Bienvenido a Hoy Hablamos el podcast diario para aprender español. Como siempre, hoy publicamos un episodio público y gratuito y otro episodio exclusivo para los suscriptores prémium.
En el podcast prémium, Reb y yo, hablamos sobre el emprendimiento. En esta primera parte, hablaremos sobre cómo es emprender en España y sobre la mentalidad española y el entorno. Puedes escuchar este episodio si te haces suscritor premium en hoyhablamos. com.
Ahora, en este episodio del podcast diario, Paco y yo hablamos sobre cómo tener muchas opciones puede ser contraproducente. Vamos con el episodio.
Buenos días, Roi. Buenos días, queridos oyentes. Estoy bien, estoy bien, pero con ciertas dudas.
Te cuento, psicólogo. Dudo de si lo que vamos a hacer hoy está bien. Dudo de si tiene sentido este tema que tenemos para hoy.
Entonces, estás pensando que deberíamos hacer otro tema, que no deberíamos hablar de la paradoja de la elección, no deberíamos hablar de este tema de tomar decisiones.
Exacto, Roi, porque sí, me parece un tema interesante, pero al mismo tiempo creo que hay otros temas interesantes que podríamos tratar. Podríamos hablar de, no sé, de fútbol. Podríamos hablar de política, no sé, hay muchos temas.
Es verdad. Y de hecho, elegimos este tema de una lista larga que tú y yo tenemos de otros temas, de otras ideas. Pero Paco, ya habíamos decidido que íbamos a hablar de este tema. Y ahora quieres cambiar la decisión. Me estás volviendo loco.
Soy un poco indeciso, pero quizás es bueno ser indeciso, porque las personas que tienen las cosas tan claras me dan miedo.
Y tú sabes algo de eso, Roi, porque como hemos comentado en alguna ocasión, los gallegos, los de Galicia, sois famosos por ser indecisos.
Ese es un estereotipo que se dice de los gallegos, que siempre dudamos, que somos indecisos, que nunca decimos "sí" o "no", decimos depende. Nos hacen una pregunta: "¿Te gusta el bacalao", " Depende".
Exacto. Depende de quién lo prepare, depende de qué tipo de preparación sea. Nunca vamos a decir sí o no. Vamos a mostrar indecisión siempre. Eso es lo que se dice, no todos somos así.
"Oye, ¿qué te apetece que hagamos? ¿Te apetece que vayamos a este restaurante o al otro? ¿Te apetece que compremos esta lavadora u otra?". "No lo sé".
"No lo sé. Me da igual. Me da igual. Elige tú". Y tú, "Joder, elige tú alguna vez". Bueno, pues ahora ya en serio, por supuesto que no vamos a cambiar nuestra decisión, hemos decidido hablar de decisiones, de elecciones, y no vamos a cambiarlo, Paco. Lo siento.
Nos quedamos entonces con la paradoja de la elección, que es un tema agradable, simpático, y creo que vamos a a comentar algunos ejemplos bastante chulos.
Exacto. Y por supuesto, hemos empezado esta forma para hacer la broma. Hacer la broma de que tenemos un episodio en el que vamos a hablar de todas las elecciones que tenemos, todas las opciones que tenemos cuando queremos comprar algo, cuando queremos comer algo o... Bueno, cuando queremos hacer cualquier cosa, hoy en día tenemos un montón de opciones y eso a veces nos hace volvernos un poco locos, porque no sabemos qué opción elegir, no sabemos qué decisión tomar. Entonces, por eso empezamos de esta forma, haciendo la broma.
Y esto, Roi, es interesante porque creo que mucha gente tiene ahora en la cabeza lo que yo tengo, y es Netflix, porque algunas veces te pones a buscar una película o una serie y te vuelves loco. "Quizás puedo ver esta o puedo ver la otra. Esta parece que tiene buena pinta, pero quizás no me apetece tanto". Al final, pasas media hora eligiendo y no ves nada, te vas a la cama.
Así es, Paco. Y de hecho, a mí ahora lo que me pasa es todavía peor, porque tú mencionas a Netflix, pero yo ahora tengo Netflix, HBO o Max, no sé cómo se llama ahora, y Amazon Prime. Y Disney Plus, yo tengo todas las plataformas. Entonces, a mí ya no solo me pasa que tengo que pensar qué película elegir. Primero tengo que pensar qué plataforma abrir, Paco. Y ahí ya me vuelvo loco, porque ya digo: "A ver, hoy qué abro? Netflix, HBO, Amazon Prime, Disney Plus. Bueno, venga, voy a probar en esta". Entonces, abro, no sé, Disney Plus, no encuentro nada que me convenza, Entonces, la cierro, abro la otra. Se pasan las dos horas de la noche y no vi ninguna película. Solo abrí y cerré plataformas.
