This transcript has been generated automatically.
Hoy hablamos premium episodio 306 cosas que te pueden arruinar unas vacaciones con Rewe Hola amigos, amigas, bienvenidos a un nuevo episodio Premium.
Hoy Rebe y yo hablamos de algunas cosas que te pueden fastidiar unas vacaciones y comentamos algunas anécdotas personales.
Pero no sé si después de este episodio vas a estar un poco triste, Rebe, porque hoy traemos un episodio un poco negativo, un poco pesimista.
Normalmente en esta época del año, en verano, vacaciones, siempre la gente está contenta hablando de cosas alegres.
Pues sí, pero vamos a intentar darle también un enfoque más cómico o más humorístico.
Por ejemplo, algo que a mí me gusta mucho es la tragicomedia, cuando hay algo que es trágico, pero al mismo tiempo intentamos darle un enfoque cómico.
Y para que los oyentes entiendan ya por qué estamos diciendo esto, hoy vamos a hablar, Roi, de cosas que te arruinan las vacaciones, cosas que pueden pasar, cosas que tú puedes hacer mal.
Cualquier cosa que pueda hacer que esas vacaciones que quieres disfrutar en verano, por ejemplo, o en cualquier época del año, pues acaben siendo una mala experiencia.
Vamos a hablar de muchas cosas, pero yo que sé, pues el tiempo, Lo típico que hace muy mal tiempo y al final te arruina las vacaciones porque no puedes salir, no puedes ver muchos monumentos o lo que sea.
¿Estas cosas te arruinan las vacaciones o eres tú el que arruina tus vacaciones cuando te pasan estas cosas?
Porque te pasan cosas que consideras que son malas y entonces ah, el mal tiempo ha arruinado mis vacaciones.
Pero quizá eres tú el que te las arruina por tu pesimismo, por tu perspectiva, por tu actitud hacia las cosas que te pasan en la vida.
Creo que sí, que a veces tu pesimismo o no enfocar las cosas con buen humor, con buena cara, puede perjudicarte.
Y como tú dices, bueno, está lloviendo un poco, quizá puedes disfrutar igual las vacaciones si tienes una buena actitud y oye, pues me voy a un museo y me entretengo igual.
Pero luego hay otras cosas que por mucho que tú seas positivo y tú quieras que la situación siga para adelante, bueno, pues no puedes hacer nada en contra.
Por ejemplo, una enfermedad, te encuentras mal durante un viaje y por muy positivo que tú seas, Roi, pues estás malo y no puedes salir del hotel.
Sí, aunque tú intentes tener una actitud positiva, ve el lado bueno, las cosas y tal, es cierto que hay situaciones en las que es imposible.
Es como si tú vas una semana de vacaciones a Benidorm por la playa y hay una tormenta terrible y te llueve muchísimo toda la semana.
Sí, a ver, puedes quedarte en el hotel viendo la televisión, ir a restaurantes y tal, pero bueno, tú a Benidorm vas a la playa, no vas a ver películas en el hotel.
Es cierto que una buena actitud siempre ayuda, porque a veces cuando te pasa una cosa mala, o no tiene por qué ser mala, pero un contratiempo en tu viaje, quizá tú querías ir a visitar cierto monumento o cierto museo y pues no puedes, o está cerrado cualquier cosa y ya te enfadas y ya pues todo es una mierda.
A veces nosotros mismos también hacemos que la situación empeore, mientras que podríamos ser positivos.
Fue un viaje accidentado, pero aquí tenemos el ejemplo de lo que estábamos hablando justo ahora, que a pesar de ser un viaje que no fue perfecto, que tuvo muchos detallitos que, bueno, no eran lo mejor en ese momento, como estábamos muy positivos, estábamos muy enamorados, era nuestro primer año, nos lo tomamos todo con buen humor y el viaje realmente fue bastante bueno y tenemos un buen recuerdo.
Bueno, ahora ya son muchos años, seguimos enamorados, pero todos sabemos que esos primeros meses se viven con más pasión, o bueno, hay ciertas sustancias químicas en tu cuerpo, en tu cerebro, que hacen que veas las cosas de una forma distinta.
