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Com Ahora, en este episodio del podcast diario, Paco y yo hablamos de la historia de unos compañeros de piso un tanto peculiares.
Una historia de un señor mayor y un jovencito y no sé por qué, pero me ha tocado el corazón.
Y por otro lado, Jalil es un estudiante marroquí que tiene 21 años y es un estudiante de terapia ocupacional.
Claro, como es un estudiante, pues las pastillas que se toman los estudiantes a veces no son buenas.
Y lo primero que tenemos que pensar ¿Cómo un jubilado de 70 años acaba viviendo con un estudiante de 21 años o cómo un estudiante de 21 AÑOS acaba viviendo con UN jubilado de 70 aÑOS?
Pues esta idea sale de la Universidad de Burgos y el Ayuntamiento de Burgos y consiste en un programa de convivencia entre mayores universitarios.
Yo la verdad no conocía que existían este tipo de programas, pero me imagino que no será el único.
Pero bueno, es un programa bastante curioso porque lo que hacen es que unen a personas mayores de 60 años.
Claro, la idea es que el estudiante vaya a vivir a casa de la persona mayor, no que la persona mayor vaya a casa del estudiante.
En España, los jubilados, no todos, pero más del 70%, 80% me invento el porcentaje, pero es por ahí.
Son dueños de su casa y generalmente suelen vivir en una casa donde siempre hay alguna habitación libre o así.
Yo creo que esto es así porque lo he observado con diferentes personas mayores de mi entorno Y claro, es muy interesante porque la idea es que personas mayores que están solas, quizás son personas viudas, quizás son personas que nunca han tenido pareja, que no tienen familia, pues la idea es que esas personas, oye, puedan acoger a un estudiante en su casa y ese estudiante va a acompañarles, va a convivir con ellos y se van a sentir menos solos.
Paco Sí, Roi y esto es muy bueno no solo para los mayores, para las personas mayores, sino también para los estudiantes, porque los estudiantes podrán beneficiarse de otras cosas, por ejemplo, tener alojamiento mucho más asequible.
Y en este programa, si no recuerdo mal, no tenían que pagar nada, el alojamiento era gratis.
Si hay una persona mayor viviendo en el piso y un estudiante, se dividen entre dos, pero el estudiante no tiene que pagar alquiler, no tiene que pagar alquiler por esa habitación.
Y esto es muy interesante, Paco, porque oye, algunos estudiantes andan bien de dinero y no tienen problema, pero hay muchos estudiantes que quieren ir a otro sitio a estudiar y no se pueden permitir alquilarse una habitación.
Sí, y además, Roi, otra cosita que estaba pensando que puede ser un gran beneficio para el estudiante es que va a hacer un curso acelerado de vida, Es decir, convivir con alguien con mucha más experiencia, con más años, más conocimiento, no necesariamente, pero sí en teoría más conocimiento.
Es una experiencia fantástica escuchar esas historias de personas mayores y compartir la vida con ellos.
Estoy de acuerdo, estoy de acuerdo, pero bueno, yo creo que muchos lo harán por el dinero.
Paco Hay que ser realistas, los estudiantes es en lo que se fijan, pero aunque ese sea el motivo principal por el que muchos estudiantes se apuntan en el programa, la realidad es que luego sí que la experiencia es muy buena, muy positiva, y lo que mejor sacan de este programa no es que me ahorre 300 euros de la habitación.
Y esto no lo digo yo, lo dice la coordinadora del programa, dice que en este programa ha visto que se han creado relaciones maravillosas entre personas que no tienen nada que ver, porque es cierto que es raro que una persona con 70 años o 60 años se haga amiga o tenga una relación muy cercana con un estudiante de 20 años.
No es nada común, pero gracias a este programa se pueden dar ese tipo de relaciones que son increíbles.
Y esto lo podemos ver con la historia de Paco y Halil, porque el propio Halil decía que Paco era el padre que nunca tuvo, porque su padre desapareció cuando él era joven y no tiene contacto con él.
Al final, oye, ya no solo convivo con esta persona, sino que esta persona me puede enseñar cosas de la vida, me puede acompañar a mí también.
Entonces aquí fíjate que no es solo un estudiante que acompaña a una persona mayor, sino que se acompañan mutuamente, porque también esta persona mayor, Paco, de 70 años, aporta mucho a la vida de Jalil.
