This transcript has been generated automatically.
Hoy hablamos episodio 2109 Vivir sin coche Bienvenido a Hoy Hablamos, el podcast para aprender español cada día.
Oyente, si te haces suscriptor premium puedes escuchar el catálogo completo del podcast con más de 2.000 episodios que incluyen episodios de gramática y todos los episodios del podcast premium.
Seguimos hablando de cómo sería vivir sin objetos que usamos en nuestro día a día.
En esta ocasión nos centraremos en el medio de transporte que todo el mundo tiene aparcado en casa.
Muchas de las cosas que hacemos en nuestro día a día las hacemos en modo automático y no nos planteamos hacerlo de otro modo.
Por ejemplo, tenemos calculado el tiempo que tardamos desde el primer segundo que salimos de casa hasta llegar a cualquier sitio en coche, como puede ser ir al trabajo.
Tenemos calculado a qué hora nos tenemos que levantar, cuánto tardamos en ducharnos, tomarnos algo de desayuno y vestirnos.
Luego, sin pensar, cogemos nuestras cosas y entre ellas las llaves de casa y las del coche.
Nos montamos en el coche y llegamos a donde sea de un modo tan automático que muchas veces llegamos a nuestro destino sin acordarnos muy bien de cómo hemos llegado.
Toda esa rutina, esa coreografía perfectamente ensayada durante años, secaría como un castillo de naipes si de repente nos fallara el coche y no pudiéramos cogerlo.
Así que hoy vamos a ver cómo es vivir sin coche para que seamos conscientes de la importancia que tienen los coches en nuestra vida.
En España, por su parte, esta cifra está en torno a los 25 millones, lo que equivale a un coche por cada dos habitantes aproximadamente.
Es más, los datos dicen que en muchas casas españolas hay más de un coche, más que nada porque hay familias donde los adultos trabajan en lugares diferentes.
De las personas que van a sus trabajos fuera de casa, el 61,3 % lo hace en coche, frente al 17,1 % que va caminando y el 12,5 % que lo hace en transporte público.
Estas cifras nos dan una idea del grado de dependencia que en general tenemos del coche, ¿Verdad?
Lo primero que podemos hacer es conocer algunos testimonios de gente que vive sin coche que hemos recopilado de diferentes artículos y noticias y eso nos llevará a las razones por las que una persona toma esa decisión.
Dice que se ha dado cuenta de que en las grandes ciudades no necesitas coche porque puedes hacer uso del transporte público.
Así lo nunca he tenido la necesidad desde que llegué a Madrid me acostumbré al metro y al autobús dónde no llega hoy en día el transporte público.
En esta misma línea hablan Maite y Oriol, que viven en Barcelona y tienen un niño pequeño.
No lo usábamos más que los fines de semana estaba nuevo y decidimos venderlo antes de que se degradara más e intentar recuperar algo de dinero.
Es decir, que una de las razones para no tener un coche propio es por motivos económicos.
Primero pagar el coche en sí, pero partiendo de la base de que tengamos el coche pagado hay que pagar el seguro, los impuestos y la ITV, que es una revisión que tiene que pasar el coche cada año si tiene más de 10 años o con menos frecuencia si es más nuevo.
Después las revisiones y el mantenimiento del coche, la gasolina y en el caso de muchas ciudades, un parking donde estacionarlo.
A muchos sitios voy caminando, no tengo un marcapasos de esos que lleva la gente, pero seguro que no bajo de los 15.000 pasos diarios.
De hecho, uno de los grandes problemas que tenemos a día de hoy como sociedad es el sedentarismo, cosa a la que contribuye ir a todos los sitios en coche.
Si a eso le sumamos el rato que estamos sentados en la oficina, el ordenador o el sofá, el resultado es que no nos movemos en absoluto.
Un estudio publicado en el British Medical journal analizó durante cinco años a 260.000 participantes que iban en coche, bicicleta o caminando al trabajo.
Y llegó la conclusión de que ir a trabajar en bici supone un 41 % menos de riesgo de muerte que el transporte en coche o en transporte público.
Más concretamente, ir en bicicleta supone un 52 % menos de riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular y un 40 % menos de riesgo de muerte por cáncer.
Pero el estudio tiene eso en los beneficios para tu salud compensan ampliamente ese riesgo.
Un coche no es solo caro, sino que nos puede quitar mucho tiempo en ciertos casos.