La verdad es que fue un viaje bastante corto, porque nosotros vivíamos en Vigo en ese momento y fuimos a Oporto, que es una ciudad que está a una hora y media, y fuimos solo un fin de semana, o sea, no fue para tanto, fueron dos noches si no recuerdo mal.
Pero claro, el primer problema que tuvimos ya fue el apartamento, que en realidad estaba bien, era bonito, era acogedor, pero cuando llegó la noche, Rebe, pasó algo terrible que sobre todo me afectó a mí, porque como ya sabéis, oyentes, yo tengo dificultades para dormir, si hay algún ruido o cualquier cosa, soy un poco sensible en ese aspecto.
Y resulta que nuestro apartamento era un primero con una ventana muy mala, una ventana de estas de madera del año 70, y esa era la calle más concurrida de Oporto, o no sé qué pasaba ahí, pero pasaban camiones enormes cada un par de minutos.
Era un alojamiento bastante ruidoso por la noche, no ruidoso de personas caminando o de bares, sino porque pasaban muchos coches, muchos camiones, y claro, no podíamos descansar muy bien.
Y este es un factor bastante importante en cualquier viaje, porque cuando tú no descansas, da igual en qué país estés, que estés en una playa paradisíaca, da igual, esto te arruina un viaje.
Estuve al borde de la locura porque ahora con el paso del tiempo he aprendido, ahora llevo tapones a todos los alojamientos cuando viajo y tal, pero en ese momento era más joven, era inexperto entonces no tenía tapones, no tenía nada para quitar el ruido y no dormí nada, o sea, no dormí prácticamente nada.
Yo recuerdo estar horas y horas con ese sonido de los camiones que pasaban delante de nuestro alojamiento, un sonido enorme, y estar, pues eso, desesperado.
En esas películas cuando ves a una persona en un manicomio moviéndose de una forma rara, agarrando algún objeto, estaba ya como desesperado, estaba al borde de la locura.
Pero piensa una cosa, Roi, a pesar de eso, yo seguí contigo, yo te vi en ese momento de locura y a pesar de eso dije, bueno, es un buen chaval, voy a seguir con él.
Y bueno, otra cosa que nos pasó en este viaje y que puede arruinarte unas vacaciones es algún tipo de lesión, de dolor, una herida.
En este caso, por ejemplo, a ti te dolían mucho las rodillas en ese momento, entonces cada poco tiempo tenías que sentarte en algún banco porque no podías seguir caminando.
Y esto, bueno, si tú vas a hacer un viaje en el que tienes que caminar, te puede arruinar el viaje.
Yo no sé qué me pasaba en esa época, pero era como que tenía unas rodillas de octogenario, o incluso peor, porque hay algunos octogenarios que caminan bastante y no tienen tantos problemas de rodilla como yo tenía durante esa época, cuando tenía veintipocos años.
Entonces, Oporto es una ciudad con muchas cuestas, con muchas escaleras y tal, y yo estaba sufriendo un montón, teníamos que parar cada pocos minutos y de verdad parecía una persona mucho más mayor de lo que yo era.
Entonces ahí tenemos otro ejemplo de que, bueno, a veces no estar en buena forma, por ejemplo, también puede hacer que unas vacaciones no las disfrutes del todo, porque tú vas a una ciudad en la que tienes que caminar mucho, imagínate un día de calor, no estás en buena forma o te duele alguna articulación, se puede convertir en una pesadilla recorrer esa ciudad.
Y ya no te digo si vas a algún sitio con un poco de naturaleza que quieras ver, una cascada, imagínate.
Luego, otra cosa que nos pasó y que sí, que no estaba bajo nuestro control, es que a mí me salió una especie de bulto en.
De repente me salió ese bulto que de hecho, al volver del viaje tuve que ir a urgencias y no podía sentarme, me dolía muchísimo en el coche, sufría para ir sentada.
Entonces, bueno, otra cosa que se sumó y que hizo que no fuera la mejor experiencia.
Entonces tuvimos pequeños imprevistos, pequeñas cosas que podrían habernos arruinado el viaje, pero curiosamente no lo arruinaron.