Y eso es gracioso y al mismo tiempo no es gracioso, porque luego te sientes mal porque dices: "Madre mía, llevo aquí media hora buscando, no he encontrado nada, estoy perdiendo el tiempo".
Así es. Entonces, yo ahora lo que hago, por ejemplo, es que en lugar de abrir la plataforma, yo voy a una web donde aparecen series o películas, se llama Film affinity, es española, y entonces puedes ver las notas, la sinopsis y tal. Entonces, ahí filtro por las plataformas que tengo y me muestra una lista de las películas o series que hay en esa plataforma y puedo filtrar por géneros, por notas, por cosas así. Entonces, lo veo de forma mucho más sencilla, más rápida y ya digo: "Venga, voy a ver esta que está en HBO". Venga, pues voy ahí y ya está. Intento simplificar la toma de decisiones, porque si no, no veo ninguna película.
Sí, Roi, estuve pensando hace tiempo en que en el pasado, en nuestra infancia, al fin y al cabo, cuando no teníamos tantas opciones, en la televisión, principalmente teníamos televisión española, ¿no? La uno, la dos, y alguna cadena privada como Telecinco, Antena 3, pero muy poquitas. En total cuatro o cinco cadenas.
Más o menos, sí. La uno, la dos, Antena 3, Telecinco y creo que ninguna más en nuestra infancia. Bueno, yo en Galicia tenía televisión gallega y en Andalucía, Canal Sur.
Entonces, había cinco canales. Luego, recuerdo que apareció uno nuevo, que era cuatro, y luego la sexta. Entonces, ya teníamos siete canales contando el canal regional. Pero al principio eran cinco solo. Bueno, al principio era uno, la uno. Pero esa época tú y yo no la vivimos. Eso ya era la época de nuestros padres.
Entonces, estaba pensando que en esa época era mucho más fácil elegir porque no había elección. Es decir, simplemente tenías que elegir entre la uno o Telecinco. En un canal quizás ponían una película, en otro canal ponían un programa de estos del corazón. Entonces, la decisión era mucho más fácil y más simple.
Eso es verdad. O sea, no dedicabas tanto tiempo o esfuerzo a tomar decisiones en este aspecto. Luego veremos si esto es bueno, si esto es malo, tendremos ese debate. Pero bueno, por ahora vamos a explicar qué es esto, qué es esta sensación de cuando tienes tantas opciones que como que no estás muy contento o que no estás muy feliz. La paradoja de la elección.
Claro, Roi. Y esta paradoja se define como la tendencia del ser humano a estar menos satisfecho con las decisiones que toma cuando tiene muchas opciones, cuando tiene muchas posibilidades de elegir.
Entonces, esto, aunque está muy bien porque tenemos mucha variedad, lo malo es que si lo comparas con lo que comentábamos de que antes tenías cinco canales, no sé si eras más feliz o menos, pero te estresabas menos. ¿Por qué no tenías que tomar esa decisión? Ya no había opción.
Claro, porque es muy fácil decir que antes todo era más fácil, antes éramos más felices porque teníamos menos opciones. Pero eso también hay que decidirlo, hay que debatirlo, Roi, porque tener más opciones, aunque haga que te vuelvas loco un poquito decidiendo, pero puedes elegir precisamente más lo que te guste, lo que te vaya bien con tus gustos, por ejemplo.
Al final tiene sus partes buenas y sus partes malas. Pero Paco, primero vamos a hablar de lo malo. Primero vamos a ser un poco negativos. Vamos a poner este punto de vista de lo de antes era mejor y lo de ahora es una mierda, lo de ahora es malísimo. Hoy en día somos más infelices, nuestra vida es muy dura. En cambio, en la época de nuestros padres, nuestros abuelos, aquello era maravilloso porque no había tecnologías modernas, no había móviles, no había Netflix. Entonces, vamos a empezar con ese punto de vista.
Vale. Bueno, me gusta esa negatividad, Roi, porque tenemos que acabar bien. Empezamos mal y acabamos bien. Entonces, podemos hablar de las cosas negativas, de tener tantas opciones, tantas elecciones. Y es que, por ejemplo, lo que pasa es que con tantas opciones te puedes paralizar?
