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No sé si recordáis los oyentes, la semana pasada hablamos de el poder de la mente y pusimos ejemplos como el efecto placebo, que es cuando piensas que algo va a ser bueno o te va a sentar bien y al final te acabas sentando bien por tu propio pensamiento.
Sería el caso contrario, cuando tenemos un pensamiento negativo y eso acaba produciendo cosas negativas.
Sí, también hablamos otras cosas, como que la mente puede crear síntomas físicos.
Cuando estás muy preocupado o tienes mucha ansiedad o estás muy nervioso por algo, puedes acabar teniendo dolor de cabeza, dolor de estómago, malestar general.
Y por último, comentamos cómo el estrés nos podía afectar de diferente forma según cómo lo interpretábamos.
Vimos el ejemplo de dos grupos, a uno le contaban las cosas positivas que te puede traer el estrés y al otro le contaban solo lo negativo.
Entonces veíamos que según la información que cada grupo tenía, le afectaba el estrés de una forma diferente.
Y por supuesto, la conclusión era que el grupo que tenía información negativa del estrés, pues el estrés le afectaba de forma negativa.
Bueno, pues una vez hecha esta introducción, hoy vamos a seguir hablando de ejemplos de cómo la mente tiene un poder bastante grande sobre nosotros y nos influye.
Y esto es muy sencillo, es cuando tenemos unas expectativas sobre algo que va a pasar en el futuro y esas expectativas influyen en nuestras acciones y al final ocurre lo que nosotros pensábamos.
Es decir, si pensamos que algo va a ocurrir de cierta forma, el hecho de que nosotros pensemos eso nos influye en nuestro comportamiento y al final acaba ocurriendo lo que pensábamos que iba a ocurrir.
Para ver un ejemplo, imagínate que este fin de semana tienes un evento, alguna actividad social, y no te apetece mucho ir porque crees que no te vas a divertir, que va a ser incómodo, que no lo vas a disfrutar lo más probable es que finalmente no lo disfrutes.
Pero no porque el evento en sí fuese malo o no lo fueses a disfrutar, sino porque como tú ya ibas pensando eso, ya ibas con esas expectativas negativas, lo más probable es que tú mismo provoques una mala experiencia.
Ya sea porque vas con una actitud mala, porque vas nervioso, porque luego no hablas casi con la gente, por lo que sea.
Es un buen piensas que ese evento va a ser complicado y estás tan nervioso en el momento que acaba siendo complicado.
Entonces imagínate que tú notas a tu novio un poco irascible, de mal humor, como que lo notas un poco molesto.
Y entonces creo que mi novio está molesto y seguro que como está molesto vamos a discutir.
Seguramente ese pensamiento va a influir en tu comportamiento y puede ser más susceptible y acabas discutiendo.
Tu novio está un poco molesto ese día y hoy estoy un poco estresado, estoy un poco enfadado, seguro que acabo discutiendo con mi pareja.
Y al final, como pensamos que puede ocurrir eso, estamos más susceptibles o nos fijamos más en esos detalles y acaba pasando lo que pensábamos que iba a pasar.
Al final, en muchas situaciones lo que importa es tu actitud y cómo te enfrentas a esa situación.
Si tú vas pensando que te va a ir mal en algo, vas a afrontarla con una actitud muy negativa, sin esperanzas, sin esforzarte incluso.
Entonces puede ser una entrevista de trabajo, puede ser un examen, puede ser cualquier cosa.
Que no es lo mismo ir con una actitud positiva que ir ya pensando que te va a ir mal.
Tú vas a una entrevista de trabajo pensando que lo vas a hacer fatal, que seguro que no te cogen, que no tienes la experiencia necesaria.
Esa actitud que llevas te va a hacer estar más nervioso, contestar ya las preguntas con bajas expectativas, no vas a darlo todo, no vas a dar todo lo que tienes.
Entonces, esta profecía autocumplida nos puede afectar en un montón de conceptos en la vida.
Las cosas pueden ir mal, pero si ya vas pensando que va a ir mal, es más probable que vaya mal.
Es mejor tener una mentalidad positiva y pensar en positivo, porque si no nos puede ocurrir esto.
