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Seguimos hablando de errores judiciales y hoy nos iremos al Reino Unido para hablar de un error judicial que fue la lucha de David contra Goliat.
Imagínate oyente, que trabajas en una empresa donde hay transacciones de dinero, pero tú eres el único empleado.
El caso es que al final de la jornada laboral, tú eres la persona responsable de hacer lo que se conoce como cerrar la caja.
Pongámonos en el caso de que el ordenador dice que debería haber un dinero, pero no lo hay.
Los números del ordenador no son correctos y tú sabes a ciencia cierta que el ordenador está equivocado porque tú eres el único empleado, no has robado nada y sabes que hay un error.
Pues imagínate ahora que cuando le cuentas esto a tu jefe, tu jefe se cree lo que dice el ordenador y no te cree a ti.
Pues bien, así es como empezó el que se conoce como el peor error judicial de la historia británica.
Antes de empezar con el caso en sí, déjame que te aclare algo para que conozcamos mejor el contexto donde se desarrollaron los hechos.
La historia de este episodio se desarrolla en el Reino Unido, y si has estado allí habrás visto que en muchas tiendas o pequeños negocios en la puerta hay un cartel que reza Post Office.
Ambos son servicios que tienen que ver con lo que conocemos en España como correos, pero hay diferencias.
El Royal Mail es el servicio estándar y clásico de correos a nivel nacional y se encarga de repartir y enviar cartas y paquetes.
Por su parte, el Post Office podríamos decir que son pequeñas franquicias que hacen una labor más comunitaria, aunque también son propiedad del gobierno.
Se encargan de servicios postales como la venta de sellos, pero también prestan servicios financieros y gubernamentales, así como la renovación del carné, el pago de pensiones o la asistencia social.
Y las personas que llevan esas franquicias tienen el cargo de subjefes de correos.
Nos Vamos al año 1999, momento en que el Post Office decide implementar un nuevo sistema informático para la gestión y la contabilidad de todas sus sucursales, que en aquel momento eran unas 12.000.
La compañía Post Office lo vendía como una gran innovación, ya que al informatizar el trabajo, esto iba a mejorar el trabajo de los trabajadores.
Pero la realidad es que la implementación de este sistema fue lo que trajo todos los problemas.
Es importante en este punto que aclaremos que desde el principio ya hubo muchos problemas en el desarrollo del sistema.
Tuvo retrasos, sobrecostes y fallos técnicos, pero aun así siguieron adelante por motivos políticos y contractuales.
De hecho, uno de sus empleados dijo que ellos sabían que podían aparecer discrepancias en el saldo y que los empleados no iban a saber el origen de ese desfase.
El problema empieza cuando en algunas oficinas, cuando llega el final del día y estos subjefes empiezan a cerrar caja con este sistema, algo no cuadra.
Le daban al botón para conciliar las cuentas y de repente había una discrepancia en los saldos.
Estas personas no entendían lo que estaba pasando porque el sistema decía una cosa y los papeles otra.
Claro, lo que el sistema les estaba diciendo es que ese dinero lo habían perdido ellos, que esas ventas se habían realizado y ese dinero debería estar ahí, pero no estaba.
Ellos entran en pánico, claro, porque tienen un contrato con la Post Office y ellos son los únicos responsables del dinero que desapareciera.
Piensas que el ordenador tiene que estar equivocado, llamas al soporte técnico y ya te lo solucionan.
Les decían que el problema no era del programa, el problema era que había un error humano en la contabilidad.
El dilema estaba encima de la mesa para todas y cada una de esas personas, que además, recordemos, pensaban que solo les estaba pasando a ellas, cuando en realidad les estaba pasando a muchas otras personas que usaban el mismo programa.
Si enviaban los datos con ese desfase al Post Office, les dirían que faltaba dinero y podían tener un grave problema.
Pidieron préstamos, hipotecaron sus casas, y básicamente, la mayoría de ellos se arruinaron.
Como el programa informático seguía diciendo que faltaba dinero, llegó un momento en que esas personas ya no podían poner más dinero de su bolsillo.
