sé, hay gente que es intolerante al gluten y vive sin comer pan y no está triste ni nada.
Bueno, pues seré yo la rarita, Roi, pero no sé, prefiero comer pan feliz con mi tostada y en silencio.
A ver, ahora estoy pensando que también gente con problemas de audición, gente que está sorda, por ejemplo, que no puede escuchar música, entonces también se puede vivir sin música.
Porque pone no escuchar música, pero si soy yo quien está cantando, igual está permitido.
Pero bueno, lo que tú haces con tu voz, Rebe, no sé si se puede considerar música.
Bueno, pues yo haría mi intento de cantar mientras disfruto de mi pizza, mi tostada, mi bocadillo de chorizo.
Yo creo que aquí no hay una elección mejor o peor, sino la mejor elección para uno mismo.
¿No volver a ver películas, ni series, ni ningún tipo de contenido audiovisual o no volver a leer libros?
Creo que elegiría no volver a ver películas o series, pero aún así no lo tengo tan claro.
Y creo que me quedaría con las pelis y las series, porque me encanta leer y me gusta muchísimo, pero no sé, no volver a ir al cine, verme una serie en casa contigo, por ejemplo.
Entonces, pues una noche cenando juntos y viéndonos una peli creo que lo extrañaría más que leer un libro.
Pero bueno, puedo verme películas que estén basadas en libros y así, aunque no los haya leído yo.
Aunque bueno, escuchar un libro no es lo mismo que leerlo, pero sí, quizá es mejor quedarse con las películas.
Y no puedes solucionarlo con aire acondicionado, el calor, o no puedes solucionarlo con mantas, sino que siempre vas a tener esa sensación en tu cuerpo.
Y es que el calor puedo soportarlo, aunque no sea algo muy agradable, puedo tolerarlo.
Pero con el frío lo paso mal a nivel ya corporal, me puede doler alguna parte del cuerpo, me puede sentar mal.
Por ejemplo, a mí cuando me coge el frío, que se suele decir, pues me empieza a oler la barriga o cosas así.
¿Lo que pasa es que no hemos decidido un nivel, o sea, la temperatura, a qué temperatura sería ese frío?
Pero si es como en nuestra ciudad natal, en Vigo, los días de mucho frío o los días de mucho calor.
El calor es desagradable, es incómodo, te cansa y te agota, pero al menos no es tan doloroso como el frío.
Cuando hemos viajado, por ejemplo, hemos estado en sitios en los que hacía mucho calor y no lo pasas bien tampoco.
Estás todo el día sudando, te cansas muchísimo, cualquier actividad física es un suplicio.
Vamos a un dilema más absurdo, si es posible, o que tiene que ver un poco con el ridículo, quizá con hacer el ridículo en público.
En lugar de hablar como yo estoy hablando ahora, hablaría de esta forma, cantando todo el tiempo.
La otra opción, lamentablemente no puedo mostrarla aquí, pero sería bailar cada vez que caminas.
Estarías bailando, estarías haciendo cosas con los brazos, con las piernas, pero no podrías caminar de la forma convencional, de la forma que caminamos casi todos.
Pero claro, si estamos pensando que es algo que voy a tener que hacer de forma obligada siempre, me quedaría con bailar cada vez que caminas.
Porque incluso tiene cierta gracia, porque cantar, si tú siempre estás hablando, cantando, la gente ya pensaría que te estás riendo de ella la cara, pensarían que está siempre haciendo el tonto o algo así.
Yo elegiría caminar bailando, pero no porque sea más raro o menos raro, sino porque a lo largo del día hablo mucho pero no camino tanto.
Tener que cantar todo el rato, por ejemplo, grabar un podcast ya sería muy difícil.
Y según cómo bailes, incluso igual avanzas más rápido y todo y haces más deporte muy sano.
Vale, pues el siguiente creo que a ti te va a resultar fácil de responder, pero bueno, ahí viajar gratis por todo el mundo pero no poder volver nunca aquí a tu casa.
Abigo o quedarte siempre en tu ciudad pero no poder salir nunca de ella, no poder ver otros sitios.
Quedarme siempre en mi ciudad natal, porque aunque ahora estamos haciendo esto de viajar mucho y visitar diferentes países, me gusta mi ciudad natal, me gusta mi tierra, yo soy una persona, no sé, de estar en casa, de estar en el sitio donde me gusta y no me gusta tanto.
Viajar sí que está bien y me gusta hacer algún viaje de vez en cuando, pero si tengo que elegir entre estar viajando continuamente y no poder volver a casa o quedarme en casa para siempre, me quedo en casa.
Para mí este sí que es un dilema bastante complicado, porque aunque me encanta estar en casa y me gusta muchísimo estar aquí y la gente, la comida y todo lo que hay aquí, no poder ver otros sitios nunca.
Entonces creo que podría encontrar otro sitio que también me gustase y que se parezca a mi casa, pero pudiendo moverme también y ver más sitios.
Si la gente va a estar en tu ciudad y tampoco la vas a poder ver, o la gente la puedes mover de sitio.