Es como por ejemplo, cuando salgo de noche, noto que en alguna ocasión ahora como que no me apetece mucho ya.
Entonces ya voy pensando en cosas malas de salir de noche voy a estar muy cansada, seguro que tengo sueño, igual me duelen los pies por los zapato, seguro que ya no me divierto, tanto como antes y eso puede hacer que al final realmente no me divierta tanto.
Entonces yo misma puedo condicionarme y hacer que acabe pasándolo mal esa noche sin ser realmente por la ocasión o por el evento.
Sin embargo, si vas con una actitud positiva buah, hoy seguro que me voy a divertir, va a ser una gran noche, me lo voy a pasar súper bien, lo más probable es que luego realmente sí que te diviertas.
También es que esas dos mentalidades harán que prestes atención más a unas cosas que a otras.
Si vas con la mentalidad negativa que comentabas, vas a prestar más atención a tu dolor de pies, a tu cansancio, a cualquier cosa que no te guste de la noche.
Pero si tienes la mentalidad positiva, aunque también tengas dolor de pies y estés cansada, prestarás más atención a que te lo estás pasando bien, a que estás bailando mucho, a los momentos en los que te ríes con tus amigas.
Entonces también la mentalidad puede hacer que nos fijemos en unas cosas o en otras y al final disfrutemos más una noche, como en este ejemplo.
Y Rebe, ahora podemos hablar del efecto Pigmalión, que es algo parecido a la profecía autocumplida, pero en este caso es cuando las creencias de una persona influyen en otra persona.
Entonces, esto es cuando un profesor cree que un estudiante es muy bueno, cree que un estudiante lo va a hacer muy bien, y al final eso acaba influyendo en el estudiante y el estudiante acaba siendo bueno.
Porque no es que el profesor, solo por pensar que el estudiante sea bueno, ya el estudiante se vuelve bueno automáticamente, sino que pasa algo ahí.
Por ejemplo, como el profesor cree que ese alumno es inteligente y tiene potencial, le dedica más tiempo, más esfuerzo, se concentra más en ese estudiante, también puede ser más benevolente cuando corrige sus exámenes.
Por ejemplo, si a ti te cae bien un alumno, un estudiante, quizá, bueno, hay un error en el examen y bueno, seguro que se confundió, sé que sabe hacer esto, no le voy a poner tan mala nota.
Mientras que a otro alumno que no es tu favorito, no te cae tan bien o lo que sea, quizá eres más estricto.
Y a ver, los profesores por supuesto que intentan ser objetivos, pero yo recuerdo casos de profesores que no lo eran.
Ellos seguramente no se daban cuenta, pero yo recuerdo, por ejemplo, una profesora que tenía de historia o algo así, y yo le caía bastante bien.
Y yo era un estudiante aplicado, pero tampoco era el estudiante más aplicado de la clase.
Y yo tenía un amigo que estudiaba mucho y se esforzaba mucho para hacer los exámenes, pero no sé por qué no le caía bien a la profesora, no le caía muy bien mi amigo.
Entonces recuerdo algunos exámenes en los que yo le decía a mi bueno, no me salió muy bien, a ver si saco un seis o así.
Y luego mi amigo, que se había esforzado un montón y seguro que el examen lo hizo mucho mejor que yo, sacaba un seis.
La profesora, por lo que sea, pensaba que yo era más listo o le caía mejor, y se veía reflejado mis notas.
En cambio mi amigo, como no le caía muy bien por lo que sea, tenía peores notas, aunque seguramente su examen no era tan malo.
Y no es solo cuestión de caer bien o mal, sino las expectativas que tienes de ese alumno.
Por ejemplo, yo creo que la mayoría de los profesores intentan ser lo más imparciales posible, pero yo recuerdo una clase en concreto en la que un profesor subió la nota a ciertos alumnos de la clase, sólo porque esos alumnos supuestamente eran muy buenos e iban a estudiar carreras muy importantes.
Uno iba a hacer medicina, otra iba a ser farmacéutica, ciertos estudios superiores que se les da como prestigio.