Pero para compensar las discrepancias, entonces el ordenador empezó a registrar esas diferencias y las enviaba a Post Office.
En ese momento, la empresa de Post Office recibía información de que uno de sus franquiciados estaba haciendo algo mal y se estaba quedando con un dinero que no era suyo, es decir, que estaba robando.
La Post Office no reconoció en ningún momento que podía ser un error informático, sino que acusaron a estas personas de robar.
Así lo explica Unas personas afectadas llegaron a mi casa y uno se sentó en el sofá y hay una gran discrepancia.
Recordemos otra vez que la Post Office le seguía diciendo que ellos eran los únicos a los que les estaba pasando, y los acusaban de robar al sistema postal del gobierno.
Entonces los ponían en otro les decían que si se declaraban culpables de contabilidad falsa, les retiraban la acusación de robo.
Entre los años 2000 y 2014, un total de 736 subjefes de la Post Office fueron llevados a juicio.
Y claro, como decíamos antes, como decían que el sistema informático funcionaba bien, como no había ninguna evidencia de que el programa fallaba, se les declaró culpables.
A algunos incluso les impusieron penas de cárcel y les obligaron a devolver un dinero que jamás tuvieron.
La empresa pública te dice que ese problema solo te está pasando a ti y que tú lo estás haciendo mal.
Por un lado están los que tuvieron que ingresar en prisión, con todo lo que eso conlleva.
Y aunque no ingresaran en prisión, eran personas a las que el gobierno había acusado de robar.
Eso supuso que para muchos fue complicado vivir en sus comunidades, tanto para ellos como para sus familias.
Y evidentemente supuso la ruina económica para todos ellos, sabiendo que tenían que devolver un dinero que no tenían y que no podían conseguir.
Por no hablar de que seguía habiendo subjefes que continuaban poniendo dinero de su bolsillo para cubrir esas discrepancias del sistema y que no se enteraran.
Uno de los puntos de inflexión fue cuando los afectados unieron fuerzas y crearon la JSFA, que son las siglas de Justice Forza Postmasters Alliance.
Ellos lucharon y al final, En el año 2019, llegó la primera gran victoria de los afectados.
Y es que en ese momento la Post Office, aunque no reconoció su error, sí aceptó llegar a un acuerdo económico con los afectados.
De esta manera se llegó a un acuerdo con los demandantes por 58 millones de libras en daños.
Luego se quedó menos y al final cada uno de ellos terminó con 23.500 libras, que tampoco era una cantidad tan grande.
Poco después, una sentencia del Tribunal Superior reconoció que el sistema Horizon no era seguro.
Estaba claro que no había sido un error de los franquiciados y por lo tanto había que redimirlos de alguna manera porque fueron acusados injustamente y condenados siendo inocentes.
El proceso siguió con el fin de anular las condenas y a día de hoy muchas se han anulado, pero otros muchos afectados siguen en la lucha.
Otro de los puntos de inflexión en esta historia llegó con la emisión de la serie Mr.
Tanto es así que hasta el primer ministro Rishi Sunak se ha pronunciado sobre el.
Ha dicho nos aseguraremos de que la verdad salga a la luz, de corregir los errores del pasado y de que las víctimas obtengan la justicia que merecen.
Personas que trabajaban duro para servir a sus comunidades vieron destruidas sus vidas y su reputación sin tener absolutamente ninguna culpa.
Lo que pretende el gobierno es anular todas las penas y compensar económicamente a los afectados.
¿Qué les ha pasado a los verdaderos culpables, que serían los responsables tanto de la Post Office como como de Fujitsu?
No ha sido condenado ningún responsable por este error judicial que destrozó la vida de muchas personas y que algunas de ellas les costó la vida.
La verdad es que no me puedo ni imaginar la impotencia, la frustración y el dolor tan enormes que debe de suponer que te acusen de algo tan tremendo como robar siendo tú inocente.
Desde luego, este caso es el claro ejemplo de que en la lucha entre David y Goliat, quizá algunas veces gana David, pero siempre es David el que sufre.
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