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Seguimos con el tema del mes, donde estamos hablando de cómo sería vivir sin algo que usamos cada día.
En este segundo episodio hablaremos de dos cosas que usas para hacer cosas tan básicas como ducharte, cocinar o ver cuando se va la luz del sol.
Esta mañana, como cada día, me he despertado y he desconectado el móvil del cargador.
Solo te cuento esto para que nos demos cuenta de que antes siquiera de ponerme a trabajar, la cantidad de veces que he hecho uso de dos bienes si, sin apenas darme cuenta de qué cosas estoy hablando.
Son cosas que damos por sentadas, que utilizamos casi de manera inconsciente y de las que solo somos realmente conscientes cuando sufrimos un corte de luz o de agua.
Así que en este episodio del tema del mes vamos a ver cómo es vivir sin electricidad o agua corriente.
Y por cierto, recuerda que en España muchas veces a la electricidad le llamamos luz.
No quiero banalizar el tema de vivir sin electricidad o agua corriente porque hay personas con graves carencias económicas que no tienen acceso a estos bienes básicos.
Entonces, hoy vamos a ver alguna historia de personas que decidieron vivir de forma alternativa, voluntariamente, no de manera forzada.
Pero si te parece, primero vamos a comenzar dándonos un baño de realidad, viendo las cifras mundiales de personas que no tienen agua o electricidad, para que veamos que esto que para nosotros es algo tan básico, hay muchas personas que no pueden tenerlo hay que decir que el acceso a la electricidad está más extendido que al agua potable.
Sin embargo, hace poco se publicó un estudio que dice que esos datos están subestimados porque faltaban datos en decenas de países en Entonces, ese nuevo estudio dice que 4.400 millones de personas en todo el mundo viven sin agua potable segura.
Es decir, que más de la mitad de la población mundial no tiene acceso a agua potable segura y esto dificulta el desarrollo en esos lugares.
El desarrollo del ser humano requiere que el agua y los sistemas de saneamiento se lleven a cabo de forma separada.
Ambos son vitales para reducir el número de enfermedades y para mejorar la salud, la educación y la productividad económica de las poblaciones.
En el caso de la electricidad, según las Naciones Unidas, el 92 % de la población mundial tiene acceso a la electricidad, pero aun así, Hay más de 666 millones de personas que no tienen acceso a este servicio básico.
Las personas que no tienen acceso a agua potable segura o a electricidad viven en condiciones que perjudican su salud, su bienestar y sus oportunidades de desarrollo.
Imagina no poder hervir agua para cocinar, tener que caminar largas distancias para coger agua, no poder conservar alimentos en una nevera o no poder encender una luz por la noche para que tus hijos estudien.
Y permíteme que por un segundo me quede en España y te hable sobre una cosa que preocupa en nuestro país, la pobreza energética.
Este término hace referencia a las personas que tienen problemas para llegar a fin de mes.
Entonces no pueden permitirse usar la electricidad de forma adecuada o viven con un uso muy limitado por no poder pagarla.
Y esto, según el Ministerio para la Transición Ecológica de España, afecta a entre 2,5 millones y 8,1 millones de españoles, dependiendo del indicador o criterio que se use para medirlo.
Hablamos de personas que no pueden tener su vivienda a una temperatura adecuada, que tienen retraso en el pago de las facturas energéticas o que consumen muy poca electricidad por dificultades económicas.
Son personas que reducen al mínimo el uso de la luz y los electrodomésticos, cocinan menos o evitan usar aparatos eléctricos y viven en constante preocupación por las facturas.
Y el propio Ministerio estima que en España podrían producirse hasta 7.100 muertes prematuras anuales relacionadas con esto.
Después de ver estos datos devastadores, y una vez más, viéndolo desde el privilegio, ¿Por qué una persona puede querer vivir sin agua corriente o electricidad?
Pero puede haber varios motivos, como por ejemplo cuestiones religiosas o culturales, como es el caso de los Ammis.