Entonces el profesor, como quería que sus alumnos llegasen a tener sus estudios tan importantes, subió su nota descaradamente para que tuviesen una mejor media, mientras que otros alumnos que eran igual de brillantes tuvieron notas más bajas.
Por porque no tenían pensado estudiar nada importante o aún no sabían que iban a estudiar.
Y es un poco triste, porque hemos dicho que afecta a los alumnos, porque el profesor dedica más tiempo y más esfuerzo a los alumnos que él cree que son más inteligentes, o que tienen más futuro, o que son más aplicados.
Y entonces, claro, dedica más tiempo a esos alumnos y menos tiempo al resto de alumnos.
Que esos alumnos se benefician a los que les dedica tiempo y también tienen mejor autoestima.
¿Pero claro, los alumnos a los que el profesor ignora o a los que no presta tanta atención, qué van a pensar?
Pues van a tener pensamientos negativos sobre sí mismos, y al final eso puede influir en sus notas y en su futuro académico.
A ver, no decimos que la mayoría de los profesores hagan esto, porque la mayoría sí que intentan ser lo más justos posible, pero bueno, a veces puedes acabar cayendo en esto.
Y es que esto no es algo que lo haces a propósito, que los profesores que nos escuchan, que no se pongan tristes ni que se enfaden, porque esto es el poder de la mente.
O sea, esto es algo que si lo haces es que no te das cuenta, porque tu mente actúa de una forma y a veces, bueno, controla lo que tú haces.
Así analizas tu propio comportamiento y me está afectando el efecto Pigmalión, me está afectando este sesgo de mi mente.
Y esto ocurre, Rebe, y vamos a poner un ejemplo de un experimento, de un estudio, que ya sabes que me encantan los estudios.
Entonces, en un experimento lo que hicieron es que cogieron a una clase, a unos estudiantes, e hicieron un test de inteligencia a los estudiantes.
Solo era una puesta en escena, solo era para que pareciese que habían hecho el test de inteligencia.
Y lo que hicieron es que les dijeron a los profesores que algunos estudiantes en concreto tenían la mejor puntuación y eran muy inteligentes.
Pero repito, en realidad ese no era el resultado real del test de inteligencia, porque lo dijeron de manera aleatoria.
Cogieron a unos cuantos estudiantes de manera aleatoria y dijeron que esos eran los más inteligentes.
Pues lo que pasó es que esos estudiantes en concreto mostraron un aumento significativo en su rendimiento académico, lo hicieron mucho mejor.
Y claro, la conclusión fue que las expectativas de los profesores influyeron en esos estudiantes.
Que al final esto no debería sorprendernos, porque si un profesor te dedica mucha más atención, mucho más esfuerzo, te apoya mucho más, claramente, es muy posible, muy probable, que tu rendimiento académico mejore muchísimo.
Los profesores se concentraron quizá un poquito más en esos alumnos, pusieron sus esperanzas en ellos y tuvieron resultados al final.
Y seguramente esos estudiantes, como tenían más atención de los profesores, seguramente una actitud más positiva por parte de los profesores, eso potenció su confianza, sus habilidades y se vio reflejado en sus resultados.
Te voy a poner un ejemplo personal, Roi, un caso personal un poco triste, la verdad.
Yo tenía un profesor de matemáticas en concreto, que no es que yo le cayese mal en absoluto, de hecho le caía bastante bien y era un poco una persona favorita.
Es cierto que su clase no se me daba muy bien porque me costaba mucho entender a este profesor.
No es que la asignatura se me diese mal en general, sino que, bueno, no se me daba bien entender a este profesor.
Que como el profesor daba por hecho que no se me daba bien su asignatura, que no iba a sacar buenas notas, tampoco me prestaba mucha atención.
Y era gracioso porque a este profesor le gustaba mucho preguntar durante su clase, hacer preguntas de repente para ver qué alumno era capaz de contestar.
Y cuando llegaba a mi pupitre, a mi sitio donde estaba sentada, me miraba y decía tú no sabes.
A ver, es gracioso porque en el momento cuando eres joven, incluso en alguna ocasión lo agradecía porque, bueno, pues no me hace quedar mal si contestó mal.
Porque claro, los que contestaban mal se reía un poco de ellos, los vacilaba un poco.
