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Seguimos hablando de grandes civilizaciones de la historia y hoy conoceremos un poco más a la responsable, en parte, de que tú y yo estemos compartiendo este espacio.
Si has visitado Roma o conoces algo de Roma, sabrás que uno de los símbolos de la ciudad es la Loba Capitolina, también llamada Luperca.
Por cierto, si has estado en esta maravillosa ciudad, habrás podido ver la famosa estatua que representa Staloba en los Museos Capitolinos.
Bueno, la cuestión es que Luperca es la imagen de una loba que está amamantando a dos niños, que son los hermanos Rómulo y Remo.
Es el símbolo de la ciudad porque según cuenta la leyenda, la ciudad de Roma la fundó Rómulo.
La fundación de Roma marca el principio de la civilización romana, también conocida como Antigua Roma.
Lo primero que vamos a hacer es situar esta civilización tanto geográficamente como temporalmente.
Si miras un mapa de Italia, verás que Roma se sitúa más o menos en el centro del país y en torno a un río, el río Tíber, que desemboca en el mar Tirreno.
Este río fue clave para su desarrollo porque le permitía un comercio a través del Mediterráneo.
Además, Roma geográficamente a su alrededor tiene barreras naturales que la protegen porque tiene al norte los Alpes y al este los Apeninos, que recorren Italia de norte a sur.
Así que Roma nace protegida, pero a la vez con una vía directa al mar, lo que hace que las comunicaciones sean perfectas, además de tener la posición perfecta para el comercio y la expansión territorial.
Si a eso le sumas que tenían un clima suave y unas tierras muy fértiles, es el combo perfecto para el surgimiento de una civilización poderosa.
Y llegados a este punto y para hablar de cómo se fundó esta ciudad, podemos tomar dos vías, una más realista y una que se deja llevar un poco más por la fantasía.
Si tomamos la perspectiva realista, tendríamos que decir que la ciudad de Roma seguramente se fundó, como muchas otras ciudades de la zona, como resultado de una agrupación de aldeas por parte de los latinos, los etruscos y los griegos.
Si nos dejamos llevar por la otra versión, la más fantasiosa, tendríamos que hablar de Rómulo y Remo.
Vamos a conocer brevemente la historia más mitológica de la fundación de Roma, explicado de manera muy rápida.
Rómulo y Remo eran dos semidioses que fueron abandonados al nacer en el río Tíber para salvarlos porque los querían matar.
El caso es que la cesta en la que iban se quedó encallada y los recogió una loba, Luperca, que los amamantó y los cuidó y los crió.
Una vez adultos, decidieron que iban a fundar una ciudad, pero se pelearon entre ellos por el lugar donde fundarla.
En medio de esta pelea, Rómulo mató a Remo, fundó la ciudad de Roma y se convirtió en el primer rey de la ciudad.
Cuando hablamos de la antigua Roma y el abarcar esta civilización, un periodo tan amplio, se suele dividir en tres etapas fundamentales.
Ahora, en un momento vamos a conocer cómo era la sociedad y las características de esta civilización.
Pero primero vamos a ver cuáles fueron las características principales de cada una de estas etapas.
En la monarquía gobernaba un rey que era elegido por la nobleza y gobernaba con la ayuda del Senado, que estaba formado por la aristocracia.
La república se caracterizó por una forma de gobierno donde los gobernantes eran elegidos por el pueblo, y a diferencia de la monarquía, no eran títulos hereditarios.
Una curiosidad, esta palabra viene de la forma latina res publica, que significa los asuntos públicos.
Y si has estado en Roma, habrás visto por todos lados las siglas SPQR que significan Senatus Populusce Romanus que en español sería el Senado y el pueblo de Roma.
El poder del Estado se repartía así las asambleas populares, que eran los ciudadanos que votaban a los magistrados los magistrados, que eran los diferentes cargos políticos y se dedicaban a distintas áreas y se elegían cada año y por último el Senado, que estaba formado por antiguos magistrados y aunque sobre el papel su función era puramente consultativa, en realidad eran los que gobernaban durante el Imperio.
Toda la autoridad estaba bajo el mandato del emperador, que concentraba todos los poderes y sus decisiones no estaban sujetas a la ley.
Era un cargo hereditario y aunque seguía existiendo el Senado, a los integrantes los designaba el emperador.
Pues mira, oyente, los romanos diseñaron sus ciudades basándose en cómo eran los campamentos militares.
Eran en forma de cuadrícula donde se marcaba una calle principal que cortaba la cuadrícula de norte a sur y otra de oeste a este.