Es que puede ser contraproducente tener muchas opciones, porque pensamos: "Sí, está genial poder elegir entre todo ese catálogo de películas y series". Sí, está bien, pero si luego acabas paralizado y tardas media hora o una hora en decidir qué película ver, yo creo que al final es peor, porque no estás muy contento, porque tú querías ver una película, no querías dedicar tiempo a decidir qué película ver. Entonces, ese es un punto negativo, que puedes acabar paralizado. Como hay tantas opciones, no sabes cuál elegir.
Suena muy guay, ¿a que sí? Y esto se puede aplicar en cualquier cosa, en cualquier ámbito, en películas, pero también si tienes que tomar una decisión personal, pero tienes varias opciones y no sabes cuál tomar. Parálisis por análisis. Tienes cinco pretendientes, eres una persona que liga mucho, entonces tienes cinco pretendientes, cinco hombres o cinco mujeres que quieren salir contigo. Y no sabes cuál elegir, Paco, porque... ¿Qué haces?
Luego vas a elegir la persona más inteligente, más simpática, más guapa, etcétera, pero no te vas a quedar tan satisfecho porque vas a pensar: Quizás debería haber elegido la otra persona, porque a lo mejor era menos guapa y menos inteligente, pero más simpática y viceversa.
Claro, entonces piensas: "Bueno, voy a simplificar, voy a hacer algo más eficiente, voy a salir con estas cinco personas al mismo tiempo y así comparo". Y luego ya me quedo con la persona con mejor rendimiento, como si fuese un coche.
Sí, ¿no? A ver, estamos haciendo algunas bromas, pero yo creo que sí que es verdad que hoy en día, incluso en las relaciones, puede afectar esto de querer explorar diferentes opciones y no querer quedarse, entre comillas, con la primera persona que aparece. Porque si lo comparamos con la época de nuestros padres o nuestros abuelos, no sé, pero en esa época no había tantas dudas o tantas elecciones. Conocías a tu pareja muy joven, te casabas y ya está. Por supuesto que había partes negativas de esto, pero hoy en día parece que hay más dudas a la hora de comprometerse.
Recientemente, tuve una conversación con una persona que está buscando pareja a través de estas plataformas y me dijo que ahora, a pesar de tener Tinder y otras aplicaciones muy famosas, es más difícil que antes ligar. Porque precisamente ahora te interesa una persona, pero al mismo tiempo también te interesa otra, otra, otra, otra, cientos de personas que te interesan y siempre vas a estar buscando porque sabes que hay más opciones.
Entonces, uno de los puntos era la parálisis, que hay muchas opciones, entonces no sabes qué elegir. Luego, está el tema de la satisfacción, que hemos puesto el ejemplo de las relaciones, pero también se aplica a los servicios a los productos. Como tenías tantas opciones, si la opción que has elegido no te acaba de convencer, vas a tener muchas dudas. Hemos puesto el ejemplo de las relaciones, pero también funciona con las películas. Has dedicado 30 minutos a elegir una película entre las muchas opciones que tenías y cuando llevas 10 minutos o 20 minutos de la película, empiezas a tener dudas. Ay, esta película no me acaba de convencer. Quizá era mejor la otra de de Clean Eastwood o lo que sea. Cuidado, cuidado. Entonces, menos satisfacción, Paco.
Y porque somos más impacientes, yo creo. Somos más impacientes porque empezamos a ver esa película y después de 15 minutos decimos: "Madre mía, no estoy lo suficientemente entretenido". Además, estás con el móvil, estás mirando Twitter o estás mirando alguna cosa con el móvil y dices: "Esta película no tiene suficiente acción. 15 minutos y no pasa nada. Venga, voy a elegir otra". Entonces, te sales de la película, vas a buscar otra y de nuevo el día de la marmota. Vas a pasar media hora más buscando esa nueva película.
Y eso te va a generar insatisfacción. Pero bueno, tranquilos, que al final del episodio vamos a hablar de algunos consejos e ideas sobre cómo tomar mejor las decisiones para que no nos ocurra esto, para que no estemos insatisfechos. Porque al final tener muchas opciones no tiene por qué ser malo, siempre que aprendamos a tomar buenas decisiones, siempre que tengamos ciertas reglas.
