This transcript has been generated automatically.
Hoy hablamos episodio 2100 Vivir sin móvil Bienvenido a Hablamos, el podcast para aprender español cada día.
Si te haces suscriptor premium podrás escuchar el catálogo completo del podcast con más de 2.000 episodios.
Empezamos un nuevo tema del mes y en esta ocasión hablaremos de cómo sería vivir sin cosas que usamos cada día.
¿Escucha estas palabras de la actriz Shailene Desde que me deshice el teléfono, tengo que detenerme para preguntar cosas Oye amigo, sabes cómo llegar a este lugar?
Ahora hablo con más gente de la que he hablado en mi vida porque ya no uso ese dispositivo.
Vivimos en un mundo donde damos las cosas por supuestas, donde no somos conscientes de cuánto dependemos de algunas cosas y de cómo sería nuestra vida sin esos elementos que están ahí para nosotros y forman parte de nuestra vida.
Y entonces llegan momentos puntuales que nos ponen los pies en la tierra y nos recuerdan esa dependencia.
Una pandemia que nos priva de libertad, un apagón que nos deja sin luz, que perdamos el móvil y parezca que volvemos al siglo anterior, que nos deje tirado el coche y tengamos que utilizar el transporte público o nuestras piernas, o que corten el agua un día y no puedas ducharte o abrir el grifo y que salga agua.
Por eso en este tema del mes vamos a ponernos en esos supuestos extremos y vamos a ver cómo sería vivir sin esos imprescindibles.
Hace unas semanas se hizo viral en redes sociales un vídeo del cantante español Enrique Bunbury por parando un concierto en Quito, Ecuador.
Y la verdad es que es una ironía que se haya hecho viral esto y ahora verás la razón.
En el vídeo este cantante para el concierto y mostrando bastante enfado, le habla a alguien de la primera fila y le Todo el puto concierto con la puta cámara grabando el puto concierto.
Si estás aquí en primera fila, seguro que hay mucha gente a la que le gustaría estar ahí disfrutando conectando, participando del concierto, cantando las canciones, utilizando las manos para algo más que tener un puto apéndice tecnológico.
Ustedes dejan de participar por el hecho de tener un teléfono y ustedes incomodan y hacen que el concierto sea peor.
Y termina diciendo siento que hayamos tenido que parar la canción, pero es una canción en la que tenemos que estar concentrados y tenemos que estar metidos y a mí me ha quitado completamente la concentración.
Puedes estar más de acuerdo o en desacuerdo con Bunbury y su actitud, pero sí es verdad que esto nos hace reflexionar sobre el uso excesivo del móvil, algo que podemos ver en todos lados y por supuesto en los conciertos donde hay gente que está más tiempo grabando y viendo al artista a través de la pantalla que viéndolo con sus propios ojos.
Fíjate que dicen los datos que el 78 % de la población mundial mayor de 10 años tiene un teléfono móvil, Lo que por descarte nos da que un 22 % no lo usa.
Claro, en este tanto por ciento hay que descontar a las personas que por motivos económicos o por el motivo que sea no pueden tener móvil, lo que nos daría un tanto por ciento relativamente pequeño de personas que deciden vivir sin móvil.
De hecho hay muchos famosos que ya han hablado de esto y han decidido vivir sin móvil.
Pero claro, hay que ser realistas en estos casos ellos se pueden permitir hacer esto porque tienen más opciones, tienen una posición más privilegiada porque tienen trabajos flexibles, asistentes o personas que les ayudan en su día a día.
Hemos recopilado algunas historias donde podremos ver las razones de esta decisión y cómo es su vida sin estos dispositivos.
Conozcamos a Elena, que es mediadora cultural de Orleans en Francia y tiene 33 años.
Nunca ha tenido un smartphone y solo tiene un móvil para emergencias, aunque dice que intenta no usarlo.
Dice ella que no está en contra de la tecnología ni de los avances, pero sí que su decisión está basada en ponerle freno a la hiperconexión en la sociedad que está haciendo que las personas tengan menos contacto humano.
Lo que ella pretende es mantener más interacciones de tú a tú y se niega a que la tecnología sea quien mande en su día a día.
Y no solo es lo que piensas, sino que a priori parece un desafío ponerse en contacto con esa persona, ¿Verdad?
Pero hay otros problemas del día a día, como que los billetes de tren solo se compran online.
Lo bueno de todo esto, dice ella, que tiene mucho más tiempo para otras actividades como leer, hablar con su compañera de piso y sobre todo que no hay un teléfono diciéndole cómo divertirse o qué hacer en cada momento.
Hay gente que quiere que tenga móvil, pero yo prefiero no tener móvil porque si no me estarían machacando información todo el rato.
Hay gente que estamos en un grupo y manda todo a todo el grupo, aunque no tenga que ver.
Otro ejemplo es el de Alex Dunedin, que decidió prescindir de su móvil hace años y solo usa correo electrónico.
He liberado mis pensamientos de estar constantemente conectados cognitivamente a una máquina que necesito alimentar con energía y dinero.