En el cruce de ambas se encontraba el foro, que era literalmente el centro público de la ciudad.
Existían básicamente dos tipos de las domus, que eran las casas de las familias más ricas y las insulae, que eran edificios donde vivían las familias más modestas.
Fíjate que la sociedad básicamente se dividía en dos tipos de las personas libres y los esclavos.
Dentro de las personas libres sería muy ingenuo por nuestra parte pensar que no había clases sociales, porque sí las había.
Básicamente, los patricios eran la minoría, pero eran los más adinerados y los que tenían puestos de poder.
Los plebeyos, por su parte, eran el resto de la población y aunque tenían derechos, no podían intervenir, por ejemplo, en política.
Por su parte, los esclavos no tenían ningún tipo de derecho, pero si sus amos los liberaban, se convertían en lo que se conocía como libertos y sus hijos sí podían optar a la ciudadanía.
Y claro, como en la mayoría de estas civilizaciones, las mujeres eran un cero a la izquierda y aunque podían tener posesiones, no tenían opinión y dependían de sus padres o maridos.
Las tres cosas fundamentales en su economía eran la agricultura, la artesanía y el comercio.
Algo importante que tenemos que saber de esta civilización es que lo que hizo que su agricultura creciera fue que introdujeron muchas innovaciones en sus cultivos.
Fueron los que introdujeron o desarrollaron cosas tan básicas para nosotros hoy día como el abono, el regadío, la rotación de cultivos o el barbecho.
Además de utensilios como los rastrillos, los arados de hierro, los picos, las prensas de aceite o el uso de animales de tiro.
Un dato modelos de arado similares al romano todavía se usaban en España en los años 1930 o 1940.
Y siguiendo con Roma, una de las cosas que favoreció su crecimiento fue el comercio.
El comercio fue una de sus grandes bazas, no solo por las rutas marítimas, como vimos al principio, sino también porque construyeron calzadas que les ayudaron en esa expansión demográfica y militar y por supuesto, en el comercio.
La religión fue algo de suma importancia en la antigua Roma porque es en esta civilización cuando surge algo que cambiaría el mundo.
Y es que esta civilización empezó siendo politeísta, es decir, que tenían varios dioses.
Es más, distinguían entre los dioses de culto público y los dioses de culto más doméstico o privado.
Pero claro, en esta civilización surge el cristianismo, que evidentemente ellos persiguieron mucho al principio porque temían que fuera un factor que desestabilizara su imperio.
A pesar de la persecución, poco a poco el cristianismo se expandió por el Imperio Romano.
La libertad religiosa se establecería tiempo después y el cristianismo se convirtió en religión oficial del estado en el año 380 d.
Pues mira, oyente, hicieron grandes cosas en la arquitectura, la pintura o la escultura y evolucionaron lo que ya había hasta entonces.
Introdujeron por ejemplo, el mosaico, el relieve o el arco de medio punto y la bóveda de cañón.
En arquitectura solo tienes que ir a Roma y ver basílicas, el foro, el Coliseo, los teatros, los templos o los anfiteatros.
Pero algo que fue muy importante para ellos y donde fueron unos auténticos genios fue en el urbanismo.
Y la prueba es la cantidad de calzadas romanas, acueductos, puentes o cloacas que han llegado hasta nosotros.
Bueno, estoy haciendo referencia de forma sutil a la famosa película de los Monty Python, La vida de Brian.
En esa película hay una escena muy graciosa en la que unas personas que odian a los romanos y que les echan la culpa de todos sus problemas, quieren decir cosas malas de ellos, pero al final acaban mencionando cosas positivas como los acueductos, las calzadas, el vino, etc.
Déjame que termine este episodio hablando de algo que es fundamental, pero para que tú y yo hoy estemos compartiendo este espacio, porque en realidad yo soy romano, oyente.
Hablamos su lengua, seguimos sus leyes, comemos su comida y pensamos con sus valores.
Han pasado más civilizaciones o culturas por España, pero esa es una parte importante de nuestro origen.
Y a su vez, el latín tenía dos un latín más culto y un latín vulgar que era el que hablaban las clases más populares.
Tras la invasión romana, poco a poco ese latín vulgar se impuso al culto y de él surgieron las lenguas romances, como son el italiano, por supuesto, pero también el francés, el portugués, el rumano o el español.
Así que, en cierta forma, gracias a esta civilización, tú y yo nos hemos conocido, podemos decir que hablamos español o en realidad hablamos latín mal hablado.
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