Entonces, de hecho, un amigo que tengo de instituto aún se metía muchísimo con él también, porque él sí que contestaba, a él sí que le preguntaba y bueno, era muy fácil equivocarse, era bastante difícil su asignatura, entonces se reía mucho.
Claro, yo en el momento cuando se estaba riendo de otra persona, yo agradecía que no me pregunte porque evitaba que se riesen.
Pero claro, sí que es cierto que pierdes bastante la confianza y como que asumes que no se te va a dar bien, que no vas a ser capaz de hacerlo.
¿Claro, entonces, qué te va a pasar a ti cuando empieces a estudiar las matemáticas?
¿Cuando intentes entender algún problema en esa clase, vas a tener frustración porque en cuanto no entiendas algo, pensarás es que se me dan mal las matemáticas, no?
Pensarás no entiendo este problema, tengo que aprender más o tengo que buscar la solución.
No, no, directamente piensas que tú ya no puedes hacerlo, que no es para ti y esto está muy mal.
Si hablábamos del efecto Pigmalión, que al menos es positivo para algunos estudiantes, porque el profesor al menos piensa que algunos son muy inteligentes y estos estudiantes se benefician.
El profesor que piensa que eres tonto, que se te da muy mal la asignatura, que lo vas a hacer muy mal.
Y al final es que aunque no seas tonto, lo vas a hacer mal porque destruye tu confianza.
En general los profesores no suelen hacer esto, o bueno, intentas dar la clase para todo el mundo, pero sí que tuve algún profesor que diferenciaba bastante entre alumnos favoritos y alumnos de los que pasar bastante.
Era un hombre bastante mayor, de una generación diferente, que daba las clases a la antigua usanza.
Pero bueno, aunque esto esté mal, hay que decir que tiene una parte humana este comportamiento.
O sea, es un comportamiento humano, porque aunque no esté bien el comportamiento, la explicación es muy sencilla.
El profesor está ahí dando sus clases, invirtiendo tiempo en enseñar a los estudiantes, y si él piensa que un estudiante no va a entenderle o no va a hacer bien porque es tonto, piensa va a ser una pérdida de tiempo intentar explicar las matemáticas o lo que sea a este estudiante.
En cambio, si piensa que un estudiante es inteligente, el profesor va a pensar que su tiempo está mejor invertido dedicando tiempo a ese estudiante.
Que aún así es un pensamiento malo, porque como hemos visto, como profesor realmente no sabe si un estudiante es mejor o peor.
A ver, y en mi opinión, tú como profesor tienes que esforzarte en que todos tus alumnos aprendan.
Puedes tener un alumno al que le cueste más aprender algo, pero para eso estás tú ahí, para ver de qué otra forma lo puede entender.
En mi caso, con este profesor, yo no entendía su forma de explicar las cosas, pero quizá si otra persona me lo hubiese explicado de una forma diferente, sí lo habría entendido.
Simplemente no es solo cuestión de apostar por un alumno o no, sino intentar que todo el mundo aprenda.
A ver, y es que en ese caso podríamos hacer otra lectura de esa situación, y es que si el profesor explica algo y tú no lo entiendes, tienes dos o dices que el estudiante es tonto y no lo entiende, o puedes quizá yo como profesor no lo estoy explicando bien.
¿Porque para él era más sencillo decir que tú eres tonta y no entiendes la explicación, que reconocer que a lo mejor él no es tan buen profesor, o que no está dando una buena explicación, y hacer el esfuerzo de pensar Vale, cómo puedo explicarlo de otra forma para que Rebeca lo entienda?
Me estaba riendo, Roi, porque dijiste justo la Rebeca no entiende esto y me estaba acordando de que este profesor no nos llamaba por nuestros nombres, sino que nos ponía un mote.
Y no era porque no recordase los nombres de los alumnos, sino era una persona con una gran memoria y recordaba los nombres y apellidos de cada alumno que tenía, pero no le gustaba usar los nombres de las personas.
Pero bueno, a ver, creo que era un profesor muy malo, pero a veces está bien tener estas experiencias malas y conocer a esta gente egocéntrica y mala gente, podríamos decir, porque también te curte, te enseña, te da una muestra de que en el mundo hay gente un poco mala o un poco perjudicial para ti.