Por cierto, oyente, este episodio no va de demonizar el móvil porque con estos testimonios parece que ahora te voy a vender un curso de desintoxicación digital.
Yo no creo que la mejor solución sea no tener móvil, pero el objetivo de hoy es tener un episodio para replantearnos algunas cosas o ver algo que tenemos muy interiorizado desde otra perspectiva.
Déjame que te cuente de manera rápida lo que pasó en un experimento de tres semanas con 97 voluntarios de entre 15 y 24 años que realizó la Universidad de Málaga.
Vieron que lo utilizaban de media 5 horas al día y el uso primero WhatsApp, seguido por instagram y por TikTok, es decir, redes sociales principalmente.
La segunda semana les quitaron el móvil durante siete días y la tercera se lo devolvieron.
Pues que ellos dijeron que fue como quitarse de fumar, que tenían mono y sus sentimientos eran negativos.
Dijeron que pasaron más tiempo con su familia, disfrutaron de su compañía e incluso que discutieron menos.
Y también que pudieran hacer otras cosas, como leer o hacer los deberes más rápido.
Por supuesto, también encontraron inconvenientes, como no poder comunicarse con sus compañeros de manera fácil para los trabajos grupales.
Que volvieron a los mismos hábitos, pero por lo menos fueron conscientes de lo que los móviles les provocaban, o más bien lo que les provocaba su uso excesivo.
Lo primero que dicen todos los estudios es que es bueno para nuestra salud mental.
Mira lo que dice una investigación publicada en la revista Cyberpsychology, Behavior and Social Networking.
Dice que una sola semana fuera de Facebook, Twitter, Instagram y TikTok es suficiente para aportar mejoras significativas en el bienestar, la depresión y la ansiedad.
Otro beneficio es que usar menos el móvil, sobre todo antes de dormir o en cama, mejora la calidad del sueño y nos ayuda a descansar.
Y es que está comprobado que las pantallas reducen el nivel de melatonina, que es una hormona que nos ayuda a dormir.
Y obviamente, ver ciertos contenidos antes de dormir nos acelera, sube la adrenalina o el cortisol, nos estresa y eso nos lleva al insomnio.
Por ejemplo, si eres de los que mira X en la cama con todos esos tweets que te escandalizan y esas discusiones acaloradas entre usuarios anónimos, seguramente eso no te ayuda nada a tener un sueño reparador.
Así que antes de tomarte un Lorazepam para dormir, deja el móvil fuera de la habitación.
También usar menos el móvil hace que seamos más productivos y favorece nuestra concentración, ya que poco a poco estamos perdiendo nuestra capacidad de concentración.
Deshacernos del móvil nos hace más sociables, nos hace interactuar más con nuestro entorno y nos hace prestar más atención a la gente con la que interactuamos.
Y por supuesto, nos permite recuperar esos hobbies que abandonamos, como leer, porque tenemos más tiempo disponible.
¿Crees que podrías usarlo en otros hobbies, aficiones o proyectos que realmente disfrutas más o son mejores para ti?
No tener móvil en el mundo actual es bastante osado y va a generar problemas y muchas molestias.
Ya lo decían algunos de los testimonios que hemos visto, si no tienes móvil es difícil comunicarse y mantener relaciones, sobre todo con gente a la que no podemos ver a diario.
Recuerdo un amigo mío que durante muchos años no tuvo WhatsApp, cuando todo el mundo tenía WhatsApp y es la plataforma que usamos todos para hablar, pues era un poco engorroso hablar con él.
Y aunque yo entendí perfectamente los motivos por los que decidió quitarse el WhatsApp, tengo que reconocer que era una molestia.
Otra de las desventajas es que hoy en día hay muchas gestiones que se hacen a través de dispositivos mó pagar recibos, comprar billetes, leer la carta a un restaurante, etc.
Realmente es una herramienta muy útil y en muchos aspectos sería un atraso dejar de usarlo.
Además, no querer usar el móvil y esperar que el mundo se adapte a ti porque simplemente no quieres usarlo es también un poco egoísta, ¿No?
Sinceramente, yo creo que la solución no es ser tan radical como los testimonios que hemos visto y dejar de usar el móvil completamente.
Es una herramienta útil y prescindir del móvil no es algo que todo el mundo se pueda permitir.
Pero tenemos que reconocer sus partes malas, sus riesgos, que la verdad es que no son tan evidentes.
Porque no es lo mismo escuchar un buen podcast guiño, guiño, ver un vídeo de YouTube sobre un tema interesante o hacer una videollamada con un familiar, que estar horas viendo vídeos de caídas en TikTok o de discusiones de tráfico que oye.
Ver vídeos de caídas de gatitos o de personas pegándose porque no han puesto un intermitente puede estar bien, pero con 10 minutos al día debería ser suficiente.
Si te gusta este podcast y el trabajo diario que realizamos, tu colaboración sería de gran ayuda.
Los suscriptores premium pueden acceder a la transcripción, a ejercicios y explicaciones.
Además, pueden escuchar el catálogo completo del podcast con más de 2.000 episodios.