Me ha gustado eso que has dicho, Roi. "Tranquilos, porque luego tenemos unos consejos para vosotros". Entonces, hoy somos expertos psicólogos en la paradoja de la elección.
Paco, yo ya acepto mi papel de gurú espiritual y de experto en todo. Entonces, yo ya no disimulo. Yo ya digo que soy experto en cualquier cosa de la que hablemos. Ya voy a dar consejos y voy aquí a sentar cátedra.
Vale, Roi. Pues dejamos lo de las películas. ¿Qué te parece que hablemos de un tema delicioso? En este caso, la comida.
Cuando tienes que decidir qué comer, también tienes muchas opciones. Yo, de hecho, Paco envidio un poco a mi abuelo. Cuando mi abuelo me habla de la pobreza que vivió en la posguerra, yo digo:
Yo digo, Paco "Qué suerte tuviste, abuelo. Solo tenías patatas. Ahora tenemos que elegir si voy al McDonald's, si como un italiano, si como un chino, si como carne, si como pescado". Mi abuelo Paco no tenía que tomar estas decisiones, era muy feliz.
Sí, las decisiones de nuestros abuelos eran: "Hoy qué comemos, patatas o huevos". No había muchas opciones. Y los huevos, venga, sí, podías elegir huevos duros, huevos fritos, pero poco más.
Poco más, patata, huevo y pollo. Esa era la alimentación del 95 % de la población población, hasta los años 50 o 60. Me estoy inventando un poco estos datos, pero más o menos era algo así, seguramente. Cada región de España adaptaría un poco según el alimento típico, pero era una época de mucha pobreza. Obviamente, ya sabéis, estoy de broma, tal.
Pero es un poco así. Ahora, en cambio, te vas a la cocina, abres la nevera, no sabes qué comer. "Bueno, voy a mirar la nevera", y te quedas enfrente mirando ahí durante unos minutos hasta que la alarma de la nevera empieza a sonar y hay como un pitido. Y finalmente, "Venga, pues rápidamente ya con este pitido, que me molesta, voy a coger algo". Pero tienes muchas más opciones.
Sí, porque quieres prepararte algo para comer y estás ahí pensando: "A ver, ¿qué preparo hoy?" Y por suerte tenemos muchas opciones. Que eso no es lo peor, la verdad. Creo que en esto tampoco hay tantos problemas. Quizás más problemático cuando piensas en salir de casa, en salir de casa a comer a un restaurante. Y como hay tantas opciones tan variadas hoy en día, pues puedes tener más dudas porque piensas: Quiero pizza, quiero ir a un restaurante tailandés o a un chino o a un peruano. O a un japonés. Y claro, hay 200 países o así, ¿no? Entonces...
Lo que pasa que ahí es más fácil elegir porque puedes decir: Venga, pues este fin de semana voy al italiano, la semana que viene voy al tailandés. Puedes jugar un poco con eso.
Claro, puedes un día ir a uno y a la semana siguiente a otro. Hay otras decisiones que una vez las tomas, ya está. Son decisiones que van a durar años. Entonces, quizás este no es tan problemático. Pero Paco, hablemos del supermercado, porque creo que tú te frustras un poco cuando vas a hacer la compra. Cuéntame.
Sí, me frustro un poco porque voy ahí, paso por el pasillo de los yogures y me quedo mirando la gran cantidad, la enorme variedad de yogures que hay. Vale, venga, voy a buscar uno que no tenga demasiado azúcar. Vale, voy a mirar este. Al final, pasas ahí mucho tiempo mirando las etiquetas y es que no acabas, porque en algunos supermercados, sin exagerar, vas a encontrar, no sé, 80 o 90 tipos de yogures diferentes.
Es que no es en otros países, pero en España, la sección de yogures es enorme. Yo no sé cómo es en otros países. En Polonia también es muy grande, Paco.
Pues quizá en Europa. En Europa nos gustan mucho los yogures. ¿Ves? Si vas a Asia, seguramente, en Asia, yo cuando estuve allí, no tomaban tantos lácteos, entonces la sección yogures era más bien pequeña. Pero en Europa nos gustan mucho los yogures, entonces tenemos secciones grandísimas. De hecho, Paco, son tan grandes que en Galicia, en mi región, en algunos supermercados, el camino de Santiago pasa por la sección de yogures. Es tan grande, claro, son kilómetros. Entonces, puedes ver a los peregrinos paseando por la sección de yogures y te dicen: "Muy buena la sección de yogures. Buena rut del camino de Santiago."
