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Hoy hablamos episodio 2173 el placer de comprar Bienvenido a Hoy Hablamos, el podcast para aprender español cada día.
Esta es la semana del Black Friday, así que hablamos de algo relacionado con de por qué comprar nos hace sentir bien.
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Sidonie, que es un grupo español, tiene una canción que se llama Un día de mierda y empieza así Hoy será un día de mierda y toda la culpa será mía.
Estoy seguro de que todos hemos tenido alguna vez eso que se conoce de forma vulgar y coloquial como un día de mierda.
Es decir, un día en el que todo sale mal, en el que te encuentras triste y un día en el que solo ojalá pase rápido e igual que sé que todos hemos tenido alguna vez un día de mierda, también sé que es muy probable que una de las cosas que te hizo sentir mejor en un día como ese fue el hecho de comprar algo que te apetecía tener.
Y que en ese día de mierda hoy me lo merezco, hoy necesito algo que me haga sentir bien.
Por eso en este episodio nos vamos a dedicar a hablar del placer de comprar y por qué el hecho de comprar nos hace sentir bien.
De hecho, existe un término que es retail therapy que se puede traducir como terapia de compras.
Pero antes de nada, Y para entender todo este proceso tenemos que ¿Qué pasa en nuestro cerebro cuando compramos?
¿Por qué sentimos esa felicidad o bienestar inmediato por el mero hecho de comprar?
Lo cierto es que cuando compramos en nuestro cerebro pasan cosas Nuestro cerebro libera las conocidas como hormonas de la felicidad, como son la serotonina y y la dopamina, que son neurotransmisores asociados al placer y la recompensa.
Este proceso de liberación de estas hormonas nos proporciona una sensación de bienestar que también se produce cuando besamos a alguien, cuando comemos chocolate o cuando hacemos ese viaje con el que llevábamos soñando años, por ejemplo.
Además, activa el sistema de recompensa, cosa que hace que nuestro cerebro entienda que esa actividad es beneficiosa para nosotros y quiera repetirla para poder volver a sentir ese placer.
En palabras de un experto, el acto de consumir es una experiencia profundamente emocional.
Comprar algo que nos gusta o deseamos para otra persona activa el sistema de recompensa del cerebro liberando dopamina, un neurotransmisor que nos hace sentir placer y satisfacción.
Este proceso explica por qué muchas personas encuentran en el consumo una fuente de alivio y un escape emocional, especialmente en momentos de estrés o tristeza.
Antes de seguir hablando de qué nos ocurre cuando compramos, vamos a pararnos un segundo en esa felicidad que nos proporciona comprar.
Porque la pregunta que vamos a intentar responder es ¿Solo una felicidad momentánea?
La mayoría de los estudios dicen que la satisfacción por la compra se experimenta desde antes de hacer la compra.
Es decir, que desear algo y planificar esa compra nos proporciona lo que se conoce como gratificación anticipada.
Estoy seguro de que todos conocemos esa sensación de desear algo tanto que solo el pensar en tenerlo ya te pone contento.
Como me gusta la tecnología, veo vídeos de youtubers analizando el móvil y las especificaciones y disfruto de ese proceso.
De hecho, hay investigaciones que dicen que la anticipación a la compra nos provoca emociones como alegría, emoción, optimismo y tranquilidad, a la vez que crea expectativas al pensar que ese producto puede mejorar aspectos de nuestra vida con los que no estamos muy felices.
Pero una vez que se adquiere ese producto, se produce lo que los investigadores llaman disminución hedónica.
Es decir, que al tenerlo la felicidad desaparece y buscas otro objeto de deseo que te haga volver a sentir esa sensación de felicidad.
Cuando me compro el móvil, a los pocos días ya no me proporciona ninguna satisfacción extra.
Por otra parte, ojo, porque también hay estudios que dicen que esa felicidad es más o menos efímera según lo que compres.
Te pongo ejemplo de un estudio en concreto realizado por la Universidad de British Columbia, donde se buscaba evaluar el tiempo real de felicidad que las personas obtienen con las compras.
Los investigadores tras el estudio pusieron el ejemplo de la satisfacción que obtienes por la compra de un sofá y las entradas para un concierto.
Te lo explican ellos mismos con estas Pensemos en un comprador que decide entre las entradas para un concierto o un nuevo sofá en el salón.
El concierto proporcionará una intensa emoción durante una noche espectacular, pero luego terminará y ya no proporcionará una felicidad momentánea aparte de ser un recuerdo feliz.
Por el contrario, el nuevo sofá nunca proporcionará un momento emocionante a la altura del concierto, pero mantendrá al propietario cómodo y confortable cada día durante los meses de invierno.