Voy a acabar diciendo algo bueno de este profesor Roig, porque realmente no creo que fuese una mala persona.
Porque una vez me dijo algo, una frase, no la recuerdo exactamente, pero fue algo como Espero que en unos años vuelvas para ver qué has llegado a hacer.
Y claro, yo pensé Oye, gracias por ese cariño de que vuelva y me veas y veas a qué he llegado.
Pero si he llegado algo, no va a ser por lo mucho que aprendí en esta clase, porque realmente salí de aquí sin aprender demasiado.
O sea, la frase que te dijo fue algo así como Espero que alguna vez vuelvas y me sorprendas y ostras, esta tía que era tan tonta acabó haciendo algo de provecho en su vida.
Yo la recuerdo como con cariño, como con algo de aprecio, pero claro, fue hace muchos años, no recuerdo bien.
Al final también el poder de nuestra mente se ve cuando alteras un poquito algunos recuerdos y algo que quizá no era muy malo lo recuerdas como algo terrible, o algo que quizá no era tan bueno, pues lo recuerdas con mucho más cariño del que realmente merece.
Sí, y el síndrome de Estocolmo, aunque no era algo que habíamos preparado para hoy, es otro ejemplo del poder de tu mente.
Pero también tenemos las falsas memorias, que es cuando nuestros recuerdos no son reales.
Muchas veces nuestro cerebro inventa partes de nuestros recuerdos o tiene recuerdos incorrectos.
Y esto nos pasa un montón de veces, que te pones a recordar algo, incluso hablarlo con otra persona que estaba presente, y cada persona recuerda eso de una forma totalmente diferente.
Sí, y lo curioso es que a ti te pasa algo hoy, lo recuerdas dentro de un año y tienes como una historia en tu cabeza, y dentro de tres años lo recuerdas y la historia en tu cabeza va a ser ligeramente distinta, pero tú no eres consciente, obviamente.
De hecho, muchos oyentes escucharán esto y dirá no, eso a mí no me pasa, eso te pasará a ti.
Claro, eso es lo que tu cerebro te hace creer, pero lo siento, nadie se acuerda exactamente de lo que pasó hace 10 años.
Lo que tienes en tu cabeza es una construcción que hace el cerebro y hay detalles que se inventa, hay detalles de recuerdos que seguramente no fueron como tú piensas.
Y si lo hubieras grabado en vídeo y escribieses en un papel recuerdo y comparases con el vídeo, dirías ostras, la mitad de lo que recuerdo es mentira.
¿Esto yo creo que nos pasa a todos un montón, que recuerdas algo, empiezas a pensar y oye, es realmente como lo recuerdo?
Y de hecho hay bastantes estudios que hacen esto, que preguntan a la gente algo concreto, un recuerdo, y varios años después vuelven a preguntar lo mismo y la gente responde cosas inventadas, cosas diferentes.
Y luego cuando le enseñan lo que habían dicho tres o cinco años antes, se quedan sorprendidísimos, porque no puede ser que esté tan equivocado si lo recuerdo perfectamente.
Yo no necesito todos estos estudios, Roi, porque esto se ve en mi familia, en cada comida familiar que hacemos, porque mi abuela, mi madre y mi tía se ponen a hablar de historias del pasado y nunca coinciden.
Siempre se ponen a discutir sobre ciertos detalles que todas ellas recuerdan perfectamente, pero que realmente ninguna recuerda bien.
Claro, todas dicen que lo recuerdan perfectamente, pero todas tienen una versión distinta de la historia.
Bueno, pues vamos a ver otro tema del Poder de la Mente y podemos hablar de el dolor, Rebe.
Y es que una cosa muy interesante es que el dolor puede parecer algo físico, pero también es algo que depende mucho de la mente.
Y algo que seguramente más o menos todos tenemos en cuenta es que el dolor es relativo.
Imagínate que tú y yo nos rompemos un brazo de la misma forma y objetivamente es el mismo dolor.
Bueno, no lo sé, Rebe, porque claro, yo me he roto en toda mi vida dos brazos ya.