Pero yo creo que si hoy nos pasase eso, rebe sí que le hubiera arruinado el viaje.
Pero aún así, Rebe, a pesar de estos problemas, estas vacaciones no tienen nada que ver con nuestras peores vacaciones.
Ahora nos reímos, pero en realidad en su momento, ahora vamos a hablar de ellas, es algo que nunca hemos comentado en el podcast.
Fueron unas vacaciones hace un par de años, al principio del 2023, si no recuerdo mal, y realmente estas sí que fueron malas de verdad.
De hecho, lo que decía de que intento no recordarlas es un poco verdad, o sea, no hablamos con mucha frecuencia de estas vacaciones.
Sí, Y este es el caso en el que fueron unas vacaciones arruinadas, no por eventos externos, sino por algo interno.
Lo que ocurrió en estas vacaciones es que en esa época yo estaba un poco inestable emocionalmente, vamos a decirlo así.
Tenía ciertos vaivenes emocionales y algunos periodos en los que estaba un poco triste, un poco deprimido.
Entonces pensamos bueno, nos vamos de vacaciones a Lanzarote, a las Islas Canarias, en enero, con el sol, la playa, esto va a ser maravilloso.
Fuimos a Lanzarote, creo que el primer fin de semana estuvo bien, los primeros días nos lo pasamos muy bien, pero luego no sé qué me pasó, mi mente me jugó una mala pasada y me deprimí durante las vacaciones.
Hay que decir que se sumaron también algunos factores, como lo que decía el piso al que fuimos, la verdad, no era muy bueno, porque era un piso en un bajo, es decir, a ras de la calle.
Entonces una ventana que era la que había, daba a la calle, por lo que tenía que estar siempre cerrada, porque si no te veía cada persona que pasaba caminando y no había casi luz natural.
Era como estar metidos en una cueva en la que sólo veías oscuridad durante todo el día.
Y luego por encima, era un apartamento en un bloque de edificios de personas que tenían su rutina mañanera normal, no estaban de vacaciones.
También fuimos dos semanas, pero no llevábamos bien organizado el trabajo que esta.
Y en nuestro caso fue con el tema del trabajo, que en lugar de haber adelantado el trabajo, llevamos algo de trabajo para hacer durante estas vacaciones.
Algún día me costaba mucho sacar el trabajo adelante, me empecé a frustrar, dormía mal, tenía ciertos pensamientos negativos en mi cabeza.
Luego, cuando estás en un sitio donde no estás muy cómodo, como en ese bajo que has descrito, como que al final todo esto se mezcla y tu mente acaba en un lugar muy oscuro.
Y recuerdo que al final pasamos mucho tiempo sin salir, ni siquiera porque yo estaba en un estado muy malo y era como que no me apetecía salir y también tenía que hacer algo de trabajo.
Y algo curioso que recuerdo de este viaje, Rebe, fue una serie en concreto que estuvimos viendo.
Nunca la habíamos visto y no estaba en nuestros planes, pero pues un día, por pasar un rato mientras cenábamos o algo así, vimos un episodio y al final acabamos enganchados a esa serie.
Porque como tú dices, cuando estás en un momento a lo mejor malo, que no es tu mejor momento, una serie, una película, un libro, te ayuda a evadir tu mente, a pensar en otra cosa, o a no pensar, mejor dicho.
Entonces, sí al final no nos apetecía mucho salir de casa, o bueno, a ti no te apetecía mucho salir de casa, y fue una forma de entretenernos y olvidarnos de que estábamos en Canarias sin hacer nada.
Sí que salimos, sí que hicimos cosas, pero menos de las que nos hubiera gustado hacer.
No estuvimos las dos semanas dentro del piso, sino que en lugar de salir todos los días, rollo trabajar un poquito por la mañana y salir, había algún día en el que yo no era capaz de sacar el trabajo adelante, me frustraba.
Claro, vimos Lanzarote y de hecho es una isla muy bonita, muy recomendable, diferente a España, a la península.
Pero a veces sí que cuando tienes una mala experiencia en un sitio, o lo borras de tu mente, o tienes que volver a ese sitio para quitarte ese mal sabor de boca.