O sea, en este dilema podríamos decir que podrías visitar tu ciudad natal un mes al año, por ejemplo.
Venga, podemos dar esa concesión, pero no podrías vivir ahí y no podrías estar más de un mes al año, por ejemplo, toda tu vida.
Ver solo una vez al año a mi familia, pues me parece triste, pero pueden visitarme ellos también a mí.
Ahora lo comentas así, pero si se diese la situación, no sé cómo se podría dar, porque esto son hipótesis un poco absurdas.
Quizá llegaría a tomar esa decisión por mi familia y mis amigos y tal, pero no lo tengo claro, la verdad.
Podría decidir vivir en otro país y visitar a mis amigos y a mi familia una vez al año y que ellos me visiten a mí otra vez.
Bueno, pues pasamos al siguiente dilema, que es un poco parecido, porque es vivir en una cabaña en el monte, tú aislado, sin Internet y sin nada, o vivir en una gran ciudad, en una ciudad más caótica, pero con un Internet rapidísimo, todos los servicios.
Es complicado, porque justo son los dos mundos que me las cabañas, los bosques, las zonas de naturaleza, pero con Internet rápido.
Es como me gusta el Rollo del Rural, de lo natural, pero también me gusta ver mis series, mis películas, tener acceso a Internet.
Incluso si hay servicios de mensajería o lo que sea, estilo Amazon y tal, tiendas online, también me gusta poder conseguir eso.
No sé qué elegiría, la verdad, porque vivir en una cabaña me parece interesante, pero claro, sin Internet, a ver, es la vida más auténtica.
Vivían en medio del bosque, una cabaña, sin tecnología ni Internet, de forma muy natural.
Venga, voy a decir vivir en una cabaña sin Internet porque las ciudades grandes es que no me gustan nada.
Porque no es lo mismo una ciudad como Vigo, en la que vivimos nosotros, que dentro de ser una ciudad es bastante tranquila, hay zonas muy tranquilas, a irte a lo mejor a Madrid, por.
Hay Internet muy rápido y me parece una ciudad muy bien organizada, muy tranquila y es una ciudad enorme.
Vamos a elegir una ciudad caótica, ruidosa, con muchos coches, mucho tráfico, transporte público que no funciona tan bien ese tipo de ciudades.
A lo mejor podría vivir en una cabaña muy tranquila, hacer mis manualidades, pintar.
Además creo que el tema servicios, por ejemplo, en mi caso, me adapto más fácil, porque si estoy en una gran ciudad, pues oye, es maravilloso tener todos los servicios a tu alcance, tan fácil, tan rápido, bajar de tu piso, ya tener ahí un montón de tiendas, un montón de servicios que llegan directamente a tu casa.
Pero luego si estoy en una casita aislada que tengo que coger el coche para ir al pueblo más cercano, pues también me adapto, no tengo mucho problema.
Ese es el detalle interesante, que aunque no nos damos cuenta, usamos mucho Internet, no solo para trabajar, que es algo evidente, pero para el ocio lo usamos muchísimo también.
Y podría ir al pueblo más cercano a coger wifi, descargarme cosas y volver a mi cabaña.
Hombre, eso sería hacer trampa, creo, pero en este dilema sería un poco tramposo.
Porque además en España tenemos persianas, pues oye, bajas las persianas, la habitación está oscura, puedes dormir perfectamente, podrías incluso cerrar las de toda la casa y dentro de casa es de noche, así que no tengo problema.
Pero claro, vivir en un sitio donde siempre es de noche es un poco triste, porque además no van a vivir muchos seres vivos, no va a haber mucha vegetación, no sé, un poco deprimente.
Aunque nunca hemos vivido, nunca hemos estado en sitios tan extremos, sí que hay en algunas zonas del mundo donde en ciertos periodos, pues casi todo el día es de noche o casi todo el día es de día.
Entonces, sin haber experimentado eso, no podemos saberlo exactamente, pero creo que es evidente que vivir siempre de día es un poquito mejor que vivir siempre de noche.
Obviamente para el cuerpo es complicado porque siempre está ahí el sol y el ritmo circadiano no va muy bien, tu ritmo vital.
Tú imagínate un país como España, de noche todo el tiempo, las terrazas, la gente paseando por la calle, todo eso se perdería.
Entonces, todo el tiempo libre del mundo, no tienes que trabajar, pero tienes muy poco dinero y no puedes ganar dinero de ninguna forma.
¿Tienes que trabajar, no sé, 14 h al día y casi no tienes tiempo libre porque trabajas 13 o 14 h al día, duermes y qué te queda?
A ver, supongo que preferiría tener mucho tiempo libre aunque tenga menos dinero.
Porque puedes buscar actividades o alguna cosa que hacer que implique no gastar dinero.
Puedes irte a pasear, caminar por el bosque, irte a la playa, ciertas actividades que impliquen no gastar.
Solo podrías tener un coche muy viejo o no podrías tener coche incluso porque se te rompería y no tendrías dinero para arreglarlo.