No, no, no, Roi. Y no exageras, no exageras, es así, porque es que estos pasillos de los supermercados son kilométricos.
Es que es una locura. Dicen que hay gente que se pierde. De hecho, tú cuando llevas a tu hijo ahí, agárrale de la mano, porque lo pierdes y ya no lo recuperas. Eso es como una selva.
Sí, sí, Roi, como una selva. Pero bueno, ahora me estoy empezando a sentir mal porque nos estamos quejando de que tenemos muchas opciones de elegir yogures cuando en otros países quizás no hay tantas elecciones y hay más pobreza y todo esto. Pero es genial porque tenemos muchas opciones. Tenemos muchas opciones adaptadas no solo a gustos, sino a necesidades, tema de salud, tema de azúcar. Entonces, es genial que haya tantas opciones.
Sí, porque el lado negativo de las opciones es que pierdes un poco de tiempo en decidir, pero lo bueno es que hay muchas opciones muy concretas adaptadas a personas específicas. Pues el yogur sin gluten. No sé si los yogures tienen gluten, la verdad, creo que no, por lo general, pero no lo sé. El yogur sin azúcar, el yogur sin lactosa, el yogur cero por ciento no sé qué, el yogur con un 3 % de lo otro, ¿no? Si tú necesitas algo muy concreto, pues vas a estar contento, porque vas a tener ese producto concreto.
Sí, y con millones de sabores, Roi. Recuerdo en mi infancia que iba al supermercado y tenía como opciones el yogur de limón, el yogur de plátano y el yogur sabor a vainilla y fresa. Pero ahora tienes 500 opciones.
Sí, ¿ves? Eso ya no sé si es tan bueno, tantas opciones de sabores, porque sí que te vuelves muy loco. Ya no sabes cuál te gusta más, cuál te gusta menos. Ya dudas de todo. Yo, chocolate. Siempre elijo chocolate, Paco.
Exacto. Y bueno, Paco, te iba a comentar también que a mí esto del supermercado no me pasa tanto, porque yo como voy al Mercadona, y en el Mercadona, ya sabes que a mí el Mercadona me paga, por hablar bien de esto.
Es que es increíble, es que mencionamos este supermercado cada semana, más o menos.
Es que a mí me encanta. Parece que hago aquí un publi-reportaje. No, no me pagan ni nada, pero es un supermercado que me gusta personalmente, es al que voy siempre que estoy en España. Entonces, lo bueno del Mercadona, Paco, es que no hay tantas opciones. Por supuesto que hay bastantes opciones, pero si lo comparas con otros supermercados, también ocurre en Lidl, por ejemplo, en la famosa cadena alemana, también ocurre que hay pocas opciones. Y esto para gente como yo o como tú, que tampoco queremos volvernos locos eligiendo los productos, esta bien, porque en el Mercadona vas a comprar cacao en polvo y solo tienen su marca. No te vuelvas loco, no vas a tener que elegir entre tres o cuatro marcas distintas. No, solo vas a tener un producto.
A ver, por lo general también sí hay otras marcas, pero a Mercadona lo que le interesa es que compre su marca, la marca blanca, ¿cómo se llama? Hacendado, si no recuerdo mal.
Pues entonces, Roi, menos es más, porque vas a pasar menos tiempo haciendo la compra, volver a casa más tranquilo mentalmente. Entonces, otro punto a favor del Mercadona.
Sí, seguramente cuando hicieron esta estrategia, tuvieron en cuenta la paradoja de elección o simplemente querían ahorrar costes y decir que si tenemos menos productos, no gastamos tanto dinero. No lo sé. Venga, seguimos con otra categoría, Paco, en la que también tenemos muchas opciones: los electrodomésticos o la electrónica en general.
Este tema. Este El problema me vuelve loco también porque, claro, recientemente estuve eligiendo una tele. No sé si pasé tres días buscando la tele perfecta para nuestras necesidades. O una lavadora. Al final, de nuevo, vas a pasar tres días buscando la lavadora perfecta, que tenga estos programas, que pueda conectarse al wifi. Entonces, ya no es como en el pasado, que ibas a la tienda de electrodomésticos, hablabas con el vendedor y en cuestión de diez minutos ya te llevabas la lavadora al coche o la tienda te la llevaba a la casa. Pero era algo que comprabas al instante.
