2060. El secuestro de Anabel Segura

Aviso el episodio de hoy trata sobre un caso real de secuestro. Trataremos el tema sin entrar en muchos detalles desagradables, pero algunas cosas podrían resultar perturbadoras para los oyentes más sensibles. Si eres una persona sensible a este tipo de contenidos, ten en cuenta este aviso. Hoy hablamos Episodio 2060 el secuestro de Anabel Segura Bienvenido a hoy hablamos, el podcast para aprender español cada día. ¿Oyente, a veces sientes que te faltan palabras o que no entiendes bien el español?

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¿Hola oyente, qué tal? ¿Sabes eso que se dice de estar en el lugar equivocado en el momento equivocado? Pues bien, nosotros hoy vamos a ver el claro ejemplo de esto y con consecuencias muy dramáticas. Hoy hablamos del secuestro de Anabel Segura. Lo primero que quiero decirte, oyente, es que este caso en su momento conmocionó a España y tuvo a todo un país en vilo durante mucho tiempo, casi dos años.

Es un caso que permanece en el imaginario y en la mente colectiva de todo el país. Vamos a conocer primero a la protagonista y víctima de esta historia. Su nombre era Anabel Segura y era una chica que en el momento de su secuestro tenía 22 años. La pesadilla empieza el 12 de abril de 1993, cuando Anabel, que era estudiante de empresariales, decide salir a correr. Cosas importantes a tener en cuenta Primer ella estaba sola en casa, solo estaba la señora que ayudaba en casa porque era semana santa, semana de vacaciones, y ella había vuelto un día antes que sus padres y su hermana para poder estudiar.

Segundo ellos vivían en la Moraleja, que es una urbanización privada de lujo de Madrid. Es decir, su familia era una familia con bastante dinero. El caso es que ella sale a correr con su walkman puesto, ese aparato que se usaba en el pasado para escuchar música por la calle. En un momento dado, el jardinero de un colegio cercano oye un grito, sale corriendo y solo ve una furgoneta blanca alejarse con dos hombres en ella. También ve que en el lugar donde estaba la furgoneta desde donde se dio a la fuga, en el suelo, hay un walkman 1 suadera.

En ese momento llama a la policía. Había presenciado un secuestro. Cuando la policía recibe la llamada y comprueba que han secuestrado a Annabelle, lo primero que piensan es que ha sido la banda terrorista ETA. Paremos 1 s aquí para entender el contexto. En aquella época en España, prácticamente todos los secuestros que había los hacía el grupo terrorista ETA.

Un grupo terrorista que hacía atentados, asesinatos y otros actos terroristas con el objetivo de lograr la independencia del País Vasco. Ellos secuestraban a políticos, policías, empresarios y gente de sus círculos para pedir rescates o ejercer presión. Y en un principio podría tener sentido, porque el padre, Annabelle, era un empresario que podría ser objetivo de la banda terrorista. Pero ETA siempre reivindicaba sus acciones, siempre emitía un comunicado, y en este caso ETA no dijo nada. Por tanto, la policía descartó que fuese ETA.

Así que la familia y la policía saben que han secuestrado a Annabelle, pero no saben quién. De esta manera empiezan a prepararse porque saben que el siguiente paso es que los secuestradores se pongan en contacto con la familia. La policía se instala discretamente en la casa de la familia Anabel y el portavoz de la familia también, que es Rafael Escuredo, que era abogado y había sido presidente de la Junta de Andalucía. La llamada llega dos días después del secuestro y exigen para su liberación 150 millones de pesetas, que al cambio son €900000, pero en realidad era mucho más, porque el valor de esos euros hoy en día sería de unos €2 millones. Vamos, una barbaridad.

Les dicen que tienen 48 h para conseguir el dinero y que no avisen a la policía. La policía ya lo sabía, claro, y a esas alturas también lo sabía la prensa y por lo tanto tú el país. La cuestión es que llaman días después para concertar la entrega y la familia exige una prueba de vida. Querían saber que Anabel seguía viva, pero los secuestradores no se la dan. Aun así, intentan hacer una entrega.

El encargado de efectuar la entrega es el portavoz de la familia, que va al lugar donde la han indicado los secuestradores. Como te podrás imaginar, aquello estaba lleno de policías ocultos cuando el portavoz llegó, de allí salió un coche, pero nadie recogió el dinero. Parece ser que se delataron porque tenían un helicóptero sobrevolando el lugar. Como es lógico, siguieron aquel coche, pero no llevó a nada concluyente. Después de esto, los secuestradores no contactan con la familia en un tiempo.

Tras un tiempo, los secuestradores se ponen otra vez en contacto y y se intenta otra entrega, pero esta vez tampoco se presentan los secuestradores. A partir de ese momento, tanto la familia como la policía empezaron a temer lo peor. ¿Y si Annabelle ya no estaba viva? Los secuestradores no habían enviado ninguna prueba de vida y no mostraban mucha iniciativa para realizar la entrega del rescate. La incertidumbre era devastadora.