De hecho, lo que vemos aquí es que da igual el destino al que vayas, puede ser el mejor sitio del mundo, que si tú no estás en un buen momento, o tú no tienes ese positivismo, esa buena energía, no vas a disfrutar ese destino.
Entonces esto también te hace reflexionar, que luego tú ves a tus amigos, a toda esta gente en Instagram y en las redes sociales, los vídeos, las fotos que publican, y oye, muchos viajes están bien y lo pasas muy bien.
Y nosotros en prácticamente todos los viajes que hemos hecho lo hemos pasado muy bien.
Algunos problemas más graves que otros, pero al final esa vida perfecta que vemos en las redes sociales y en muchos otros sitios, es falsa, no existe.
Está claro que la gente va a mostrarte siempre lo mejor y no vas a contar a todos tus seguidores de Instagram, Facebook o lo que sea, que te lo pasaste fatal en tus vacaciones y que estuviste todo el día metido en cama viendo la serie.
Entonces lo que haces es subir una foto preciosa de una playa, aunque, bueno, detrás de la cámara no esté sonriendo tanto.
Decirle a alguien que fuiste a Lanzarote, te deprimiste y acabaste viendo un montón de episodios de Las chicas Gilmore.
Bueno, ya hemos visto que elegir mal el apartamento, el hotel y tal, pues una cosa que te arruina unas vacaciones, el ruido que hacen los vecinos, el ruido que hacen otros huéspedes en el hotel, o el ruido que hacen en el edificio o en la calle, también te puede fastidiar.
Pero también puede ocurrir que tú no estés bien en ese momento, no estés bien de ánimo y te fastidie las vacaciones.
Y luego la mala organización, cuando no llevas bien organizado tu trabajo, o incluso el plan del viaje, no organizas bien y entonces es un poco caótico tu viaje.
Otra cosa que pasa habitualmente, además, es elegir mal la ropa o el calzado, lo que llevas contigo en una maleta cuando vas de vacaciones.
Por ejemplo, yo aquí tengo una historia en París, nuestro viaje a París con mi hermana.
Yo preparé la maleta viendo el tiempo, y cuando vi el tiempo decían que iba a llover.
Así que yo me llevé dos pares de zapatillas deportivas para caminar, pensando más bien en tiempo lluvioso, no muy buen tiempo.
Que luego el tiempo cambió muchísimo y sí que nos llovió un día, pero el resto del tiempo hizo un solazo, muchísimo calor.
Y yo tenía dos pares de zapatillas y cometí el error de llevarme un par que era bastante nuevo.
Así que con treinta y pico grados, yo tenía unas zapatillas que me daban muchísimo calor y me acabaron haciendo también daño.
Hacía tanto calor dentro de esas zapatillas que sentía que se me estaban cocinando los pies ahí dentro.
Es como Aníbal Lecter, se me cuecen los pies, que se me pasan los pies de cocción y luego quedan muy blanditos.
Claro, y tú imagínate, Roi, en una ciudad en la que tienes que caminar un montón, por el Louvre, por un montón de palacios, vimos un montón de cosas doliéndote los pies.
En este caso el calzado no era malo, simplemente yo soy un tío sencillo, minimalista, entonces solamente llevé un par de zapatillas.
Bueno, yo pensé que no iba a llover, pero justo los dos o tres días que fuimos, justo un día llovió y se me mojaron los tenis, las zapatillas de deporte, y al día siguiente tuve que andar con unas zapatillas mojadas.
Ahora ya siempre que voy a un sitio intento llevar dos pares de zapatillas porque si no, claro, se te mojan y es un lío.
Elegir un buen calzado, elegir bien la ropa es una cosa muy, muy importante cuando organizas un viaje, porque te puede arruinar totalmente la experiencia.
Imagínate ir a un sitio y que haga frío y no hayas llevado ropa de abrigo o ese tipo de cosas.
De hecho, ahora por ejemplo está pasando que hace bastante calor en España y algunas personas que venían de vacaciones a Galicia no se prepararon para el calor, pensaron que iba a hacer un poquito más de fresco y la gente está pasando bastante calor.