Sí, sí, ibas a la tienda, solía haber solo una tienda o dos, no había muchas opciones. Ibas a la tienda, hablabas un ratito, veías esta, la otra y ya está. Y ya la comprabas y en media hora, en una mañana o incluso en menos tiempo, ya la habías comprado. Y hoy en día, sí que dedicamos mucho más tiempo a ver opiniones en internet, A ver reviews. Vemos vídeos de YouTube, ¿no? "A ver, voy a ver el vídeo sobre la lavadora Samsung con conexión a internet".
Sí, y vamos a pasar mucho tiempo leyendo reseñas y como veas una reseña negativa, ya descartas esa lavadora. Es posible que estés viendo 499 buenas reseñas, pero como veas una mala, "Ah no, no, voy a elegir otra".
Así es, pero bueno, aunque estamos criticando un poco esto o quejándonos, también tiene el lado bueno que antes tú ibas a la tienda, el vendedor, quizá te vendía la lavadora en la que él sacaba más beneficio. Es decir, sus intereses no estaban exactamente alineados con los tuyos. En cambio, ahora lo bueno es que viendo reviews y tal, sí que a veces hay modelos de lavadoras que salen un poco malos y puedes ver que la gente habla de esos modelos de lavadoras o de ese producto en concreto, un móvil o lo que sea. Entonces, creo que nos da más poder a los consumidores. Creo que es algo bueno porque hay más información. Antes comprábamos un producto y no sabías muy bien si iba a ser bueno o malo. Hoy en día hay mucha más información, hay más inteligencia colectiva. Todo el mundo da su opinión y habla sobre su experiencia y más o menos ya puedes saber lo que es bueno, lo que es malo. Tienes cierta idea de eso.
Sí, tienes razón, porque quizás en el pasado ese vendedor te decía que la lavadora era muy silenciosa y luego tenías una discoteca en casa cada vez que ponías la lavadora.
Y también esto ocurre con los móviles, Paco. Porque hoy en día o compras el iPhone, que es el móvil que compra, no sé, el 20 % de las personas o así, me estoy inventando la estadística, pero más o menos, por lo que veo yo en mi entorno y tal, ponle que el 20 % de la gente va directa al iPhone, no se lo piensa. O si no, acabas dedicando muchas horas a ver reseñas, análisis, porque los móviles son muy parecidos, Paco. Te das cuenta, hay muchas marcas, tenemos Apple, Samsung, un montón de marcas, pero luego ves los móviles y prácticamente son iguales, todos.
Sí, y lo que le importa a la mayoría de gente es la cámara, la cámara que saque buenas fotos y la memoria. No hay mucho más.
Sí, no hay mucho más. Incluso cuando ves los análisis de las cámaras, claro, si comparas un móvil muy caro, un iPhone, los tope de gama, con móviles de 100 o 200 €, sí que va a haber una diferencia muy notable en la calidad de la cámara. Pero cuando comparas un móvil de 300 € con uno de la misma gama o de una gama parecida, casi tienes que ver las fotos con lupa, Paco, para ver la diferencia. Y luego hay esas reviews, están ahí 20 minutos. "Uy, este saca mejores fotos por la noche, pero este móvil, el angular, es mejor". Ay ay ay, me estáis volviendo locos, me Estoy volviendo locos. Y yo creo que por eso mucha gente también acaba eligiendo el iPhone.
A ver, el iPhone es un móvil muy bueno, es el líder, tiene muy buena marca, es muy famoso. Pero también yo entiendo que la gente que quiere un buen móvil, no quiere ponerse a ver diez análisis distintos, comparar entre opciones que son muy similares. Simplifican y dicen: El iPhone, y ya está. Y Paco, hablamos de lavadoras, electrodomésticos, móviles, bueno, electrónica en general, y ahora tenemos muchas opciones, es un rollo. Pero si piensas en la época de nuestros abuelos, la suerte que tenían, lo simple que era su vida, Paco, no tenían móvil, no tenían televisión, no tenían lavadora tampoco.
O sea, qué suerte, qué vida tan feliz. Porque no tenían este estrés de tomar tantas decisiones que tenemos la gente de ahora. Qué mal vivimos decidiendo comprar una lavadora con wifi o sin wifi. Mi abuela, qué feliz era de mi abuela, yendo a lavar al pilón público, a mano. Eso era verdadera felicidad, ¿a que sí?