Pero no vamos a hablar de los Ammis porque ya en su momento les dedicamos un el 1924.
Si te parece, te voy a contar un caso particular de alguien que decidió vivir así durante un tiempo y que impactó un poco a los españoles cuando conocimos la historia.
Porque era una presentadora de televisión muy conocida, con mucho éxito, que lo dejó todo y se fue a vivir a una casa abandonada en medio del monte.
Vivió en esa casa durante varios años, pero como era una casa abandonada que tenía que restaurar poco a poco, vivió durante el primer año sin luz ni agua corriente.
Tenía un trabajo que todo el mundo hubiera pensado que era maravilloso y una vida vista desde fuera que parecía idílica.
Dice ella que cuando llegó tenía que calentar el agua durante horas si quería bañarse con agua caliente.
Y al no tener luz, vivió durante todo un año iluminándose con el sol y con velas.
Dice también aprendes a valorar que tener una casa muy grande o tener un coche muy grande no es lo importante.
Pues además de querer parar y desconectar del mundo, hay otro no querer contribuir al cambio climático.
Una de las ideas para vivir de una manera más sostenible es no estar conectado a la red eléctrica.
Pero claro, eso no significa vivir sin electricidad al 100%, sino buscar una forma de energía renovable alternativa, como puede ser la energía solar.
De hecho, cuando hablamos de gente que decide vivir sin electricidad o agua corriente, realmente suele ser algo que hacen durante un tiempo hasta que consiguen tener una forma alternativa de conseguir estos bienes porque son muy básicos y necesarios para tener una vida digna.
Por ejemplo, esto es lo que buscaba una pareja de Londres que decidió irse a vivir a Newport en la costa de Gales, donde viven en una parcela de 4 hectáreas y de manera autosuficiente.
Lo han hecho por varias razones, pero una de ellas es para vivir sin dejar huella y de una manera sostenible con el medio ambiente.
Esto de irse a vivir a casas autosuficientes es algo que está haciendo cada vez más gente, aunque técnicamente no es vivir sin electricidad, sino con electricidad alternativa.
Algo interesante que cuenta esta familia y que también nos cuenta Beatriz Montañez de otro modo, es que desconectarse del agua y la electricidad sirve como método de ahorro.
La vida como consumidores es cada vez más cara y los gastos fijos son cada vez más elevados.
Las facturas del agua y de la luz suben cada año y de ahí en gran parte viene el problema de la pobreza energética del que hablábamos antes.
Y algunas personas encuentran la solución en desconectarse de la luz y del agua porque al hacerte autosuficiente no tienes que pagar esas facturas.
Pero bueno, es verdad que para lograr esto primero hay que invertir en paneles solares, baterías y otros medios de generación eléctrica alternativos que no son baratos.
Es cierto que todo esto es una inversión importante, pero te puede hacer ahorrar mucho a largo plazo.
Fíjate que Beatriz cuenta que puede permitirse vivir así porque tiene ahorros, pero también porque gasta muy poco cada mes.
Pero claro, si vives en una casa que está abandonada y vas reparando poco a poco, tú misma no pagas facturas de luz, de agua, no tienes que pagar alquiler, no compras prácticamente nada porque llevas una vida muy austera y comes alimentos cultivados por ti misma, pues puedes rebajar esos costes de vida al mínimo.
La pareja londinense que mencionamos antes, dice que para ellos esta era la única opción posible para poder tener la vida que querían, que era una vida con hijos.
Entonces, gracias a hacer esto han podido permitirse tener hijos porque sus gastos en esta casa autosuficiente son de unos 1.000 euros al mes, que además cubren con la venta de huevos de sus gallinas.
Lo cierto es que esto de vivir sin electricidad ni agua corriente es algo muy extremo, pero bueno, hay algunos casos curiosos de personas que han vivido sin estos bienes tan básicos durante un tiempo hasta que lograron tener una alternativa como un paso intermedio para poder cambiar de vida y vivir un poco al margen del sistema.
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