Porque cuando viajas te gusta probar cosas de otros países y tal, pero a veces hay algunos alimentos que pueden sentarte mal.
Nosotros hablamos más de nuestra experiencia personal porque somos de estómagos débiles.
Me encantaría tener ese tipo de estómago resistente que puedes echarle lo que quieras y nunca te va a fallar.
Esa gente que la ves en la calle comiendo comida, que tú la ves y ya piensas, es que eso no te puede sentar bien.
Ojalá ser así, porque me encantaría cuando viajo no tener que preocuparme por probar una cosa o no, no tener que preocuparme por si me va a sentar bien, que lo más probable es que no.
Es como los típicos vídeos de puestos callejeros de la India, donde ves a un señor indio cocinando, no sé, unos huevos o algo así o cualquier cosa en una olla de aceite, que ese aceite lleva ahí por lo menos cinco años sin cambiarse.
Y claro, ves ese aceite y además no es que cocinen las cosas con un poquito de aceite, sino que da igual lo que sea, unos huevos, una carne o lo que sea, lo meten en aceite, lo bañan muchísimo y luego te lo dan todo lleno de aceite.
Y es algo que puede fastidiarte unas vacaciones, porque muchas veces te ves tentado, quieres probar algo típico de ese sitio y acabas dejándote llevar y probando algo que tú mismo sabes que quizá no te siente bien.
Así es, y de hecho eso me pasó a mí en un viaje que hice ya hace bastantes años, en el 2016, si no recuerdo mal, con mis amigos fuimos a Praga y a Viena.
Y en Praga, Rebe, cometí el error de comprar unas alitas de pollo picantes del KFC.
Yo soy un poco fan del KFC, sabéis que me gusta mucho el pollo frito, soy un tío sencillo, un tío básico, y cometí el error de comer unas alitas de pollo que eran muy picantes, que yo no sé si las había elegido picantes, yo creo que no, quizás se equivocaron con mi pedido, o quizá en ese país, en República Checa son más picantes que en España, no lo sé, pero estaban bastante picantes.
Entonces dije, bueno, no pasa nada, me las como igual porque el pollo está rico, me sentaron fatal, Rebe.
Entonces me fastidió bastante, la verdad, porque aparte iba con mis amigos, entonces todos mis amigos se fueron y yo allí en el hotel, aburrido.
Claro, ese tipo de situaciones es evidente que te arruinan la experiencia, porque directamente no puedes hacer nada, no puedes salir del hotel.
Seguro que los oyentes recuerdan cuando hablamos de nuestro viaje a Filipinas y Vietnam, que también estuvimos enfermos.
No te arruinan directamente el día, pero por ejemplo, a mí muchas veces me sienta mal la comida.
No te arruinan totalmente la experiencia, pero tampoco estás disfrutando, porque estás todo el tiempo con malestar, dudando un poco de si te vas a poner mal o no.
Entonces, bueno, tampoco disfrutas, Le resta puntos a la experiencia, pero bueno, son cosas que pasan, Rebe.
Nosotros en este punto no hemos tenido muchos problemas generalmente, pero porque también somos muy previsores.
Nosotros si tenemos un viaje el lunes a las 5 de la tarde, el lunes a las 9 de la mañana estamos ahí ya si tenemos que salir en avión, me refiero.
Esta es una pequeña exageración, pero bueno, no va desencaminada, así que vamos con bastante antelación.
Pero oye, esto es precisamente lo que evita que ahora tengamos una anécdota que contar.
Pero sí que está claro que tener, por ejemplo, una avería, que esto sí que nos ha pasado una vez, te puede fastidiar el viaje, porque como además tengas distintos transportes seguidos, perder uno puede acumular una serie de problemas y luego no llegas a tu destino.
Sí, pero nosotros tuvimos suerte, o más bien suerte no es porque nos hemos ganado esa suerte.
Sí, bueno, siempre voy tres horas antes al aeropuerto y estoy allí como un tonto esperando.
Tus padres sí que perdieron recientemente un avión y luego eso supuso un trastorno enorme porque tuvieron que desplazarse a otro aeropuerto.