Es cierto que mi umbral del dolor es muy bajo y ante el mínimo problema ya sufro mucho.
Si tú tienes tu mente distraída, estás pensando en otra cosa, no lo vas a sentir igual que si tú estás concentrado en el dolor, estás pensando en lo mucho que te duele, lo más seguro es que te duela mucho más, que tú sientas mucho más ese dolor.
Por ejemplo, esto me pasa a mí cada mes, cada vez que tengo la regla, lo que intento es pensar en otra cosa, ponerme a hacer cualquier cosa, ver una serie, ver una película, leer.
Si estoy dando un paseo o con amigas, me va a doler mucho menos que si estoy en mi cama pensando en lo mucho que me duele.
Tú de vez en cuando tienes dolor de cabeza, tienes migrañas bastante fuertes y siempre dices que si estás distraída, si sales a caminar o lo que sea, aunque te sigue doliendo, te duele menos porque estás más distraída.
Bueno, en este caso afecta también que si estoy al aire libre, como que me relaja mucho más el aire, la brisa, estar en un ambiente más relajado, dando un paseo por la naturaleza, me ayuda mucho a aliviar ese dolor de cabeza.
Bueno, no estoy del todo de acuerdo en este punto, porque también suele ser que si estoy en casa muchas veces está relacionado con que estoy trabajando o estoy delante de una pantalla y eso, pues para el dolor de cabeza no ayuda.
Bueno, da igual, Rebe, porque tú lo que tienes que hacer para el dolor de cabeza es como hacen los monjes.
Los monjes que practican meditación profunda, porque los típicos monjes tibetanos o budistas, este tipo de personas que meditan un montón y pueden llegar como a un estado, no sé, muy profundo en su mente, pues está demostrado que estos monjes luego sienten menos dolor.
Y efectivamente, vieron que cuando los monjes estaban haciendo una meditación muy profunda en su cerebro, porque observaban su cerebro con unas máquinas, pues las zonas que procesan el dolor tenían menos actividad.
¿Hombre, podríamos hacerlo, podríamos hacerlo, pero claro, requiere mucho esfuerzo, requiere mucha práctica, porque estos monjes, cuántos años pasan aprendiendo a meditar?
Y si cada vez que te duele algo tienes que ponerte a meditar, tú imagínate, cada vez que me duele a mí la cabeza, ponerme a meditar.
Bueno, pero igualmente te dolería la cabeza y no podrías hacer otras cosas en tu día a día.
Y bueno, para acabar con este tema del dolor y del poder de la mente, también podemos mencionar el dolor fantasma en las amputaciones, que esto es cuando una persona pierde un brazo, una pierna, pues muchas personas que les pasa eso sienten dolor, porque es como que su cerebro entiende que el brazo sigue ahí y que el problema sigue estando ahí.
Y es un problema grave este, porque claro, es gente que siente un dolor que no puede curar, porque claro, tu cerebro piensa ay, cómo me duele el brazo.
Y es muy curioso porque ahora están probando con una terapia que llaman Terapia del Espejo.
Y es súper curioso, Rebe, porque lo que hacen es que te ponen un espejo a un lado.
Entonces te ponen el espejo en tu lado izquierdo y tú observas el espejo y levantas el brazo derecho.
Entonces, de la forma que está puesto el espejo, parece que estás moviendo el brazo izquierdo también.
Entonces tu cerebro ve esa imagen y el cerebro te visualiza a ti mismo teniendo dos brazos.
Esta técnica que parece absurda, ha reducido el dolor fantasma en amputaciones en bastantes casos.
Que tu cerebro sea incluso capaz de imaginar dolor en una parte del cuerpo que ya no tienes y luego dejar de sentir dolor en una parte que no tienes porque lo ves en un espejo.
Pero bueno, ya llevamos un buen rato grabando, hemos comentado los puntos principales que queríamos comentar hoy.
La verdad es que la mente es muy poderosa y es muy interesante conocer estos detalles, estos datos, para darnos cuenta de cómo a veces nuestra mente influye en nuestros comportamientos sin que nos demos cuenta.
Entonces tenemos que ser conscientes y no dejar que nuestra mente nos domine y nos manipule en ciertos casos.