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Episodio 2110 El Monopoly Bienvenido a Hablamos, el podcast para aprender español cada día.
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Hay una canción de Eminem que dice así Estoy de pie sobre mi tablero de Monopoly.
En inglés tiene más gracia porque dice I'm standing on my Monopoly board, that means I'm on top of my game.
Hay un juego de palabras que en español no funciona bien, pero fíjate qué curioso.
Eminem usa el Monopoly como símbolo de éxito y de estar en la cima, cuando en realidad este juego nació con un propósito muy diferente.
Existe una expresión en España que es ser un lobo con piel de cordero, que hace referencia a personas que parecen inofensivas, pero que en realidad son nocivas, malas personas o tienen intenciones ocultas.
Aunque esta expresión se utiliza para las personas, yo hoy la voy a extrapolar y la voy a llevar a los juegos de mesa.
Porque hay juegos que parecen inofensivos, pero son capaces de sacar lo peor que el ser humano lleva dentro.
Yo he jugado partidas de algunos juegos que empezaron como una reunión entre amigos inocente y terminaron como una auténtica guerra.
Asumo que todo el mundo en la sala sabe que es el Monopoly, porque estoy seguro de que todos hemos jugado alguna vez en la vida.
Es más, más de uno está echando un vistazo a la habitación y está viendo el Monopoly en alguna estantería.
Los datos dicen que alrededor de 750 millones de personas han jugado a este juego en alguna de sus versiones y adaptaciones.
Las cifras de ventas también son de vértigo, ya que se han vendido unas 275 millones de copias en todo el mundo.
El Monopoly es un juego de mesa donde en el tablero hay diferentes propiedades, servicios públicos, impuestos y otros espacios especiales.
Y si caen en una propiedad de otro jugador tienen que pagar el alquiler correspondiente.
El objetivo del juego es ir comprando, vendiendo o intercambiando estas propiedades con el objetivo final de quedarte con todas las propiedades y llevar a la bancarrota a los oponentes.
La verdad es que el nombre del juego no deja lugar a dudas, ya que en realidad el objetivo es conseguir un monopolio.
La historia que siempre se ha contado dice que fue creado por Charles Darrow, un vendedor en paro que perdió su trabajo durante la gran depresión de 1929.
Desesperado por sacar a su familia adelante, se encerró en el sótano de su casa y dio un juego que pensaba que le sacaría de la pobreza.
De una mujer llamada Elizabeth Maggie Phillips, que por cierto, tenía una idea detrás de su invento muy diferente a la que hay detrás del Monopoly que hoy conocemos.
Su padre fue un prestigioso periodista, abolicionista y con una gran conciencia social.
Era seguidora de las ideas económicas de Henry George, que era uno de los grandes defensores de la teoría del georgismo.
Esta teoría defendía que la tierra y los recursos naturales no debían pertenecer a unos pocos porque es patrimonio de todos.
Él creía que sólo debían pagar impuestos los dueños de las tierras y defendía un modo de reparto equitativo de la riqueza.
De hecho, apoyaba lo que hoy conocemos como Renta Básica universal, de manera que los impuestos que pagaban los terratenientes se destinaran al resto de la población.
Te cuento esto para que conozcas las ideas políticas que tenía Elizabeth entonces.
En realidad en 1903, que fue cuando lo patentó y lo presentó al mundo un año después.
¿Qué sentido tiene que una mujer con esas ideas creara un juego como el Monopoly?
El juego que ella inventó se llamó The Landlords Game, que se podía traducir como El juego del terrateniente.
El tablero del juego era muy parecido al del juego actual, con sus casillas de propiedad, la prisión, los impuestos y los alquileres.
Y para ello planteaba dos maneras de Con el modo de juego que podríamos llamar antimonopolio, cada vez que un jugador compraba una calle, tenía que pagar impuestos, y esos impuestos se repartían entre el resto de los jugadores.
De hecho, en esta versión, quien ganaba el juego era quien, empezando con menos dinero, conseguía duplicarlo.
La otra versión era la que podríamos denominar monopolista, donde los jugadores tenían que comprar propiedades y cobrarles al resto que caían en ellas.
Mostrar las dos maneras de economía y que la gente se diera cuenta de los beneficios de las teorías de Henry George.
Lo cierto es que este juego tuvo cierto éxito, sobre todo entre los intelectuales y las universidades de la costa Este, porque era una manera muy sencilla de explicar las teorías económicas.
El caso es que este juego fue circulando y se hicieron diferentes versiones según donde se encontrara.
Y así, en una de estas reuniones de amigos, Charles Darrow conoció el juego y lo copió.
Tanto es así que cuando lo copió lo hizo tan calcado que también reprodujo una falta de ortografía que había en el tablero original.
Lo copió, le puso otro nombre, cambió algunas cosas y también cambió el objetivo final del juego.
Puede que los de la oficina de patentes no se dieran cuenta de las similitudes entre los dos juegos, pero la empresa Parker Brothers sí conocía The landlords game.
En 1935 compraron la patente de Elizabeth Mage por un pago único de 500 dólares, sin derechos de autor ni regalías posteriores.
Pero finalmente Parker Brothers publicó solo una tirada muy limitada y luego dejó de hacerlo.
Ese mismo año también compraron la patente del Monopoly de Charles Darrow, una versión que presentaba un enfoque más comercial y competitivo.
Algo curioso de esta historia es que no se supo la verdad hasta los años 70, cuando al economista Ralph Anspach, profesor de la Universidad de San Francisco, se le ocurrió la idea de hacer un Monopoly que promulgara todo lo contrario al capitalismo que promueve este juego.
Y así llegamos al final de esta historia, donde hemos visto cómo llegó hasta nosotros ese juego que tantas y tantas horas de diversión nos ha regalado.
De hecho, la partida más larga del mundo duró 1680 horas, el equivalente a 70 días, y se produjo en 1982.
El nombre de una persona que creó un juego para criticar el capitalismo fue borrado precisamente por el éxito de otra persona que copió su idea.
Así que creo que es de recibo terminar con unas palabras de la propia bien podría haber sido llamado el juego de la vida, ya que contiene todos los elementos del éxito y el fracaso en el mundo real.
Y el objeto es el mismo que parece tener la raza humana en general, es decir, la acumulación de riqueza.
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