La policía, aunque mantenía la operación en marcha, ya barajaba la posibilidad de que los secuestradores estuvieran mintiendo desde el principio. Una cosa que hay que recordar es que en aquella época no existían redes sociales, no existía Internet como hoy en día, y la televisión era el sitio donde la gente se enteraba de las cosas. Pues bien, había un programa de televisión que se llamaba Código un donde hablaban de crímenes reales y expertos los analizaban. Vamos, el True Crime de la época. Pues la policía y la familia utilizaban este programa para dirigirse a los secuestradores.

Cuando ya dejaron de recibir sus llamadas. Tras una de esas intervenciones, vuelven a llamarlos secuestradores y llegan al acuerdo de que pagarán a cambio de una prueba de vida. Y los secuestradores dicen que será una grabación con la voz de Anabel. El proceso era el llegada de la prueba de vida, pago de 20 millones de pesetas por la prueba de vida y después pago del rescate y liberación de Anabel. Vuelve a haber esperanza.

La familia recibe la grabación. La llegada de la cinta donde se escuchaba la voz de una mujer volvió a encender una chispa de esperanza. Pero esa ilusión fue breve. La propia familia, en un primer momento dudó de que fuera Anabel, aunque luego dijo que sí podría ser ella. No estaban seguros.

Y la policía, tras analizar la grabación, detectó elementos un tono forzado, un lenguaje poco natural 1 voz masculina que hablaba más que la supuesta víctima. Todo apuntaba a que estaban ante una puesta en escena. Lo interesante de esa cinta es que el secuestrador habla durante unos 15 min. Casi un cuarto de hora. Claro.

La policía analizó esa cinta y sacaron varias se oye la voz de un niño, se oye el timbre de una puerta. La persona que habla no tiene una educación elevada y utiliza palabras que parecen pertenecer a la forma de hablar de Toledo. No era gran cosa, la verdad. Además, los secuestradores tenían que haber llamado para decir dónde hacer la entrega el dinero y no lo hicieron. Es decir, que la policía estaba como al principio, no tenía nada.

Así que deciden poner las cartas encima de la mesa y emitir de forma pública la voz del secuestrador, a ver si alguien de la ciudadanía era capaz de reconocerlo. Por cierto, esto te lo estoy contando de manera muy rápida. Pero cuando se emite la voz es ya 20 de enero de 1994. Ya había pasado mucho tiempo desde el secuestro, unos nueve meses. Esto tampoco da frutos.

Durante meses no hubo llamadas, ni pistas, ni avances. La familia seguía apareciendo en medios, insistiendo en que no se olvidara el nombre de Anabel, mientras lidiaban con la angustia diaria de no saber nada. La policía continuaba con la investigación, pero sin nuevas líneas claras y con indicios de que Annabelle podría estar muerta. Había sido todo un engaño desde el principio. En esa época había un programa de enorme éxito en televisión que se llamaba quién sabe dónde, que tuvo un éxito enorme y que se dedicaba a buscar pe desaparecidas.

De hecho, muchos casos fueron resueltos en ese programa porque presentaban un caso y la gente llamaba con pistas. La cuestión es que deciden emitir la voz del secuestrador en ese programa. El 9 de abril de 1995, cuando faltaban días para que se cumpliesen los dos años del secuestro de Annabelle. Llegaron muchísimas llamadas y todas fueron remitidas a la policía. Y entre todas ellas hubo una llamada crucial, la llamada que lo cambiaría todo.

Alguien dio nombres y Emilio Muñoz, repartidor de paquetes y que tenía una furgoneta blanca. Rápidamente lo localizan a él y a su cómplice, Cándido Ortiz. Los siguen, los vigilan y y los detienen. Previamente habían detenido al hermano de Emilio, que llamó a la mujer de Emilio por teléfono con la policía delante y ella reconoció que ella puso la voz de Anabel porque Anabel la habían matado. Los dos terminan confesando y llevan a la policía al lugar donde habían enterrado el cuerpo de la joven, una fábrica de azulejos abandonada.

¿Qué había pasado? Parece ser que Emilio, que tenía antecedentes criminales, estaba pasando por un momento difícil de dinero y convenció a su amigo de hacer un secuestro para sacar dinero fácil. Pensaba que iba a ser una cosa rá ir a un barrio de lujo, coger a alguien, exigir rescate y coge el dinero. Algo simple. La cuestión es que cuando secuestraron a Annabelle, esta les dijo que sus padres no estaban, que hasta el día siguiente no llegarían, por lo que no sabían qué hacer con ella.

Ellos no tenían ningún tipo de plan. En ese momento, ella trata de escapar, se ponen nerviosos y deciden matarla. Eso ocurrió esa misma noche, es decir, la mataron el mismo día del secuestro, pero estuvieron jugando con la familia durante 900 eternos días. Mantuvieron la farsa durante todo ese tiempo hasta que los pillaron. ¿Qué pasó con los culpables?

Ellos dos fueron condenados a 43 años de prisión y la mujer de Emilio, Felisa, a dos años 4 meses por un delito de encubrimiento. A día de hoy te diré que Cándido enfermó y murió en prisión y Emilio salió de la cárcel en el año 2013. Esta fue la historia del secuestro y asesinato de Anabel Segura, un caso que marcó a toda una generación en España. Hasta aquí el episodio de hoy. Nos vemos en el episodio de mañana.

Hasta mañana.