Solemos coger el coche porque vamos más rápido, pero si vivimos en una gran ciudad nos vamos a encontrar con atascos que nos roban una parte de nuestro tiempo.
Y durante ese tiempo que pasamos parados en el coche no podemos hacer nada, solo estresarnos y cabrearnos.
Por no hablar de que si no tienes un lugar fijo donde aparcar luego tienes que pasar un buen rato buscando aparcamiento.
Entonces tenemos que el coche es caro, nos produce estrés, nos hace ser sedentarios y nos puede quitar tiempo.
Algo básico y muy simple es que un coche, salvo que sea eléctrico, emite dióxido de carbono, óxidos de nitrógeno y otras partículas.
Ese dióxido de carbono que se emite al aire contribuye al efecto invernadero y por lo tanto, al cambio climático.
En la Unión Europea, el transporte por carretera es el responsable de una quinta parte de las emisiones totales de CO.
También los gases que emiten los coches son perjudiciales para los humanos y contaminan el aire de las ciudades.
Según dice la Organización Mundial de la Salud, el 99 % de la población mundial respira un aire que excede el límite legal de contaminación que establece esta organización.
Como sabes, hay ciudades que han prohibido el uso del coche en el centro urbano, como es el caso de Londres.
Pues los datos dicen que al frenar ese tráfico en el centro, el número de personas que viven en zonas con niveles ilegales de óxidos de nitrógeno ha bajado un 94%.
Todo esto que estamos contando está muy bien, pero entonces ¿Por qué hay 1.500 millones de coches en el mundo y 25 millones en España?
Y seamos sinceros, muchos de los casos de personas que viven sin coche en España no es porque no quieran tener coche, sino porque no pueden tenerlo por motivos económicos.
Primero, no es lo mismo vivir en el centro de una ciudad, en una ciudad pequeña o a las afueras de la ciudad.
Si vives en el centro de una gran ciudad o una ciudad media, es más fácil vivir sin coche.
Hay mucho transporte público, como metro o autobús, y muchos servicios a los que puedes ir andando.
La cosa se complica si vives a las afueras, donde el transporte público es peor y solo te llega un autobús, que pasa con poca frecuencia.
Cuando me independicé de mis padres y me fui a vivir solo en el año 2018, no tenía coche y decidí probar a vivir sin coche.
Sinceramente, no lo hice por motivos ecológicos ni porque sea un rollo tener coche.
Incluso hice cálculos de lo que cuesta mantener un coche al año y me di cuenta de que con lo que me ahorraba podía alquilar un coche cuando lo necesitase para algún viaje o hacer bastantes viajes en taxi cuando fuera necesario.
Entonces me compré una bicicleta eléctrica para desplazarme y también compré el bonobús para poder ir en autobús.
En esa época vivía en una zona cerca del centro, no era en el centro, pero era una zona que tenía bastantes supermercado, farmacia y muchas más cosas a solo 5 minutos caminando.
A veces había algunos planes a los que no podía ir porque estaban lejos o no era muy viable ir en bicicleta.
Luego, cuando tenía que hacer alguna compra grande o algo así, tenía que pedirle el coche a mi madre.
Y eso ya es un poco trampa, porque en realidad no vives sin coche, vives sin coche propio, pero utilizas el coche de los demás.
Y la idea de alquilar un coche cuando lo necesitase o coger un taxi no era muy realista porque al final no lo hacía porque me parecía un gasto excesivo.
Después de unos meses me di cuenta de que necesitaba un coche para tener más libertad y vivir mejor.
Mi madre me prestó el suyo durante unos meses hasta que finalmente me compré mi propio coche.
Tienes que depender del transporte público, hay muchas cosas que no puedes hacer y muchas veces tienes que pedir favores a otras personas que sí tienen coche.
Eso sí, durante mi experimento en el que no tuve coche, me di cuenta de que antes usaba el coche para todo.
Y muchas veces hay sitios a los que puedes llegar caminando o en bicicleta y no tardas tanto en llegar y disfrutas más del camino.
Esa experiencia me ayudó a ser menos dependiente del coche y me animó a ir caminando o en bicicleta a los sitios con más frecuencia.
A veces estamos tan habituados a hacer algo de cierta manera que nunca nos hemos planteado hacerlo de una forma distinta que incluso podría ser mejor.
Y ya sabes, si te gusta este podcast y el trabajo diario que realizamos, tu colaboración sería de gran ayuda.