Con dolores de espalda, dolores de brazos, sin tiempo para hacerlo todo. Por supuesto, evidentemente que algunas veces Hoy, por ejemplo, estamos teniendo esa tendencia a idealizar el pasado, a romantizarlo, y no siempre es tan romántico. Como mencionábamos al principio del episodio, el hecho de tener más opciones, aunque sea algo que estemos criticando, pero suena muy bien.
O no, Paco. O no suena tan bien. Porque yo voy a llevarte un poco la contraria, porque lo pasado siempre fue mejor, Paco. Lo pasado siempre fue mejor tener tantas opciones, tener que tomar tantas decisiones es agotador. Y es que antes era una maravilla. Hemos hablado de todas estas cosas. Pero quiero que pienses también en las elecciones, en los políticos. En España tuvimos una dictadura desde el 39 hasta el 75. Y a ver, si lo piensas desde el punto de vista de tener que tomar decisiones o tener que elegir, tenían una suerte nuestros abuelos. No tenías que pensar mucho. "Si quiero votar al PP, al PSOE, a Vox, a Sumar a un partido independentista". No, no, no, no. Antes solo había una persona que se presentaba a las elecciones. Ya está.
Sí, sí. Bueno, Roi, no sé si me convence mucho ese argumento, pero te sigo. Por supuesto que sí, porque al fin y al cabo, ahora nos volvemos locos, no sabemos si elegir a un político, a otro, un lado, otro. Antes no había que elegir, tenías a uno que imponía lo que él quería y ya está.
Y ya está, era simple, era sencillo. Ahora tienes un montón de partidos políticos a los que votar. Y además, Paco, hay otro problema. Si ganan las elecciones los políticos que no te gustan, por ejemplo, si tú eres del PP y en España gana el PSOE, que es el otro partido, estás frustrado, vas a estar frustrado, enfadado durante cuatro años, o si pasa lo contrario, si eres del PSOE y gana el PP, también: "Ay, qué mal, qué mal". Pero cuando teníamos al dictador, el dictador, Francisco Franco, ya sabías que iba a ganar él, para lo bueno y para lo malo. Bueno, a ver, obviamente estoy de broma, por si hay algún despistado en la sala, porque luego me dicen: "¡Hala, hala! Eres franquista, apoyas a un dictador". Son bromas, vale.
No soy franquista. Por supuesto que pienso que es bueno simplificar nuestras decisiones, pero no hasta el punto de apoyar una dictadura en tu país. Creo que hay que poner límites a los temas de simplificar nuestra vida. Entonces, Paco, para concluir este episodio, aunque hemos empezado siendo un poco negativos, hablando de las partes negativas de tener muchas opciones, hemos comentado que puedes tener estrés a la hora de tomar las decisiones porque hay muchas opciones o puedes tener arrepentimiento porque elegiste algo y piensas en las otras opciones que no elegiste. Te puede generar insatisfacción al pensar en esos mundos alternativos que podrías haber elegido. Y a ver, sí, eso yo creo que es un poquito negativo, pero tenemos la parte positiva de que tenemos muchas opciones, opciones adaptadas a públicos muy concretos. Los yogures, Paco. Yo, por ejemplo, compro yogures con proteína. Hace unos años no existían los yogures con proteína, que son yogures a los que le añaden proteína que están destinados a gente que quiere aumentar el tamaño de sus músculos, como yo. Claro, no te prometen que aumenten, ese es el problema. Yo me tomo los yogures de proteína pensando que mis músculos van a crecer, pero los músculos siguen igual de grandes.
Sí, ese es el problema, seguramente. Pero bueno, al menos tengo la opción, y yo estoy muy contento comprándome yogures con proteína. Entonces, Paco, creo que la conclusión es que hay que aprender a tomar decisiones para que no haya este lado negativo de la insatisfacción o el estrés y podamos disfrutar de toda esta variedad tan maravillosa que tenemos en el mundo actual.
Estoy contigo. Estoy de acuerdo, Roi. Y, por supuesto, intentar evitar constantemente buscar la decisión perfecta. Porque con tantas comparaciones y tantas opciones que tenemos, queremos elegir la opción perfecta, la mejor de todas. Y oye, ¿quién te dice a ti que esa opción es la perfecta? No tienes una bola de cristal.