¿Pero es que si tengo mucho, mucho dinero, aunque tenga un cochazo, un montón de cosas y pueda viajar y todo lo que tú quieras, si no tengo el tiempo para viajar, de qué me sirve poder viajar?
¿O no tengo tiempo para quedar con mis amigos, de que me sirve tener mucho dinero?
También es cierto que no tener dinero te va a limitar mucho para hacer ciertas cosas o hacer ciertos planes con tus amigos.
No puedes hacer mucho tienes para comer, tienes para vivir, pero sin grandes lujos.
Curiosamente, Rebe, yo creo que mucha más gente en la vida real elige la última opción.
Yo creo que mucha más gente, no digo que se enfrenten a este dilema concretamente, pero creo que mucha gente vive esa vida de tener mucho dinero porque tienen trabajos donde ganan mucho dinero y trabajan muchísimo y no tienen casi tiempo libre y eligen conscientemente esa opción.
En mi caso, yo estoy viendo este dilema como no tener dinero para ocio, pero sí para tus necesidades básicas.
Entonces yo estoy dando por hecho que cubres tus necesidades y luego eliges si tener mucho o poco para hacer cosas.
Sí que es cierto que mucha gente subconscientemente sacrifica tiempo libre por ganar más dinero y otra pues no.
Pero yo doy por hecho que en este dilema las necesidades básicas están cubiertas, porque si no, si me muero de hambre, pues claro, elijo tener dinero.
Lo que pasa es que las necesidades van cambiando, porque tú dices bueno, necesito desplazarme, entonces uso el transporte público, pero luego dices vamos, con un coche, me desplazaría mejor.
Entonces necesito un coche, y compras un coche de segunda mano viejo, pero luego dices Necesito un coche nuevo, y compras un coche nuevo, pero luego ya tienes más dinero y necesito un coche más potente, que este coche en autovía no me sirve, entonces compras un coche más potente.
Y luego dices necesito cambiar de coche cada tres años, que si no, no estoy cómodo.
Entonces cada vez sigues trabajando más porque tus necesidades como que se van ampliando.
¿Bueno, pues está claro que podríamos entrar en muchos detalles pequeñitos, pero bueno, tú más o menos, si no fuera algo terrible, preferirías tener mucho tiempo libre y poco dinero?
Pero bueno, Roi, yo contesté, pero tú creo que no te has mojado, no has dicho nada, has explicado un montón de conceptos, le has dado muchas vueltas, pero no has dado una respuesta.
No, yo creo que si hablamos puramente el ocio, creo que me quedaría con la primera opción, tener todo el tiempo libre del mundo pero poco dinero.
Claro, habría que entrar en muchos detalles que hoy no vamos a comentar sobre cuánto dinero sería y todo esto, pero bueno, creo que me quedaría con esa opción.
Vale, pues entonces pasamos al siguiente, que consiste, ojo roi, en comer tu plato favorito todos los días del año, el resto de tu vida, o no poder comerlo nunca más, no volver a probar nunca ese plato.
Antes de responder a este dilema tengo que solucionar el mío, mi dilema interno, que no sé exactamente cuál es mi plato favorito.
Me gusta mucho la tortilla, la pizza, el pollo, el pollo frito, no sé, hay muchos platos que me gustan mucho.
Venga, vamos a decir tres para que sea una decisión difícil, porque cinco platos yo no varío mucho mi alimentación, casi como cinco.
Creo que no sea capaz, porque si de verdad son mis favoritos es porque me encantan por encima de muchos otros dos.
Tiene que ser de verdad mis favoritos y no volver a comerlos nunca sería terrible.
Yo podría decir Vale, pues no voy a volver a comer tortilla, pizza ni pollo, uff, estoy sufriendo un poco.
Pero aún así hay muchas otras comidas que me gustan, me gusta el salmón, me gusta la ternera, me gustan los huevos.
Es que si por ejemplo me quitas la pizza, que me encanta la pizza, no volví a comer nunca una.
Yo lo digo porque hubo épocas de mi vida donde pues no comía tanto los platos que ahora son mis platos favoritos y era feliz y estaba bien.
Hubo épocas en las que no comía mucho pollo, otras épocas, por ejemplo, cuando vivía en casa de mis padres, casi nunca comíamos pizza y yo tampoco iba mucho por ahí a comer pizza.
Yo por mi experiencia, en periodos en los que no he comido ciertos alimentos, no era fácil, no lo llevaba bien, echaba mucho de menos comer ciertas cosas.
Pero bueno, al final es un dilema que esperemos que no tengamos que enfrentar nunca.
Bueno, pues creo que ya hemos respondido muchos dilemas un poquito absurdos, estas preguntas en las que sólo puedes quedarte con una opción y animo a los oyentes a que nos dejen un comentario con sus elecciones.
1 pequeño argumento no estaría mal, porque a veces das una respuesta y parece absurda, pero luego la explicas y dices, oye, pues es comprensible que haya elegido esto.