Sí, Y Roi, desde el principio, Paco y Halil conectaron de una manera impresionante.
Porque hay una historia curiosa, y es que el primer día que llegó Halil a la casa de Paco, Paco se tenía que ir de viaje.
Lo cual es algo que no me parece tan común, que una persona mayor o una persona cualquiera confíe en un desconocido y le dé las llaves de su casa el primer día.
Claro, cuando ya lo conoces, después de unas semanas, unos meses, ya hay confianza, sabes qué es de fiar y oye, te vas de tu casa y lo puedes dejar solo mucho tiempo.
Pero ojo, hacerlo el primer día te puede dar un poco de miedo, porque, a ver, si va a montar una fiesta, la va a liar, obviamente, no te va a hacer algo terrible.
Sí, Roi, tampoco podemos olvidarnos de otro miedo muy común entre no solo las personas mayores, sino entre la gente España, los ocupas.
Entonces Paco podría bueno, un desconocido que se va a meter aquí en mi casa, imagínate que me voy y luego no puedo entrar.
Aunque bueno, que te ocupen la casa, quizás menos probable que te la ocupe un estudiante 21 años.
Pero lo de la fiesta, Paco, lo de la fiesta yo creo que había un 80% de probabilidades de que montase una fiesta.
No es que vayan a destrozar la casa, pero esa mesa tan bonita que tenía nuestro protagonista Paco, ahí en su salón, una mesa de Roble con 50 años de historia.
A lo mejor llegas del viaje, amigo Paco, y la mesa está toda reventada, con marcas de cigarrillo, con marcas de alcohol.
Y esto, bueno, hay que decir que en España, sobre todo las personas mayores, sí que tienen prejuicios negativos hacia los extranjeros y quizá más hacia los marroquíes, porque en España hay bastantes marroquíes y es una de las nacionalidades extranjeras con las que más te puedes encontrar en España.
Y sí que hay ciertos prejuicios negativos, sí que hay cierto racismo y prejuicios.
Pero nuestro protagonista Paco, dejó claro que él no tenía ningún prejuicio hacia los marroquíes.
Pues porque aquí al final, claro, tuvo contacto con otros marroquíes, que es cómo se pierden los prejuicios.
Paco, cuando tú entras en contacto y conoces a gente de Marruecos, de cualquier país, te das cuenta de que son personas normales.
No son como dicen en la tele, o no son como dicen por ahí, sino que, oye, puede haber gente mala, pero el 99% son gente buena y honrada.
Al final, para olvidarse de esos prejuicios o de esos tópicos negativos, lo mejor es salir a la calle, ver la realidad, con conocer a gente de otros países y ver que no son monstruos.
Y en el caso de este señor, de Paco, él trabajaba haciendo caminos o carreteras, o pintando carreteras, y ahí conocía muchos marroquíes, porque en España, en el sector de la construcción, hay muchos trabajadores marroquíes.
Entonces él tuvo mucho contacto con los marroquíes y él dice que siempre ha trabajado con muchos y siempre tuvo una buena relación con todos.
Por eso se lo dejó aclarado desde el primer minuto, para que Jalil supiera que no iba a haber prejuicios negativos porque él fuese marroquí.
Y además no solo conviven, no solo viven en la misma casa, bajo el mismo techo, sino que también hacen cosas, bastantes cosas juntos fuera de casa.
Cada año van juntos a la fiesta del Parral de Burgos y se comen un buen asado y disfrutan de la compañía de otros.
Es curioso porque lo que tú dices, no sólo conviven en casa, sino que hacen planes juntos también fuera.
Han ido de viaje a Marruecos en varias ocasiones, a Francia, al País Vasco en España y también al pueblo de la infancia de Paco, nuestro protagonista.
Mi pueblo de la infancia, el típico pueblo que casi todo el mundo en España tiene un pueblo, su pueblo de origen, donde había nacido, pero luego tuvo que irse a trabajar o a vivir a gran ciudad.
Porque fíjate que si dejamos a un lado diferentes prejuicios de edad, nacionalidad, estilos de vida, etc.
Rompe dos el prejuicio de la edad, de que una persona de 21 años y otra de 70 años no pueden tener una buena relación, una relación de amistad.
Hay que ser realistas, hay algunas que sí que lo son, pero en este caso se rompe ese prejuicio.