Es que no hay una opción perfecta, no hay una decisión perfecta. Siempre van a tener ventajas o inconvenientes. Entonces, no te preocupes tanto por: "Ah, es que tengo que reservar el mejor hotel de Nueva York , quiero el mejor calidad-precio". A ver, algunos tendrán unas cosas mejores, otros unas cosas peores, pero no hay el mejor hotel calidad-precio. El mejor, a lo mejor sí, no lo sé, porque habrá hoteles de decenas de miles de euros la noche, pero como todos solemos tener un presupuesto, siempre queremos obtener lo mejor por nuestro presupuesto, pero no existe lo mejor, porque cada cosa tiene sus puntos buenos y sus puntos malos.
Sí, Roi. Y otra cosita que podemos añadir aquí es el tema de no mirar atrás, no arrepentirse, porque está bien arrepentirse, no tenemos que ser ahora unos locos. Pero muchas veces miramos demasiado atrás y nos arrepentimos y ya no tiene sentido. ¿Recuerdas que hace unos días hablamos tú y yo de las condicionales imposibles? Si hubiera hecho esto, habría hecho lo otro. Pero ese es el pasado y ya no se puede cambiar.
Claro, y eso es lo que genera insatisfacción. O sea, al final no genera insatisfacción tener muchas opciones. Lo que genera la insatisfacción es la decisión, es tomar una decisión y luego estar pensando en las otras opciones que pudieras haber elegido. Ese es el problema. Es como... El cuchillo no mata, mata a la persona que usa el cuchillo. Yo lo uso para cortar pescado y el cuchillo está bien. Entonces, no culpemos a las decisiones, a las opciones, sino que la culpa es del ser humano que piensa en estas cosas. Entonces, cuando tomes una decisión, olvídate el resto de opciones. Has dedicado un tiempo a tomar esa decisión y ahora tienes que olvidarte.
Gracias, gurú. Gracias, maestro de la sabiduría. Qué grandes consejitos nos estás dando.
Bueno, pues te voy a dar otro, Paco. Cuando tomes una decisión, lo primero que tienes que hacer es establecer unas prioridades. Es decir, pensar "¿Cuáles son las características más importantes que quiero que tenga la opción que voy a elegir?". Pongamos el ejemplo de reservar un hotel, que esto es algo que me ocurre a mí, Paco, que cuando viajo y voy a reservar un hotel, hay veces que estoy horas decidiendo en qué hotel quedarme, porque hay tantas opciones que me vuelvo loco. Entonces, hay que establecer unas prioridades. Hay que decir: "Vale, quiero que mi hotel esté cerca de la playa, tenga una cama grande y ventana." Y ya está.
Bueno, te ríes Pero estoy viendo algunos hoteles en algunos sitios que algunas habitaciones no tienen ventana. Entonces, no lo digo de broma, yo tengo el criterio de que tenga ventana.
Vale. ¿Esos hoteles es posible que sean los más baratos ¿Y en otros sitios del barrio, Roi?
Bueno, hay de todo. Lo que pasa es que luego comparo el precio del hotel sin ventana con el de hotel con ventana y digo: Uy, quizá la ventana es un lujo. Tampoco necesito una ventana.
Pero la idea es que tengas claro dos, tres características que tú quieres y ya está. Y tomar la decisión siguiendo esas características y siguiendo esa lista de prioridades. Porque si empiezas a ver todas las características distintas que tiene cada opción, es que hoy en día es como la lavadora, que tenga wifi o no. A ver, no sé si para ti es importante, pero yo creo que para mí no es importante que una lavadora tenga wifi o no. Yo quiero que la lavadora tenga ocho kilos para poder meter mucha ropa y que tenga los programas que a mí me gustan, que son el frío, el caliente y poco más, y ya está.
Tú quieres que la lavadora lave, que lave. No quieres tantas cosas, simplemente que lave. Entonces, ¿para qué no va a pasar tanto tiempo?
Y entonces, yo voy a elegir una lavadora que tenga esas características y seguramente que sea la más barata, porque el precio para mí también es una característica importante.
Pues, Roi, fíjate, cómo nos hemos enrollado hoy. Este tema nos ha dado mucho pie a decir más tonterías de lo normal.
La verdad es que sí, me parece un tema muy interesante. Y ya para acabar, creo que hay una palabra con la que podríamos resumir todo a la hora de tomar decisiones, que es simplificar. Simplifica. Si simplificas, todo irá mejor.
Perfecto. Bueno, pues dejamos aquí el episodio. Un placer, como siempre, grabar contigo, Paco. Cuídate mucho y hablamos la semana que viene.