Perdieron un avión porque no fueron con mucho tiempo y tuvieron que coger un tren.
Entonces, dentro de lo malo, no está tan mal, porque si es fuera de España o es el transporte con el que te diriges al sitio, pues sería mucho peor.
Y Rebe, me acabo de acordar que aunque nunca hemos perdido ningún transporte, hubo una vez que casi perdemos un autobús.
Y es una anécdota muy simple, muy tonta, pero un poco graciosa, porque en un viaje que hicimos a Alemania hace ya bastantes años, habíamos pillado un autobús y la compañía era Flixbus.
Tú estás esperando un autobús, un transporte en concreto, un taxi, imagínate, llega otro vehículo, no lo asocias con ese nombre o con lo que tú estás esperando y no te vas a subir tampoco.
Eso es verdad que al principio éramos más tímidos, pero ahora ya siempre preguntamos.
Y otra cosa que te puede fastidiar un viaje, que quizá no es tan evidente, pero yo creo que a nosotros nos ocurrió en París, es la sobreplanificación.
Es cuando planificas hacer muchas cosas cada día haces muchos planes, vamos a ir a este museo, luego vamos a ir a este sitio, a este monumento, a esta playa y son tantas cosas que al final estás más estresado de vacaciones, de viaje que durante tu día a día o durante el trabajo.
Entonces claro, si haces demasiadas cosas, demasiados planes puede ser también algo negativo para.
Tu viaje Sobre todo si intentas hacer demasiadas cosas y al final no las disfrutas.
Si acabas pasando por un monumento con prisa, corriendo, llegas al siguiente ya cansado, vas un poco discutiendo con la gente.
Sentarte un rato en un parque a ver el monumento tranquilamente, tomar algo, comer con calma que tener un montón de cosas en una lista y al final no disfrutarlas.
Así es que yo disfruté el viaje de París pero sí que me dejó un mal sabor de boca por haber hecho demasiadas cosas Es como que si hubiera sido más tranquilo, más relajado, lo hubiera disfrutado más Entonces eso le restó un poquito de puntos a la experiencia.
También esto va a depender mucho del destino, no es lo mismo irte a un sitio en el que sólo hay un par de cosas que ver y el resto del tiempo lo importante es relajarte en una playa que cuando vas a una ciudad en la que hay un montón de cosas que ver y quieres ver la máxima cantidad posible en los pocos días que vas a estar ahí Y luego también depende mucho el clima que haya esos días.
Por ejemplo lo que pasó en París, como comentaba cuando dije lo del calzado, es que luego hizo mucho calor y ver muchas cosas en poco tiempo caminando cuando hace mucho calor, ahí es cuando se empieza a complicar el asunto Así.
Es, pero bueno, si lloviese mucho también nos quejaríamos Rebe o si hiciese mucho frío.
Cuando eres turista te quejas si vas a un sitio y está abarrotado de gente, este pueblo está petado, está lleno de gente, no se puede caminar Pero si vas a un pueblo y no hay nadie, este pueblo está muerto, no hay ambiente, qué aburrimiento.
También hay que tener unas expectativas normales, que esto también puede ser un error.
Ir con unas expectativas muy altas cuando vas de viaje y luego si no se cumple ese estándar tan alto que tú has puesto, ya no te gustan las vacaciones.
Bueno, a veces hay errores, a veces hay problemas, a veces el tiempo no es el mejor y a veces la ropa que llevas pues no es la mejor tampoco.
Pero bueno, hay que intentar disfrutar del momento, sacar la mejor experiencia posible.
Y si no puedes ver el museo, pues te tomas un café tranquilamente en una cafetería bonita.
Hay que tener flexibilidad y ser capaz de adaptarte a la situación que te suceda.
Ya hemos deprimido un poco a los oyentes que a lo mejor tienen las vacaciones dentro unos días y ya están pensando en todo lo malo que les puede ocurrir.
Puedo perder el avión, el autobús, va a llover mucho, va a haber ratas en mi cama.
Tener el teléfono de tu psicólogo terapeuta a mano por si te deprimes durante las vacaciones.