Bueno Roi, pues ahora llega la ¿Tú podrías vivir con una persona que te sacara 50 años, que tuviera 50 años más que tú?
Pero vamos a ponernos si yo fuera estudiante, porque ahora mismo con 31 años, pues oye, sí podría vivir con con una persona de 70 años sin ningún problema.
A ver, prefiero no hacerlo, simplemente por el tema de la convivencia, no porque esa persona tenga 70.
Al principio lo rechazaría porque pensaría ¿Qué hago con un abuelo, con una abuela?
Pero bueno, luego pensaría la comida está buena, la comida de las abuelas sobre todo.
Yo me acuerdo de mi abuela, esa comida que hacía y bueno, quizás solo por la comida ya lo aceptaría.
Bueno Roi, aquí te podría decir yo una cosa y es que yo no sé si viviría con una persona mayor porque.
Bueno, una vez más decimos las abuelas, porque honestamente los abuelos en nuestra época prácticamente ninguno cocinaba.
Bueno, pero no les vamos a dar el mérito porque el 99% de las veces cocinaban las abuelas.
Entonces, bueno, te puedo contar la historia de una estudiante que tuve hace unos cuantos años de Corea del Sur y me comentó que pasó unos meses en la casa de una abuelita, creo que en Madrid.
Y ella al principio no quería o no le apetecía, porque sí, de manera ocasional puedes desayunar churros con chocolate, pero cada día churros con chocolate, un desayuno bastante pesado, bastante intenso, tus arterias no.
Pues que después de esos meses, cuando se volvió a su país, resulta que había engordado, no sé, 10 kilos.
Pero bueno, vamos a romper una lanza a favor de las abuelitas, porque esto también me pasó a mí cuando fui a Polonia y yo cocinaba mi propia comida.
Entonces, a ver, en este caso es posible que haya sido culpa de esa abuelita que le daba mucha comida a esa estudiante, pero bueno, a lo mejor la estudiante si hubiera tenido que haber cocinado ella también hubiera engordado, Paco, porque eso es lo que me pasó a mí en Polonia.
Yo en cinco meses o menos de cinco meses, cuatro meses y medio engordé ocho kilos o siete kilos, no recuerdo la cifra, pero fue una barbaridad.
Y es verdad que en la época estudiantil es más fácil olvidarse de la dieta, olvidarse de comer bien, los hábitos en ocasiones no son los mejores y te gusta la comida basura, especialmente en esa época.
Claro, y como ya no estás en casa con tus rutinas y tus hábitos, cambias un poco los hábitos alimenticios y no te das cuenta.
Pero bueno, en este caso sí que podemos echarle la culpa a esa abuelita, porque las abuelas en España cocinan muy rico, pero a veces con mucho aceite, muchos fritos.
Bueno, también los abuelos, pero especialmente las abuelas, o mis dos abuelas, por ejemplo, cada vez que las visitaba, pues yo tenía que decir que ya había comido antes en casa, porque en caso de que les dijera que no había comido antes en casa, pues ellas me pondrían ahí, no sé, dos platos de cocido, chorizos, luego de postre dos magdalenas.
Es cierto, porque ya no solo que la comida quizá es un poco menos saludable, creo que eso no es tan importante, sino que la cuestión es lo que tú dices, que las abuelas casi te obligan a comer.
Suerte que en España no tenemos muchas armas, porque si no ya me imagino a mi abuela con una pistola.
De hecho, Roi, te digo que mis abuelas se enfadaban cuando yo les decía que ya había comido antes en casa y que no quería comer en su casa.
Después de la Guerra Civil, esa fue la época que tuvieron que vivir nuestras abuelas, nuestros abuelos.
Entonces, si una persona no comía en su época, era un problema muy grave y pasaban mucho hambre y lo pasaban muy mal.
Entonces, claro, para nuestras abuelas el sinónimo de estar saludable era comer suficiente.
Por eso siempre, siempre se enfocaban mucho come, come, come, porque es lo que tienes que hacer para sobrevivir, para estar bien.
No sé si es algo de las abuelas o de los abuelos del mundo, pero eso precisamente, como comentabas, en España, con las abuelas españolas es un martirio, porque te van a obligar a comer hasta que explotes.