Otra de las cosas que nos pasa cuando compramos es que tenemos la sensación de recuperar el control y nos hace olvidar nuestros problemas.
Según estudios como uno del Journal of Consumer Psychology, la tristeza suele venir pero por una sensación de falta de control para cambiar una situación que estamos viviendo.
Por eso, cuando tomamos la decisión de comprar algo, tenemos la sensación de que recuperamos el control de nuestra vida y por lo tanto nos alivia la tristeza.
Si tienes un mal día, sientes que todo está fuera de tu control, estás triste y nada ha salido como debería.
El hecho de conseguir algo que quieres te puede hacer sentir que sí, que puedes tomar el control de tu vida.
Y fíjate oyente, que normalmente las decisiones que nos abruman o nos hacen sentir tristes y agobiados en nuestra vida suelen ser decisiones difíciles, decisiones complicadas de tomar.
Pero las decisiones que implican las compras son decisiones sencillas y en cambio nos dan una satisfacción inmediata enorme.
Las conclusiones de este estudio dicen que el 96% de los adultos y el 95% de los adolescentes van de compras para sentirse mejor.
También las compras son utilizadas por las personas como una alternativa al aburrimiento o para escapar de emociones desagradables.
Este estudio dice que concretamente el 66% de los adultos y el 75% de los adolescentes se van de compras si se sienten aburridos o experimentan emociones negativas.
Otra de las consecuencias lógicas de comprar visto lo que ya hemos visto es que aumenta la autoestima.
De hecho, hay estudios que apuntan a que la autoestima de una persona cuando puede aumentar hasta un 17% en el momento de la compra.
Porque eso es algo que de por sí cuando lo compras te hace aumentar la autoestima porque te ves mejor delante del espejo.
Cuando sales por la puerta de la tienda te sientes una persona de éxito que ha conseguido algo que quería.
Incluso te ves más atractivo, más interesante o más guay porque ahora tienes una televisión guapísima y eso aumenta la autoestima.
Por cierto, hay estudios que dicen que cuanto más atractivo sea el objeto que compras más aumenta tu autoestima.
Yo me imagino que durará muy poco, porque si no todos tendríamos la autoestima por las nubes.
Claro, todo esto de comprar y la satisfacción inmediata que produce puede convertirse en un peligro y llegar a ser una adicción.
Para que te hagas una idea, se estima que un 3 % de la población española tiene un problema de adicción a las compras.
Pues pasa lo que pasa con cualquier adicció que vives en un estado de ansiedad continua porque necesitas comprar, más ansiedad si no obtienes lo que quieres, negación a ver que se tiene un problema y culpabilidad por consumir de manera compulsiva.
También, si utilizas las compras como una forma de alivio o placer instantáneo en tu vida, puede hacer que acabes malgastando tu dinero y perjudiques tus finanzas a largo plazo.
Muchas veces los placeres inmediatos o a corto plazo pueden ser perjudiciales para los objetivos a largo plazo.
¿Cuántas personas se endeudan para comprar cosas que no son tan necesarias y luego están sufriendo para pagar esas deudas?
Aquí podemos recordar una frase muy famosa que no recuerdo dónde la escuché Compramos cosas que no necesitamos con dinero que no tenemos para impresionar a gente que no nos gusta.
Hoy hemos explicado por qué nos sentimos bien cuando compramos, pero esto no significa que debamos comprar compulsivamente porque siguiendo esa regla de tres, ¿Deberíamos fumar y tomar drogas porque cuando lo haces te sientes bien?
En la vida hay muchas cosas que cuando las haces te sientes bien, pero no son buenas para ti.
En el caso de comprar, yo creo que no es algo malo, pero tampoco hay que dejarse llevar a lo loco por ese placer.
Es como todo, la clave está en buscar un punto intermedio, comprar lo que realmente necesitamos y lo que realmente nos apetece tener y no dejarse llevar por el consumismo impulsivo.
Así que ante una semana complicada para controlarse frente a las compras, como es esta del Black Friday, ¿Qué consejos se dan para comprar de manera responsable?
Puedes comprar algo simplemente porque te apetece y eso está bien, pero tiene que ser una decisión consciente de y meditada, no impulsiva.
Lo importante es ser consciente de por qué compras y no gastar un dineral solo porque estás triste.
Pié, ¿Cuántas cosas has comprado solo por comprar, aun sabiendo que acabarían olvidadas en un rincón de tu casa o de tu armario?
Por eso, oyente, disfruta de las compras y de esa felicidad que producen, pero hazlo de manera responsable.
No podemos terminar este episodio de las compras sin recordarte la oferta especial de Black Friday.
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