Así que, queridos oyentes, si algún día venís a España y os alojáis o tenéis alguna experiencia en la que os quedáis a vivir en la casa de personas mayores, vais a comer mucho, vais a acabar muy empachados, van a insistir mucho en que comáis, en que comáis.
Y yo creo que esto es algo que ocurre en otros países también, no es algo exclusivo de España.
Yo creo que en la mayor parte de los países los abuelos, las abuelas quieren que sus nietos coman.
Para los abuelos, Roi, siempre vamos a estar muy delgados, vamos a estar casi en los huesos, siempre.
Imagínate que tuvieras 70 años, que tú fueras Paco, el jubilado, el protagonista de esta historia.
Tienes 70 años, vives solo, o bueno, a lo mejor vives con tu mujer también, porque también podrías vivir con tu mujer, y tienes la oportunidad de meter a un estudiante en tu casa a vivir.
Y bueno, lo bueno de esta pregunta, Paco, es que aunque tú no tienes 70 años, tú tienes 34, pero tú de mentalidad tienes 77 por lo menos, o 87.
Entonces no tienes que imaginártelo, ya solo tienes que pensar con la mentalidad que tienes ahora de persona tranquila, calmada, aburrida dirían algunos.
Pero es que no quiero meterme con los de 77, que yo sé que hay gente muy divertida, no como tú, Paco.
Depende por supuesto, de la energía que tuviera, de cómo me encontrara, de cómo fuera el joven.
Yo reconozco que ahora mismo diría que no, por el tema de la convivencia, porque no quiero tener que convivir con otra persona, no quiero perder mi privacidad.
Y a ver, luego también pensaría los riesgos de que un estudiante joven viniese a mi casa, hiciese ruido, me molestase, porque no me gusta que me molesten en mi casa.
Pero sí que es cierto que hay cosas muy buenas, la compañía, ese espíritu joven, que aunque tú por supuesto que puedes tener espíritu joven con 70 años, pero es probable que un poquito lo hayas perdido, y tener ahí sangre joven en tu casa te va a dar una visión diferente de la vida, te va a dar un poquito de vida también va a ser interesante, ¿No?
Claro, tú te juntas con tus amigos de 70 años y qué acabas hablando ay, que me duele la espalda.
Un chaval de 20 años no habla de eso, habla de cosas diferentes que a veces son como sangre nueva.
Sí, me hace gracia eso que dices de sangre nueva, porque hablas como si fueses Drácula.
Bueno, no sé si has visto este que es muy famoso, que hablamos de él Brian Johnson, que.
Que cogió alguna transfusión de sangre de su hijo y se la puso él como sangre nueva, literalmente, para rejuvenecer.
Yo no digo que cojas la sangre de ese estudiante, pero sí que a nivel metafórico, a nivel metafórico sí que podría ser interesante.
Una buena idea, que luego no lo haríamos, seamos sinceros, no lo haríamos porque sería salir de nuestra zona de confort.
Pero bueno, yo desde aquí animo a nuestros oyentes porque tenemos una masa de oyentes importante, mayores de 60 años.
Solía decirte un porcentaje, pero es un porcentaje interesante y quizá algunos pues oye, está un poco solo, se siente un poco solos.
A lo mejor no tienes que meter a un estudiante a vivir contigo, pero quizás sí que hay algunos programas que permiten pasar más tiempo con estudiantes o con gente joven y te pueden dar una perspectiva de la vida distinta y puedes pasar un momento muy divertido con gente diferente.
Vale, pues Roi, entonces hoy como deberes para los estudiantes, en lugar de estudiar más español, vamos a ponerles los deberes de que busquen programas de este estilo.
Hoy va dirigido, bueno, va dirigido a los oyentes mayores, pero también a los jóvenes, porque son menos.
Algunos que nos escuchan con veinte, veinticinco años son un porcentaje menor, pero también a esos jóvenes, oye, buscad algunos programas en vuestra ciudad, en vuestra universidad, en vuestra comunidad, de estar en contacto con gente mayor, que podemos aprender mucho los unos de los otros.
Y tú y yo, Paco, estamos ahí en el medio, con 30, 30 y algo años, que ni eres suficientemente joven ni suficientemente mayor.
Bueno, pues nada, Paco, un placer como siempre grabar contigo, hablar contigo, cuídate mucho y hablamos la semana que viene.